A finales de la década de 1960, cuando las Angustias se había ido a San Pablo, nada quedaba, pero ahora la Virgen del Rosario, una devoción promovida históricamente por la Orden de Predicadores, se prepara para regresar a las calles.
Así lo ha anunciado este viernes la cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, que participa con su grupo joven en la reinstauración de esta cita, a la que se suman los dominicos, los vecinos y devotos de esta imagen.
Por eso habrá unos cultos en torno al 7 de octubre, fiesta de Nuestra Señora del Rosario, predicados por el padre Miguel Ángel Vílchez, y que culminarán con la procesión del sábado 8.
El fondo Ricardo, que custodia la Fundación Cajasur, guarda abundantes testimonios gráficos de la procesión, que en algunos años llegaba con mucho acompañamiento hasta la plaza de Las Tendillas e incluso a la Catedral.
Tenía un paso propio conservado parcialmente en San Agustín, aunque ahora utilizado para otros fines.
Durante el tiempo en que la Virgen de las Angustias permaneció en San Pablo, ocupó el camarín que había sido de la imagen de Juan de Mesa, hasta que en 2014, con la vuelta de la cofradía, Nuestra Señora del Rosario pasó al altar situado en la cabecera de la nave de la Epístola, donde también está el sagrario.
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