La lluvia suspende decenas de ensayos de costaleros en Córdoba: «Es complicado encajar fechas»

Las lluvias han sido constantes desde que comenzó la Cuaresma y han trastocado los planes de los capataces, que han tenido que suspender algunos ensayos y buscar nuevas fechas, y esto último no siempre les ha resultado fácil, porque es la Policía Local quien tiene que aprobar su presencia en la calle, con el consiguiente impacto. ABC ha hablado con cuatro de ellos.

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Antonio Barbudo es capataz de Nuestra Señora de las Angustias, María Santísima del Dulce Nombre y María Santísima de la Caridad, y reconoce que la lluvia que no se ha alejado de Córdoba más de 48 horas seguidas en todas la Cuaresma está haciendo estas semanas «muy complicadas».

«Estamos acumulando muchos ensayos que se suspenden en las cuadrillas», asegura. La tradicional decisión cuando la lluvia impide salir a la calle con el paso o con la mesa de ensayos es pasarlo a otro día, pero no siempre es tan fácil.

Las hermandades tienen que solicitar en otoño sus ensayos de costaleros para las primeras semanas del año siguiente. Lo que se hace habitualmente es pedir muchos días, casi todas las semanas, con el fin de que, si la lluvia impide un ensayo, lo permita en los días siguientes y no se tenga que perder el trabajo.

Por ejemplo, en ocasiones se pedían todas las semanas tras el final de las fiestas de Navidad, para tener disponibilidad. En su caso, hace dos en las Angustias y tres en los otros dos pasos.

La situación ha cambiado en los últimos años: el Ayuntamiento de Córdoba, dice Barbudo, ya no permite reservar tantas fechas, y si se quiere buscar una nueva sobre la marcha es bastante más difícil de conseguir, al menos en el Casco Histórico. En el Campo de la Verdad, que es donde reside la hermandad de la Vera-Cruz, hay menos problemas por no tener zonas de acceso restringido.

Pero reubicar un ensayo no siempre es sencillo. El capataz puede buscar una nueva fecha y avisar a su cuadrilla, pero muchos de los costaleros salen en más de un paso, y en ocasiones tienen que elegir entre un ensayo y otro. «Hay que conseguir que pueda todo el mundo», afirma.

El problema es mayor si hay que ensayar con un paso de palio. Él tiene a las titulares del Buen Suceso y de la Vera-Cruz y ahí es el momento en que no se puede echar el tiempo encima, porque se ensaya con la mesa y, todo lo más, las bambalinas y varales.

No se puede hacer en el momento en que se dispone la candelería ni mucho menos cuando está la Virgen encima, y son trabajos que en ocasiones se anticipan.

El capataz con más actividad en la Semana Santa de Córdoba es Luis Miguel Carrión 'Curro', que está al frente de diez pasos de la ciudad, en ocho cofradías distintas. «Intento empezar antes, ya en febrero, y es lo mejor, porque si hubiéramos empezado en Cuaresma, la verdad es que habría sido un estropicio», resume.

Este miércoles, por ejemplo, pudo celebrarse el primer ensayo de la cuadrilla de la Virgen de la Palma, que todavía no había podido empezar el trabajo, mientras que con Gracia y Amparo, la titular de la Sentencia, ya ha terminado. «Vamos cuadrando como podemos», admite.

Las cuadrillas de Córdoba están hoy muy hechas y en su caso la mayoría sólo tiene que hacer dos ensayos. Por ejemplo, así es en el Santo Sepulcro, pero en la Candelaria ha bastado con uno, porque estaba muy reciente la procesión extraordinaria.

Quien sí se ha librado es David Arce, que no ha tenido problemas para los de la Sentencia y el Descendimiento, aunque sí tuvo que posponer uno de la Virgen del Buen Fin. Sí es consciente del problema, porque también trabaja en Sevilla y ha visto cómo quienes han cambiado las fechas han tenido que ver cómo parte de sus costaleros tenían otro compromiso.

Enrique Garrido ya ha concluido el trabajo previo con el Cristo de la Universidad y la Virgen de la Presentación, pero para el palio de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo todavía no han podido empezar y con el Cristo de la Misericordia lo hicieron aprovechando la tregua del viernes 14.

Porque coincide con los demás en que lo peor es que cuando una sesión cambia de fecha, puede coincidir con otra que tengan ya comprometida muchos costaleros. «Este sábado algunos irán primero con la Reina de los Ángeles y después vendrán para ensayar con nosotros en la Virgen de la Concepción», afirma.

Uno de los problemas, y en eso coinciden todos los capataces consultados por ABC, es que muchos de sus hombres llegan de fuera de la ciudad. «Tengo gente de muchos pueblos de Córdoba, pero también de la provincia de Jaén, y hasta de Madrid, Soria o Tarragona», indica Enrique Garrido.

El atractivo del costal es cada vez mayor y llega gente para trabajar en Córdoba, pero también quienes nacieron en la ciudad y ahora estudian o viven fuera, y regresan. Para todos ellos el cambio de las fechas es bastante complicado.

Lo constatan Antonio Barbudo y Curro, que explica que algunos de los suyos llegan con billetes de AVE y el cambio de un día para otro puede suponer un auténtico trastorno. La lluvia no sólo castiga a los cofrades en Semana Santa.