Las roturas en la red hacen que se pierda del 35% al 40% del agua en Lucena

Porque, pese a las medidas adoptadas, la recuperación es aún insuficiente tras la avería que sufrió la red de Emproacsa (Diputación) hace unos días y que dejó a la ciudad en una situación crítica.

Desde Aguas de Lucena se señaló que tanto el depósito municipal de La Calzada como el de El Cahiz no han logrado superar todavía el 50% de su capacidad de 6.000 metros cúbicos -12.000 en total-.

A ello contribuye el hecho de que, ante la situación de sequía, la empresa provincial haya recortado la cantidad de agua que envía diariamente desde la planta del embalse de Iznájar, lo que supone menos horas de abastecimiento en un momento del año en el que las altas temperaturas disparan el consumo.

Así las cosas, Aguas de Lucena mantendrá estos cortes nocturnos, desde la medianoche hasta las 6.00 de la mañana mientras no se revierta la situación.

Además, la junta general de Aguas de Lucena se reunió ayer para, tras las últimas municipales, elegir los integrantes del consejo de administración, que estará presidido por el propio alcalde, Aurelio Fernández, actuando de consejera delegada, María de la O Redondo. Esta misma semana, se reunirá por primera vez dicho consejo para estudiar la adopción de nuevas medidas.

Durante esa junta general, Redondo avisó de que, más allá de la necesaria renovación de la red de abastecimiento de Zambra, el principal problema reside en estos momentos en la deficiente situación de la red de baja.

Según advirtió, en Lucena se estaría perdiendo en este momento entre un 35 y un 40 por ciento del agua que entra en la red de distribución debido a múltiples roturas.

Una de las primeras medidas que ha adoptado el nuevo equipo de gobierno municipal del PP ha sido encargar un «plan de urgencia» para detectar las calles más afectadas por estas roturas.

Según la edil, en base al número de averías que se atienden desde el servicio de aguas, este plan ya tiene puntos señalados en rojo en calles como Catalina Marín, pendiente de una actuación integral, o la zona de Quiebracarretas, donde los problemas de la red de saneamiento y abastecimiento por el terreno de relleno incluso han propiciado el hundimiento de calles y viviendas en los últimos años.