Más corto, más ancho, más alto: las cofradías de Córdoba ajustan las dimensiones de sus palios

Hasta siete lo han realizado o tienen previsto hacerlo, y en ocasiones con reformas de bastante calado. Uno de ellos, el de la Virgen de las Lágrimas, ya se verá en la calle este año.

El primer paso en someterse a este proceso fue el de Nuestra Señora del Mayor Dolor, titular de la hermandad del Calvario. Casi siempre pasa por hacer pasos algo más anchos, algo más cortos y, en lo que sea posible, también con varales más altos.

Éste pasó de dos metros a 2,29, mientras que los varales ganaron 17 centímetros de altura. El impacto fue inmediato y la reforma propuesta por Fernando Morillo-Velarde y Álvaro Doctor se fue extendiendo a otras cofradías.

Es una tendencia que busca acercarse a medidas entendidas como más armónicas y naturales y que estarían en una anchura de 2,30 metros y una longitud de entre 3,30 y 3,40. El entrevaral sería de entre 60 y 65 centímetros.

¿Qué pasaba entonces en Córdoba? Para empezar, las puertas de las iglesias antiguas son pequeñas y no permitían mucha anchura. Para compensarlo, algunas hermandades, en las décadas de 1970 y 1980 optaron por hacer los pasos más largos, con lo que la proporción se hacía más dispar.

El siguiente paso en someterse a la reforma fue el de María Santísima de la Caridad, titular del Buen Suceso, que se pudo ver en 2019 con nuevos respiraderos, más ancho y más corto, y sobre todo un altura mucho mayor, que se añadió a los varales.

También de San Andrés tuvo que haber salido la Virgen de la Esperanza en 2020 con sus nuevas medidas, pero hubo que esperar hasta 2022. En este año el paso pudo verse con mayor anchura y altura y el efecto se notó en la forma de percibir a la Virgen.

En el proceso está también la hermandad de la Sentencia, aunque los principales efectos se verán cuando pueda salir de la casa de hermandad que se tiene que construir entre las calles Saravia y Barroso, ya sin los problemas de espacio del atrio de San Nicolás.

La cofradía aprobó hace poco un proyecto para que el paso de María Santísima de Gracia y Amparosea 30 centímetros más ancho y con la misma longitud actual. Supondría adaptar el respiradero frontal y las bambalinas delantera y trasera.

La altura ya estaba resuelta, porque los varales llevaban en 2022 un suplemento para ganar 16 centímetros, aunque no se pudieron ver en la calle por la lluvia.

Aún más calado tienen las reformas de los que hasta ahora eran los mayores palios. El Miércoles Santo se verá el de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo, que perderá 60 centímetros de longitud (y una trabajadera) hasta quedar en 362.

Es un trabajo profundo que contempla pasar todos los bordados a nuevo terciopelo y hacer que las bambalinas estén unidas, y no separadas, como hasta ahora. El entrevaral pasará de 78 a 63 centímetros.

Lo mismo sucederá con el palio de Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad, según el proyecto aprobado por los hermanos de Jesús Caído. Mantendrá la anchura actual pero será mucho más corto: se quitarán 90 centímetros para volver a la medida que tuvieron los respiraderos originales que realizó Manuel Seco en 1930.

También implicará adaptar los bordados del techo y las bambalinas, que estarán unidas en los laterales. Este trabajo, como en el caso de las Lágrimas, lo hará el taller malagueño de Juan Rosén.