ENTREVISTA
Juan Gutiérrez, primer graduado en Veterinaria con Asperger: «Esta es una batalla que no puedes ganar solo»
Esta es la historia en primera persona de una superación personal. No ha sido un camino fácil
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Córdoba
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Iniciar sesiónNada más tomar asiento en la cafetería del Rectorado, Juan Gutiérrez (Córdoba, 1997) desgrana un refrán. Dice así: «Si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, va a pensar toda su vida que es un inútil». El refrán entra como un ... guante en su propia biografía personal. Con diez años fue diagnosticado del síndrome de Asperger, pero no lo supo hasta años después. Ahora acaba de graduarse en Veterinaria. El primero con ese diagnóstico en la historia de la Universidad de Córdoba.
Hasta llegar aquí no ha sido un camino fácil. Toda su infancia la transcurrió en Baena, donde no encontró un ecosistema adecuado. «Yo era un chaval con cualidades diferentes y allí no estaba creciendo», asegura. Y añade: «Tengo malos recuerdos de algunos compañeros que no me trataron muy bien. Y de algunos adultos, que no entendían que era un chaval con cualidades diferentes».
-Usted ha sentido 'buylling' en propia carne.
-Sí. Lo he sufrido. El acoso escolar sigue siendo un problema en nuestra sociedad. Le voy a ser sincero: mi caso no ha sido el mejor gestionado. Yo no me voy a inventar que lo he pasado mal. ¿Qué gano yo inventándome eso?
Acoso
-¿Qué le diría a los acosadores?
-Que sean muy felices. Y que gracias por enseñarme lo que no quiero ser. Nada más.
-Ha sido difícil estudiar en el colegio para usted.
-Depende de la asignatura. Es verdad que con los cambios del sistema de estudio me ha costado. Y con los cambios de compañeros también.
-¿Qué le decían los compañeros que lo acosaban?
-No es que te insultaran. Con la exclusión es suficiente.
-Se sentía excluido.
-En los últimos años sí. Yo en la Universidad no he sufrido, pero he escuchado historias de personas que han sufrido ciertos patrones. En la Universidad la gente no es tan madura como parece.
-¿Cuándo fue usted diagnosticado del síndrome de Asperger?
-A los diez años, pero mis padres tardaron tiempo en decírmelo. Los psicólogos consideran que fue probablemente un error, porque me ha generado una carga psicológica. No es lo mismo empezar a trabajarlo desde los diez años que desde los dieciséis. No lo hicieron con mala intención, pero ese patrón se sigue repitiendo. No soy el primero.
-¿Recuerda el día en que se lo dijeron?
-Sí. Estaba casi en la Universidad. Sentí alivio, pero tuve que empezar a procesar la información. Porque mire: ¿a un perro cuándo lo empiezas a adiestrar? Cuando es cachorro. ¿Qué pasa si lo vas habituando a un comportamiento no deseado y se vuelve adulto? Que ya tiene normalizado ese comportamiento. Por eso, es importante trabajar desde edades tempranas. ¿Sabe lo mejor para evitar el «buylling»? La prevención. Es cuando los chavales tienen neuroplasticidad.
-¿Ha digerido bien su situación?
-Le confieso que tuve una época mala de rencor. Yo no le voy a mentir. He tenido momentos duros de mi vida y no siempre me han sabido comprender.
-¿Rencor hacia quién y por qué?
-No rencor, en realidad. El acoso escolar durante años se intenta maquillar como que son cosas de chavales. Luego te das cuenta de la realidad y eso te marca. Hay muchos adultos a quienes el acoso escolar le ha destrozado la vida. Por desgracia, es un tema tabú. Como el Asperger, que también es un tema tabú.
-¿Lo sigue siendo?
-Veo que hay más conciencia ahora, pero en mi época no había tanta.
-Leo en internet sobre el Asperger: «Trastorno del neurodesarrollo caracterizado por dificultades significativas en la interacción social». ¿Se reconoce?
-Parte sí y parte no.
-¿En qué parte sí?
-En que es un trastorno del neurodesarrollo, porque ciertas partes neuronales las tengo mejor desarrolladas que otras.
-¿Y en qué parte no?
-En que depende de qué tipo de interacción social.
-¿De qué depende?
