Cosmopoética abre sus versos de ida y vuelta en un mismo idioma en Córdoba

Con todas las invitaciones retiradas desde hacía días, el siempre fiel público de Cosmopoética entró de lleno en la propuesta de los dos escritores. Como había expresado Mariano Peyrou poco antes del comienzo, «son países muy cercanos, porque cualquier país lationamericano está muy cerca de España por muchas cosas. Pero hay diferencias que se manifiestan cuando uno viaja o encuentra alguien de otro lugar». Los libros han ayudado: «En Argentina se lee a los escritores españoles y al revés». Para hablar de los matices bromeó con una frase de Oscar Wilde al comprar a los británicos con los norteamericanos: «Nos unen muchas cosas, a pesar del idioma».

La poesía es un lenguaje en el que hay que construir a partir de la ambigüedad, de la ambivalencia, «que los lectores tienen que hacer suyo como en una experiencia diferente, como en otro orden, para que no sea tan concreto todo». Mariano Peyrou se confesó amante del misterio, de eso que queda en la poesía en la literatura sin descifrar o sin una explicación unívoca. «Para despejar ya tenemos las ecuaciones y las ciencias, que tratan de responder preguntas y establecer regularidades», afirmó.

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Para él, el arte se tiene que dedicar a otra cosa distinta de las ciencias, y eso a pesar de que algunos autores y lectores piensan «que la poesía tiene que ser comprensible».

Peyrou es músico además de poeta y al hablar de ello la conversacion recuerda a Verlaine, que define a la poesía como «ante todo, música». «En el caso de un texto poético lo fundamental no es el contenido. Él busca lo fundamental en el sonido, en cómo riman las palabras y el ritmo, y los demás lo ponemos en otras dimensiones», aclaró, para después insistir en que esta ambivalencia está en el arte. Hay cuadros, incluso figurativos, en que la interpretación está abierta.

El misterio se extiende también a la relación con los lectores, que en marcos como Cosmopoética se hacen más estrechas. En principio, el poeta no sabe quién compra y lee su libro. Para él, «no es fácil conectar con el público», porque muchos otros prefieren letras en que el contenido está claro. Por eso se lee más la novela.

Por eso la experiencia del lector de poesía es «única, individual e incomentable». «No tiene prestigio y el sistema de valores actual no valora esas cosas», afirmó. Y pese a la gran afluencia de Cosmopoética, que él ya conoce, eso tiene que ver con la imbriación de la actividad en la sociedad de Córdoba. ¿Qué pasaría en cualquier otra semana? La respuesta no se sabe, pero desde ayer la poesía tiene público.