Pasión en Córdoba

La apoteosis de la Paz de madrugada en Córdoba

La Virgen coronada recibe el calor de las hermandades y el público en su regreso a Capuchinos, que se produjo a las seis de la mañana

La Virgen de la Paz, aclamada reina entre el cariño de sus devotos

Coronación | La Virgen de la Paz reina con su corona en Córdoba

La Virgen de la Paz resplandece con su corona de oro en su procesión por la noche Valerio Merino

Apoteosis, explosión de alegría. Los calificativos se agotan para explicar el derroche de fervor desatado en torno a María Santísima de la Paz y Esperanza. Entró la noche y la madrugada en Córdoba y la Virgen seguía recibiendo gestos de cariño de los devotos ... en las calles y de las hermandades por cuyos templos pasó.

Cánticos, ramos de flores, felicitaciones, abrazos, altares, vivas y aplausos. Todo llevaba a rendir honores a la Paloma de Capuchinos por su coronación canónica y pontificia.

Al filo de las seis de la madrugada, el palio pisaba la plaza de Capuchinos. Era dos horas más tarde de lo estimado, pero tampoco importaba porque hubo momentos del recorrido en los que el tiempo se detenía y merecía la pena recrearse soñando que fuera eterno. El círculo se cerraba, el deseo se había hecho realidad.

El palio, girado ante la parroquia de la Compañía Hermandad Sepulcro

Santo Sepulcro

Antes, durante la procesión triunfal la hermandad del Santo Sepulcro esperó con una representación del cabildo de oficiales con el cancel abierto de la Compañía y el altar encendido del triduo a la Virgen del Desconsuelo en su Soledad. Allí, en la plaza de la Compañía le hicieron una ofrenda floral.

El hermano mayor del Sepulcro, Alfonso Orti, felicita a Enrique Aguilar, el de la Paz Hermandad Sepulcro

Ante el Ayuntamiento, el alcalde, José María Bellido, recibió a la imagen y le entregó una insignia. Los costaleros se recrearon en este especial momento en el que se cantó la Salve de la Paz.

Altar preparado ante la iglesia de San Pablo por la hermandad del Rocío Hermandad Rocío

Unos metros después, a la una de la madrugada, la hermandad del Rocío acogió a la Virgen de la Paz en la Real Iglesia de San Pablo con un espectacular altar.

El himno del centenario de la coronación de Nuestra Señora del Rocío inundó de belleza la calle Capitulares que, en aquel instante, se convirtió en marisma.

El 8 de septiembre de 1939 la Virgen de Martínez Cerrillo se bendijo en la parroquia de San Andrés, y también este lugar tuvo una especial significación en la celebración.

Una representación de la junta de gobierno del Resucitado recibió a las puertas de Santa Marina a María Santísima de la Paz y Esperanza en el día de su coronación canónica para realizarle una ofrenda floral y transmitir a sus cofrades la enhorabuena.

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