-De la otra persona. No sé si me está ayudando porque quiere aprovecharse de mi.
-Desconfía.
-Exactamente. Más de una vez me ha pasado.
-¿Podemos vivir sin los demás?
-No. Somos seres sociales por naturaleza. Yo no hubiera llegado tan lejos sin la ayuda de miembros de mi familia y de mis amigos. Es una batalla que no puedes ganar solo.
-También he leído en la prensa lo siguiente: «Primer graduado de Veterinaria con Asperger». Está haciendo historia.
-Yo soy un estudiante más. No necesito ser famoso para ser feliz.
-¿Qué ha buscado en Veterinaria?
-Aparte de que me gustan mucho los animales, sobre todo, la investigación y poder expresar todo el potencial que en mi momento no pude.
-¿Y qué ha encontrado?
-Amistades de verdad. De las que no te traicionan. Y he encontrado superación a nivel personal y académico. Y descubres también que esos gustos que te hacían sentir tan raro, como que la gente tenga reptiles, por ejemplo, ya no son tan raros. En Baena no encontraba eso.
-Por cierto, tiene dos lagartos.
-Sí. Hidra y Cirila, con la que llevo ya seis años. Hace dos años tuve un hurón que falleció por Covid. Fue una patada para mí.
-¿Por qué le gustan tanto los animales?
-No sé. No te traicionan como algunas personas. Lo digo claramente. Mis animales no los cambio por nada.
-¿Qué teme de las personas?
-Los seres humanos hemos avanzado muy poco en educación emocional.
-Las personas son como usted.
-Cierto. Ya no tanto, pero hubo una época en la que no me fiaba de nadie.
-Pensaba que le iban a hacer daño.
-Claro. Esas son las cosas que te marca el acoso. En el acoso escolar no hace falta pegar ni insultar. Simplemente con excluirte.
Fisiología animal
-Me dice un pajarito que ha sacado unas cuantas matrículas de honor en la carrera.
-Cuatro. La primera fue Fisiología Animal. La segunda, Enfermedades Infecciosas. La tercera, Epidemiología. Y la cuarta fue Clínica de Animales Exóticos.
-O sea: es usted un empollón.
-Sí. Si me organizo y no se me rompe la rutina, no hay problema. Y, sobre todo, cambiar de aires. Es lo que más me ha ayudado.
-La rutina es su tabla de salvación.
-Sí. Me da seguridad. Me da fuerza. Soy como la naturaleza: me tengo que mantener en equilibrio.
-Y le gusta estudiar.
-Sí, pero también me gusta tener tiempo para disfrutar. Voy a nadar y estoy preparando con un compañero unas jornadas de reptiles y anfibios en Alcalá la Real.
-Es usted experto mundial en reptiles.
-¡Hombre, experto mundial no! Apenas estoy empezando.
-¿Qué tienen de lindos estos animalitos?
-No lo puedo explicar. Es un sentimiento que no se puede explicar con palabras.
-De hecho, su trabajo de fin de grado examina los reptiles como bioindicadores de la contaminación ambiental.
-Los reptiles nos informan de los cambios en el medio ambiente y la actividad antropogénica. Y también de las repercusiones sobre su sistema reproductor.
-Y de dinosaurios sabe más que Steven Spielberg.
-Tampoco sé tanto. Poca cosa. Leía mucho de pequeño, pero me queda bastante que aprender.
-¿Qué quiere hacer cuando sea mayor?
-Ya soy mayor. He aprendido del covid a no ponerme metas a largo plazo. Ahora lo que quiero es cambiar de aires una temporada.
-¿Quiere ser profesor?
-Me lo he planteado muchas veces y no lo descarto. La investigación aquí está muy mal pagada. Seguramente opositaré.
-Es usted fan del heavy metal. Toma castaña.
-Soy fan de un grupo que se llama Disturber y que canta canciones para transmitir un mensaje a la sociedad.
-¿Qué mensaje?
-Por ejemplo, canciones para personas que estén pasando por un momento de mala racha. O canciones para personas que han perdido a un ser querido.
-¿Qué le pide a 2023?
-Que, si me vienen momentos buenos, disfrutarlos. Y, si me vienen momentos malos, tener la fuerza para poder levantarme. No pido nada más.
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