La huella de San Acisclo y Santa Victoria, patronos de Córdoba, vuelve viva a las calles

Los niños y el profesorado de 16 colegios de la capital y la provincia de la fundación diocesana no faltaron a la peregrinación en honor de San Acisclo y Santa Victoria en la Catedral. Este año la amenaza de lluvia hizo concebir un plan B para la celebración central en torno a los mártires.

En el caso de que la lluvia hiciera acto de presencia, en lugar de tener la peregrinación con el paso de las imágenes de San Acisclo y Santa Victoria con el largo cortejo por las calles con destino a la parroquia de la Compañía, el acto se habría quedado en el interior de la Catedral.

La Fundación Santos Mártires consagra el mes de noviembre a profundizar en el conocimiento y la divulgación de la vida de quienes sufrieron la muerte por sus creencias, con el trabajo académico, actividades lúdicas y rutas culturales. Los niños y los jóvenes, sus familiares, los docentes y demás personal de los centros participan en las propuestas. Más de 1.500 personas acudieron a la llamada.

Se trató de una jornada alegre y festiva vivida con el sentimiento de pertenecer a una amplia comunidad educativa en sintonía con los mártires, testimonio vivo de fe y entrega que llega intacto hasta la actualidad. Los carteles, como si fueran estandartes, distinguían en el cortejo a los colegios.

Los jóvenes abrieron un colorido camino por las calles que desafió al color del cielo para cumplir con un rito joven, nacido el año pasado, y que recogió la personalidad de cada colegio con el único rezo ante los patronos de Córdoba. Acompañaron el obispo, Demetrio Fernández, y el alcalde, José María Bellido.

Este año el paso guiado por Enrique Garrido, con la cuadrilla de alumnos de la propia fundación y las marchas de la banda de música del Cristo del Amor discurrió por la puerta de Santa Catalina hacia Cardenal Herrero, Deanes, Conde y Luque, Agrupación de Cofradías, Ángel de Saavedra y Santa Victoria para llegar hasta la Compañía. Para ese entonces llovía ligeramente.

Las imágenes, que se veneran en la ermita del Socorro, iban sobre el paso del Corpus Christi que utiliza la hermandad de la Agonía para su procesión eucarística en junio. Había flores blancas y rojas, el color de los mártires por ser el de la sangre, y los faroles de la hermandad del Perdón.

Además, como ya es clásico este día, la hermandad de la Misericordia hizo su ofrenda floral ante el monumento a los mártires en el Puente Romano, próximo al triunfo de San Rafael. Posteriormente, la basílica de San Pedro acogió la santa misa presidida por el obispo de Córdoba con el rito hispano-mozárabe, con la que se pudo lograr indulgencia plenaria.

La semana próxima, los días 24, 25 y 26 de noviembre a las siete de la tarde, la Misericordia programa en su templo el solemne triduo a los Santos Mártires de Córdoba, con misa y homilía a cargo de Ángel Roldán Madueño, presidente de la Fundación Santos Mártires. El día 26 es la función votiva solemne ofrecida por el Cabildo Catedral.

Por su parte, en la iglesia de San Hipólito la hermandad de la Buena Muerte recuperó el besamanos de la Reina de los Mártires. La peana de la Virgen, obra de Jesús Domínguez de los añós 50 del siglo pasado, se vio recién restaurada, tras unos trabajos acometidos por el orfebre cordobés Emilio León.

La corporación de la Madrugada tiene fijado el solemne triduo a Nuestra Señora Reina de los Mártires los días 24, 25 y 26 de noviembre a las 19.30 horas. El superior de la Compañía de Jesús en Córdoba, Ángel Ortiz de Urbina Basabe ocupará la sagrada cátedra. La fiesta de fundación será el domingo 27 de noviembre a las 12.00 horas.