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La Cuaresma en ABC

José Ignacio Aguilera: «Pensaba que iba a encontrar más reacción contraria, pero creo que la Salud tiene solución»

El comisario episcopal en la prohermandad de Puerta Nueva de Córdoba ha encontrado un grupo de cofrades y devotos y trabaja con ellos

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José Ignacio Aguilera, ante el Señor de la Salud y la Virgen de Regla Fran Pérez
Luis Miranda

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El 7 de febrero, el Obispado de Córdoba destituyó al hermano mayor y junta de la prohermandad de la Salud en el Beso de Judas, de la parroquia del Carmen de Puerta Nueva, y nombró a José Ignacio Aguilera (Córdoba, 1976) como comisario episcopal para hacerse cargo de la situación con una sola actividad: la estación de penitencia del Señor el Jueves de Pasión. Más de un mes después, Aguilera hace balance y asegura que ha encontrado colaboración con los hermanos tras el desconcierto inicial.

-Hace más de un mes que se le nombró comisario episcopal en la Salud de Puerta Nueva. ¿A nivel humano, qué ha encontrado allí?

-A nivel humano, la verdad es que es un grupo de gente reducido, pero sí es verdad que están allí, que son de la parroquia y que se acercaron a la hermandad por ver un poco de movimiento nuevo, y por devoción a las imágenes. El grupo es reducido, pero lo hay.

-¿Ha encontrado más colaboración o más resistencia? 

-He encontrado colaboración. Hay que entender un poco los primeros días, que para ellos han sido como un shock. No se lo esperaban, y para la Junta de Gobierno y los más cercanos ha sido un poco brusco. Después de unos días, la verdad es que la gente están a 100% a lo que haga falta y dispuestos a trabajar, sin problemas, la verdad que sí.

-El decreto le daba la posibilidad de nombrar, a algunas personas para que le ayudasen. ¿Lo ha hecho? ¿Tiene ya un equipo de gente con la que estás trabajando allí?

- Sí, tengo algunos, y yo lo que he procurado es que sean de allí. Gente externa se ha ofrecido a ayudar, pero creo que es importante que sean de allí, hermanos sobre todo, porque hay que dejarlo después funcionando, para que en el futuro, pensando en cuando haya elecciones, los que han estado trabajando se envalentonen y sean capaces de presentarse. Creo que también esa es mi función.

-¿Alguno pertenecía a la Junta de Gobierno anterior? 

No, he preferido que no, por quitar asperezas. Que nadie se sienta obligado, o que no sientan que no están respaldando a Rafael Cano. Lo entendieron perfectamente cuando les dije que prefería no contar con ninguno, así de primera cara visible. Pero cuando necesite algo cuento con ellos, claro. El mismo día del decreto me reuní con ellos por la tarde. El contacto ha sido continuo, y con Rafael Cano el contacto es casi diario. Aunque sepas del funcionamiento de una hermandad, llegas a un sitio donde eres prácticamente un extraño.

-¿Cómo ha cambiado la situación desde entonces? ¿Ha pasado el enfado?

-Más que enfado, era que no entendían muy bien la circunstancia. Cuando hablé con ellos intenté hacerles ver que aquello es una realidad, que hay gente que está por la devoción a los titulares y que precisamente es el motivo que ha impulsado a la no disolución de la prohermandad. Sigue adelante, y precisamente porque ese movimiento parroquial, aunque sea muy básico, es importante seguir adelante con él. Yo lo he entendido así, y desde luego están respondiendo en ese aspecto. Son gente de la parroquia, vecinos del barrio, aunque otros vivan más alejados, y he visto buen ambiente, dentro de no entender muy bien las circunstancias.

-¿Trabaja con algún horizonte temporal?

-Temporal, no, porque como esto ha sido tan tardío y estamos tan metidos en la Cuaresma lo que queremos es salvar la estación de penitencia. Hemos retomado los ensayos de costaleros, pero aunque estaba todo programado he tenido que volver a hablar con todo el mundo: capataz del Señor, costaleros, banda. Es casi empezar de cero, en un mes.

-¿Qué papel tiene el nuevo párroco, Rafael Rabasco, que lo es también de San Lorenzo?

-La tarea del párroco es ubicar las realidades de la parroquia. En el Consejo Pastoral existen varios grupos y cada uno debe tener sus sitios. Estaba un poco mezclado que una sala la usaban varios y no quedaba muy claro dónde empezaba uno y dónde acababa otro. Cuando va todo bien en la parroquia, o entre los grupos, no pasa nada, pero si hay un momento de enfrentamiento, y en este caso lo hubo entre la Salud y la hermandad del Carmen, hay que poner un poco de orden. Se comparten espacio, pero cada uno en su sitio. A don Rafael se le da muy bien este tipo de organización.

«He explicado que se sale por la devoción y no por las personas que estén. El grupo más numeroso lo ha entendido»

-¿Piensa entonces que tiene solución?

-Sí, sinceramente pensaba que iba a encontrar más reacción contraria, de gente que no querría salir, porque han venido unos extraños. Luego vas hablando con la gente y lo entiende. Algunos me dicen que se van a dar de baja o no van a salir, y se les explica que ésto no es de unos pocos. Hay una realidad, hay una devoción y sales por esa devoción y no por las personas que estén. Hay quien no lo entenderá y no saldrá, pero el grupo más numeroso lo ha entendido y sí saldrá.

-¿Ha encontrado muchas sorpresa en secretaría y tesorería?

-Hay mucho trasiego de papeleo. Me explico: no es como en otras hermandades, en que hay previsión de ingresos reales. Tienes previsión de ingresos de las cuotas de hermanos, de papeletas de sitio, que son fijos. Ellos la hacían del supuesto de ingresos de eventos: barras, cruces de mayo. Los gastos lo hacían teniendo en cuenta esos ingresos, pero si fallaban, no había cómo asimilarlos. Habrá que seguir viendo papeles: entre el traspaso no llevo tanto tiempo, y hay que ver qué cosas hay en las actas. Hay enseres que son donaciones de hermanos, pero hay que ver si es real y hay un documento. Todo eso está pendiente.

-¿Cómo se recibió el que no vaya a salir la Virgen de Regla, como estaba previsto?

-Lo que estaban más dentro, como las camareras, llevaban tiempo trabajando y preparando el palio estaban más tristes, pero los que estamos en cofradías vemos que era muy precario. Había muchas cosas sin terminar y sin probar, y era muy precipitado en las fechas en que estamos.

-¿Qué se va a notar en la estación de penitencia del Jueves de Pasión?

-Lo que trato es de dejarlo todo tal y como estaba, dentro de unos límites. Se permite el hábito nazareno, aunque en principio se dijo que no, ya que llevaba varios años. Algunos enseres que salían en el cortejo se pedían prestados a otras hermandades, y yo no lo voy a hacer. La hermandad saldrá con lo que tenga, y si no hay no pasa nada. Todos hemos empezado de cero. Soy muy reticente a pedir cosas prestadas. En primer lugar, tienes que ser solvente, porque si le pasa algo a una pieza debes responder, y la prohermandad no está en esa situación. Ahora mismo estamos para cubrir los gastos.

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