La peana de carrete de la hermandad del Císter de Córdoba ya brilla acabada y con su iconografía

Aunque se hizo para la titular fundadora de la hermandad, el Señor de la Sangre se ha dispuesto sobre la peana para su quinario, que se celebra esta semana en el templo de los Capuchinos del Santo Ángel. El domingo se podrá ver por los cuatro lados en el besapiés, porque está concebida, como explica la cofradía del Martes Santo, para verse por todas las caras.

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La pieza es de estilo neobarroco y está inspirada en las peanas de las imágenes de la Virgen con el Niño Jesús sobre las que iban las imágenes de Córdoba en los siglos XVI y XVII, con una altura muy significativa. Se estrenó en madera hace unos años, con talla de Miguel Ortiz y Manuel Jurado.

Los avances se hicieron patentes en la procesión de la Virgen de los Ángeles el pasado mayo, cuando la cara frontal se mostró dorada, en un trabajo que realizó Rafael Barón. También figuraba una cabeza de querubín, obra del artista napolitano Aniello Accardo.

Ahora se ha completado con el dorado de las tres caras restantes, obra también de Rafael Barón, y con detalles estofados al temple repartidos por toda la obra. También hay más querubines de Aniello Accardo, siempre en barro cocido con ojos de cristal y policromados al óleo, y una rica iconografía que se ve ahora por primera vez.

Así, en cada una de las caras hay un óvalo con una escena de la vida de la Virgen María, que ha pintado al óleo Carmen Bernal Humanes. Representan la Anunciación, la Adoración de los Reyes Magos, la Virgen María al pie de la cruz y el encuentro del Señor Resucitado con su Madre.

El del 'Stabat Mater' es el lado que se aprecia de manera frontal en los cultos de Nuestro Padre Jesús de la Sangre que la cofradía celebra, como es tradicional, poco antes de la Cuaresma.