Semana Santa Córdoba 2023 | Los pasos se acercan a lo perfecto y los cortejos siguen a medio camino

Balance

La fiesta deja estampas hermosas y asignaturas pendientes en el cuidados de los nazarenos y el ritmo

Viernes Santo, la cruz se ha quedado vacía

Nuestra Señora del Desconsuelo en su Soledad, en su paso de palio Ángel Rodríguez

Las fotografías buscan siempre lo mejor y de eso dejan memoria. Hay que tener vocación para inmortalizar lo que no gusta, lo que es mejor borrar, lo que no queda bien. La cabeza humana suele funcionar también así: deja en el olvido ... sólo la mitad, lo que prefiere olvidar o recordar para que no se repita.

A falta de que la cofradía de Jesús Resucitado escriba el capítulo final en la mañana del Domingo de Pascua por las calles, se va marchando la Semana Santa de Córdoba 2023 con un tapiz de belleza y crecimiento patrimonial muy superior a las cosas que es necesario pulir. Aunque estas últimas también existen.

Así, la fiesta se va aproximando a lo que se soñaba de ella en la estética, la música y la presencia en la calle y no parece ahora que se den los pasos en falso que obligaban a cambios y reformas nada más empezar hace no demasiado tiempo. Hubo mucho público por las tardes y no poco también por las noches, y bastantes más saetas que en otros años, lo que no deja de ser un signo de cariño popular.

El Señor de la Caridad, el Jueves Santo Álvaro Carmona

No han abundado en este siglo XXI las Semanas Santas con todas las cofradías en la calle y la de 2023 ha sido una de ellas, la primera en que no ha habido que preocuparse por la lluvia desde 2017. El cielo no ha mostrado nubes ni dudas, aunque a quien observa no le pasa desapercibido que nunca fue la fiesta tan cálida y casi veraniega como en estos años.

Muchos han coincidido en que una gran aportación a la Semana Santa es el nuevo Cristo de la Piedad, obra de Antonio Bernal y sobrecogedor por su combinación de sufrimiento y unción sagrada.

El crecimiento patrimonial de las cofradías de Córdoba sigue impecable y este año ha sacado a la luz varias piezas maestras que deben marcar a sus cofradías y a las demás. A la cabeza están los mantos bordados de María Santísima de Gracia y Amparo y María Santísima de la Trinidad.

El primero se conoce desde diciembre de 2020, pero hasta este Lunes Santo no se pudo ver en la calle por culpa de la pandemia primero y de la lluvia después. El palio de la Sentencia mostró una vista deslumbrante a la espera de la ampliación que tiene que llegar con su nueva casa de hermandad.

Del mismo dibujante, Rafael de Rueda, aunque de otro bordador, Joaquín Salcedo, es el de la Trinidad, es un estilo más ecléctico, pero también lleno de personalidad en un conjunto que se ha revelado como uno de los identidad más acusada.

En el futuro tienen que seguir los palios de la Esperanza, que podría empezarse ya para 2024, la Virgen del Amor y continuar con los del Dulce Nombre, Piedad, Esperanza del Valle, Candelaria, Alegría y Buen Fin, entre otros. Incluso el de la Amargura ha dejado atrás la aplicación en el frontal de hace unos años.

Serán piezas que tengan que marcar el camino en un futuro en que los palios deben seguir completándose. El paso del Cristo del Remedio de Ánimas multiplicó su estampa con los nuevos faldones bordados en oro y sedas por José Luis Guerra, que completan su programa iconográfico con profundidad y belleza y rematan uno de los conjuntos más personales de la Semana Santa de Córdoba.

Otra incorporación que llamó la atención en 2023 fueron los faroles del paso de Jesús Nazareno, y que han multiplicado el interés del conjunto y la presencia del Señor en la calle.

La Virgen de Gracia y Amparo, con su nuevo manto Álvaro Carmona

El proyecto original que Andrés Valverde Luján presentó a su cofradía en la década de 1990 los contemplaba en lugar de los hachones, más propios para un Crucificado muerto, pero no se habían completado hasta ahora. Su hijo, Manuel Valverde Serrano, los ha realizado siguiendo el estilo y ahora arropan mucho más al Señor.

Junto a la creación de nuevas obras es ésta una época para reformar algunas clásicas. Salió por primera vez Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo en su palio tras la reforma que lo ha hecho más corto y que ha unido las bambalinas.

Tal y como quería la hermandad de la Misericordia, ahora la Dolorosa llena mucho más el paso, que no ha perdido su impronta y aire de siempre, aunque sí llama la atención el movimiento de las caídas laterales, porque todavía la memoria recuerda el largo balanceo. El mismo camino tiene que seguir el paso de Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad a partir de 2024.

