Un grupo de críticos del PSOE piden la salida de Rafi Crespín de la dirección provincial en Córdoba

El argumento principal que sostiene este sector crítico para reclamar la salida de Rafi Crespín de la dirección provincia de los socialistas en Córdoba es la evidencia de que el PSOE se ha convertido en un partido perdedor de comicios, después de «perder en las últimas cuatro elecciones (a saber, autonómicas, generales, municipales y europeas) en la provincia». Unos malos resultados en las urnas que le han llevado a perder la Diputación de Córdoba, uno de los tres parlamentarios en Andalucía, ceder 16 alcaldías (13 en el saldo tras recuperar otras tres) en la provincia y caer por primera vez en unos comicios en Europa. Una sangría que consideran inadmisible.

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ABC Córdoba

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Pero, no es sólo una cuestión electoral lo que ha puesto a Crespín en la diana. Hay pesos pesados del PSOE hace apenas unos meses que estiman que se tiene que abrir una nueva etapa para devolver «la unidad al partido», la incapacidad para conectar con el electorado «joven» e incluso la pérdida, señalan en algún caso, de «los ideales socialistas».

El método que exige este sector crítico del PSOE cordobés para que haya un cambio de rumbo en el partido es doble. Que Crespín, por voluntad propia, decida «por el bien del partido ceder el paso a otros equipos», es decir, dimitir. De no ser así, los impulsores de alzar la voz contra la dirección oficial de los socialistas en la provincia abogan por «adelantar el congreso provincial lo antes posible» para buscar el giro.

Dentro de este sector crítico incluso reconocen sin taparse que están fraguando «una alternativa» para suceder a Crespín al frente del control del partido en Córdoba. De momento, sin nombres propios porque «no queremos que se centre en las personas, sino en lo que es necesario cambiar» para volver a ser un PSOE que gane elecciones en la provincia.

La primera voz socialista que hizo saltar las alarmas del cambio que tratarán de producir en la Secretaría General en Córdoba fue el expresidente del Parlamento de Andalucía y exsecretario general del PSOE en Córdoba, Juan Pablo Durán. En sus declaraciones, recogidas el lunes por la agencia Europa Press, solicitó directamente «la dimisión de Juan Espadas» al frente de la Ejecutiva en Andalucía de los socialistas. El argumento fundamental de su reclamación era el descenso de apoyos al PSOE-A «tras perder cuatro elecciones consecutivas».

La petición de dimisión del líder de los progresistas andaluces ha tenido de inmediato sus vasos comunicantes con la dirección del partido en Córdoba. ABC testó este viernes la opinión de varios exdirigentes y diferentes sensibilidades del PSOE en la provincia para conocer si el camino de Durán con Espadas en Andalucía tenía una continuidad en los socialistas con Crespín en Córdoba. La respuesta fue contundente. Ya está en marcha un importante sector crítico en el Partido Socialista en la provincia que también pide la cabeza de Crespín.

Un claro ejemplo es el expresidente de la Diputación y exsecretario general del PSOE en Córdoba, Antonio Ruiz. Dejó el cargo orgánico después de haber encadenado cinco victorias en las elecciones. De momento, su sucesora enlaza cuatro contundentes derrotas. Ruiz, en declaraciones a ABC, señaló que «efectivamente después de cuatro derrotas electorales toca asumir responsabilidades y adoptar un cambio de rumbo», ya que «la actual dirección regional y provincial no han conseguido la unidad del partido».

Para el expresidente de la Diputación, «hay que abrir una nueva etapa tanto a nivel regional como provincial; creo que los actuales dirigentes, por el bien del partido, tienen que ceder el paso a otros equipos», confirmó con la misma mesura y contundencia que le ha caracterizado en su etapa en la primera línea política.

«El PP en Córdoba tiene incluso más alcaldías que el PSOE; algo que era impensable hace unos años, por lo que creo que tienen que asumir sus responsabilidad», aseguró en referencia a Crespín y a Espadas. Además, destacó que «lo que no puede ser es que cada vez que haya unas primarias se acabe con la mitad del partido que no gana, porque, entonces, cada vez hacemos el partido más pequeño; no podemos condenar a determinadas personas al ostracismo por apoyar otras candidaturas a la ganadora».

