Cosmopoética
Malevaje, los versos del desengaño que viven en el tango suenan en Córdoba
El grupo homenajea a una música de letras desgarradas con que Argentina recorrió el mundo en las voces de Gardel y Discépolo
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Córdoba
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Iniciar sesiónPrimera sorpresa. Los que sólo conozcan su voz a través del tango y la escuchan con el acento porteño y el tono arrogante de la Boca, todo lo que él entiende como imprescindible para cantarlo, tienen que saber que Antonio Bartrina es madrileño, ... y su grupo, Malevaje, nació en 1984 como «una anomalía de la movida», según reconoce. «Cuando cantamos en España me dicen que tengo acento argentino y cuando lo hacemos allí me dicen que mi acento es raro», dice. Pero es lo que tiene que hacer: «Es como si el flamenco no se cantara con acento andaluz».
Si Cosmopoética ha mirado en 2022 a Argentina, el tango, la música que a muchos les suena en la cabeza cuando ven la bandera albiceleste, tenía que sonar, y lo hizo este sábado, en la clausura, y con la presencia de Malevaje en la noche del Cine Fuenseca.
Un siglo después de la era dorada en que Carlos Gardel comenzó a cantar lo que antes era música instrumental para bailar, el tango sigue fascinando sobre todo a los hispanohablantes. Antonio Bartrina cita para explicarlo a Osvaldo Larrea, el primer bandoneonista que tuvieron. «El tango te cuenta tu propia vida», decía el maestro del instrumento que marca el ritmo y el desgarro de la música.
Y esa propia vida habla del desamor, del desarraigo, de la marcha de la patria, de la desesperación y de la tristeza. De lo que siempre acompaña al hombre. Aunque los hay alegres, también tiene su explicación: «Era la época de la emigración a América desde muchos sitios de España y desde Italia, y los que llegaban allí encontraban que no siempre les iba tan bien como pensaban. Y allí nació en tango».
A principios del siglo XX, primero como un baile arrebatado y escandaloso y más tarde en la voz de Carlos Gardel y luego de muchos más. Fue música popular que apenas se interpretaba con tres instrumentos y que luego caló a las grandes orquestas. «Daniel Barenboim, el pianista y director de orquesta argentino, lo ha hecho con sus formaciones», recuerda Antonio Bartrina. Y Astor Piazzolla lo deconstruyó y reinterpretó, al principio con mucha incomprensión.
«El secreto del tango se que te cuenta tu propia vida, como nos dijo nuestro bandoneonista»
Antonio Bartrina
Cantante de Malevaje
Caló a la música y a la poesía, que es de lo que va Cosmopoética, y las letras vivieron felices entre la música y la literatura. «Son obra de algunos de los mejores poetas argentinos, de los que se estudian en los colegios y en la Universidad», recuerda el cantante de Malevaje, que insiste en que «son letras impresionantes» por su capacidad de mostrar emociones y por su perfección formal.
No hay más que buscar ejemplos que todo el mundo se sabe: «Sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada errante en la sombra te busca y te nombra», cantaba Gardel en un tango mil veces citado. 'Mano a mano' o 'Yira, yira' los han cantado con gente como Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute y Juan Perro.
'Cambalache'
Pone otro ejemplo algo posterior, pero también clásico: Enrique Santos Discépolo estuvo dos años trabajando la letra de 'Cambalache', el tango que le aseguró la posteridad y que después marcó a varias generaciones de cantantes en lengua española.
«Si salió porque su mujer lo publicó. Tal vez si no lo hubiera hecho habría estado muchos años dándole vueltas», dice. De ahí quedó el tango inmortal que empieza con aquello de «Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé, en el 506 y en el 2000 también».
Por Cosmopoética han pasado Andrés Neuman, Hugo Mujica y Consuelo Iturraspe para que los cordobeses conozcan cómo escriben los argentinos, pero de vez en cuando también Malevaje cruza el charco para llevar a Argentina una música que en realidad viene de allí.
«Están muy orgullosos de lo que hacemos y de que su música llegue hasta España, cuenta el músico mientras relata cómo Malevaje, además de darse el lujo de interpretar muchos de los clásicos, también ha escrito temas nuevos que sonaron en el cine Fuenseca para seguir contando que sin bandoneón, rodilla flexionada en ángulo recto y ecos del puerto de Buenos Aires tampoco se contará una historia completa de la poesía argentina.
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