Se volvió en cierta forma al adorno más clásico de los pasos, no se sabe si por la voluntad de las cofradías o por el encarecimiento de las flores por la inflación. No fue general, desde luego. Santa Faz, Prendimiento, Sagrada Cena o Soledad siguieron con combinaciones de flores muy valientes, pero también hubo iris morados (Misericordia, Expiración), rosas rojas en las Penas de Santiago o claveles rojos en Penas de San Andrés, Sangre y Sentencia, entre otros. Llamó la atención para bien la Esperanza con su adorno exuberante resuelto en blanco.

Si impecables fueron los pasos, los que salieron a las calles con una mirada algo más pausada detectaron que las hermandades no siempre cuidan lo que los rodea, en especial el cortejo nazareno y el ritmo con que caminan. Los cortes entre sectores fueron más abundantes de lo que se desea.

Nazarenos de la Misericordia al salir de San Pedro Rafael Carmona

Hubo hermandades que se hicieron esperar y problemas de retrasos también en la carrera oficial, sobre todo el Lunes y Martes Santos. A partir de ahí, no es raro que las hermandades se demoren en la entrada a sus templos, aunque hubo alguna que llegó a las dos horas.

Sí hubo cofradías que enseñaron que el buen ritmo no está reñido con la belleza, y que el cuidado del cortejo, la conjunción del cuerpo de nazarenos y el buen ritmo aumentan su presencia en la calle y dejan en quienes están en las aceras una estupenda impresión.

Siempre se cita a las de silencio, en especial Buena Muerte y Santo Sepulcro, y realmente fue así, pero también brillaron de nuevo, como otros años, la Sentencia, que brindó una vuelta a San Nicolás tan ligera como hermosa, y la Misericordia. Eso sí, se notó en general que había más nazarenos.

Es precisamente esta impresión del cortejo compacto la que consigue que quienes están en las calles lo respeten. La queja de que el público atraviesa o cruza las filas de nazarenos está fundamentada, pero sobre todo es posible con cortejos cortados o tan amplios que lo ponen bastante sencillo.

La presencia de nazarenos muy juntos impide, por las sencillas leyes de la física, que los más desconsiderados atraviesen las filas o acorten hasta los pasos sin el menor respeto.

Tampoco los costaleros, al menos en ciertas cofradías, evitaron la tentación de atravesar las filas de nazarenos cuando salían de relevos. O al menos, no lo hicieron en las hermandades que no les insistían en que saliesen por detrás o buscasen el siguiente punto por donde no estuviera pasando las cofradía.

Jesús Nazareno, con sus nuevos faroles Ángel Rodríguez

Por ahí se llega a hablar precisamente del trabajo de la gente de abajo, con más fuerza y pujanza que nunca. Terminaron por ahora los años de escasez y las cuadrillas están llenas y con lista de espera. Se nota en la forma de andar de los pasos, cada uno con su propia personalidad, con cambios o sin ellos.

Afrontaron retos considerables, como el llegar desde barrios lejanos y lo hicieron gracias a cuadrillas muy cerradas tanto en sus hermandades como en los capataces de más tirón. El único borrón fue el accidente del paso de palio de la Virgen del Rosario a la salida de San Pablo, que provocó el regreso adelantado de la hermandad de la Expiración.

Al momento de esplendor se suman también las bandas, las de Córdoba y las habituales en la ciudad. Al magisterio más que consolidado de la Redención y de la Esperanza, ambas en su estilo, se unen la pujanza de la Salud, la potencia de Cristo de Gracia, la personalidad de Coronación de Espinas y el toque clásico de Caído y Fuensanta, especialmente el Miércoles Santo.

El Señor del Silencio, por su barrio el Domingo de Ramos RAfael Carmona

Dio otro salto de calidad Tubamirum, presente todos los días de Domingo de Ramos a Jueves Santo, y confirmó que sigue sin tocar techo por la calidad de su repertorio, estilo y afinación. La confianza de las cofradías está justificada. Continúa progresando la banda de la Estrella.

Con las bandas saltó la polémica de la Semana Santa, cuando la Agrupación llamó la atención sobre el comportamiento de algunos músicos en el Patio de los Naranjos y tuvo respuesta por parte de la unión que agrupa a la mayoría de ellas.

A partir de ahora hay trabajo para recomponer la relación y también analizar algunos de los problemas de retrasos y horarios que estos días han dejado como lunares de una fiesta intachable. ¿La última con 38 cofradías en la carrera oficial, a la espera de la Presentación al Pueblo? Lo dirán los once meses y medio que faltan para empezar otra vez.

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