«Ahora, seis meses después, seguimos sin saber nada, absolutamente nada. La Policía Nacional sigue con la investigación, pero no nos ha desvelado en qué punto se encuentra. Ha pasado mucho tiempo ya», se lamenta su nieto, Antonio Mayorgas, portavoz de la familia.
La última batida tuvo lugar el pasado mes de mayo, cuando se desplegó un gran dispositivo formado por agentes, Bomberos, técnicos del Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA), voluntarios de SOS desaparecidos y hasta operarios de Aguas de Lucena. El área que se rastreó fue una zona al este del municipio entre el parque del Cascajar y el Puente Vadillo, cerca del río Lucena.
Fuentes policiales han confirmado a ABC que «no hay novedades y por el momento no se van a organizar más batidas». La desaparición de Pedro tiene todas las hipótesis abiertas. En un principio se llegó a pensar que no se encontraba en Lucena y también se especuló con la intervención de terceras personas, si bien no hay nada confirmado hasta la fecha.
El hombre mide 1,60 metros de estatura, tiene una complexión delgada, el pelo canoso, ojos azules y usa gafas graduadas.
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