Sobre la alternativa para suplir a Crespín, Antonio Ruiz explicó que «no es una cuestión de personas, sino que tenemos que cambiar el modelo del partido, ya que incluso ahora mismo no se corresponde en algunos casos con los ideales socialistas». Por este motivo, admitió que «vamos poner todo el esfuerzo en recuperar al partido; creo que hay que trabajar por la unidad; es el momento, sobre todo cuando no se ganan elecciones, sino al contrario, vamos de derrota en derrota consecutivas».

El exconcejal y exdiputado provincial del PSOE Víctor Montoro, en reacciones a este periódico, coincidió en el análisis con Ruiz. «Es evidente que es necesario un cambio, porque no hacemos nada más que perder y perder elecciones, estamos en mínimos históricos electoralmente y también como partido; hay que tomar decisiones valientes», apuntó sobre la posibilidad de impulsar la salida de Crespín de la dirección en Córdoba.

Para él, «los liderazgos actuales no funcionan a nivel regional ni provincial, con el agravante en Córdoba de que hemos perdido la Diputación Provincia y también uno de los parlamentarios en el Parlamento de Andalucía», por eso dejó clarísimo que «necesitamos nuevos líderes en las organizaciones», con la salida, en este caso en Córdoba, de Rafi Crespín. Sobre los nombres de la alternativa, Montoro argumentó que «no es una cuestión de nombres, sino de propuestas horizontales; el nombre es lo último que vamos a decir».

A su juicio, «para llegar al éxito de ganar en Andalucía a Juanma Moreno la persona que nos lidere tiene que tener tiempo; si saltamos al ruedo, incluso con alguien del Federal, seis meses antes de las autonómicas aumentan las posibilidades de volver a estrellarnos».

Con cierta ironía, Montoro aseguró que «el mayor éxito de los actuales equipos de dirigentes es que han unido a sanchistas y susanistas». En la misma línea, Alfonso Muñoz, miembro del partido en Pedro Abad y exsenador socialista, reconoció que «parece mentira» que haya conseguido la unidad de sanchistas y un sector de susanistas «pero es cierto».

Muñoz dejó clara su posición tendente a la salida de la actual líder de la Secretaria Provincial «con una carta abierta a Pedro Sánchez; le he pedido a Ferraz que actúe en Andalucía y en Córdoba antes de que sea demasiado tarde». En este sentido, apuntó que también ve «necesario un cambio» en el mando provincial del partido.

De hecho, fue de los más claros al solicitar que «se adelante el congreso provincial lo antes posible» para buscar una alternativa a la actual Ejecutiva en Córdoba. A su juicio, los malos resultados son el fruto de que «hay sólo cuatro que deciden y que también ejecutan, pero no escuchan a los alcaldes ni a los militantes; incluso tenemos las Casas del Pueblo cerradas».

Muñoz cree que la salida de Crespín debería propiciar que «la revolución que se quedó a medias continúe; creo que el cambio debe ser para dar otro paso adelante y no mirar atrás».

El exsubdelegado del Gobierno en Córdoba Jesús María Ruiz también atendió la llamada de ABC. El exdirigente socialista apuntó que «mi opinión ha quedado clara en mi comentario en X (antes Twitter)», por lo que aseguró que «me remito a él». En él, afirmó que «es más que evidente que el PSOE-A necesita una revisión total. Las personas que lo dirigen actualmente no pueden continuar por más tiempo para seguir perdiendo elecciones y dar la espalda a los ciudadanos».

Además, Ruiz añadió a este periódico que «ya lo advertí en 2022» que este escenario iba a darse. Ahora, desde su retiro, concluye que «me he cortado la coleta» y que «no tengo ningún interés en abrir ningún debate», pero a la vez defendió su derecho «a dejar clara mi opinión, como hice» sobre la necesidad de un cambio.

Y no es una cuestión exclusiva de exdirigentes. Una responsable orgánica del partido en la provincia de Córdoba reconoce a ABC que «esto nos concierne a todos, a los de antes y a los estamos; hay que contar con todos en el futuro», porque tenemos que «cambiar el modelo de partido, la línea de trabajo, recuperar la identidad y que la gente se identifique con nosotros; debemos encontrar la forma de trabaja contra la abstención y de conectar con los jóvenes».

Para esta dirigente socialista, el cambio urge porque «con los tiempos ordinarios se nos hace tarde; tenemos que reaccionar y adelantar los congresos».