Feijóo presenta veinte medidas para fortalecer la igualdad entre los españoles socavada por la amnistía

«Este Gobierno va a caer, pero no vamos a dejar caer a este país», dijo el líder nacional popular, que auguró que Sánchez caerá «por las mismas razones por las que consiguió la Presidencia del Gobierno, que son la mentira y la corrupción».

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La reunión que ha mantenido con los doce presidentes autonómicos del PP ha servido para alumbrar la Declaración de Córdoba, que expresa un programa de intenciones y de Gobierno común para las regiones y que se puede entender a España, pero sobre todo entendido como servicio público. «Sólo hay referencia los ciudadanos, porque somos un partido libre y sabemos que los principios con más importantes que el poder», afirmó.

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Representan los presidentes, que gobiernan para el 70 por ciento de los españoles, «a la España que no se arrodilla, que es file a la Constitución, a las leyes y al ordenamiento, que no se deja engañar por quien miente».

No faltaron críticas a la amnistía y a las cesiones a los partidos independentistas, pero Feijóo se centró en la ausencia de Gobierno: «Detrás de las mentiras, descalificaciones y cesiones, está la nada, y por urgencia nacional hay que dar un paso adelante».

La situación es inédita, porque Sánchez, según el líder popular, «es un presidente que abdica de sus funciones de gobernar, pero no se va, y que es el delegado del independentismo para gobernar a su dictado». El resultado es que ha «dijo que iba a levantar un muro, pero está cavando una trinchera y no le votaron para hacer lo que está haciendo».

Feijóo recordó que no están en el horizonte los Presupuestos Generales del Estado, porque «las únicas cuentas que se ven son las de la trama corrupta», en alusión a Koldo García y José Luis Ábalos. Y frente «a la amnistía y a la corrupción con las que el PSOE humilla a España», pone «la gestión y ejemplaridad» de los gobiernos autonómicos populares, representados allí por sus presidentes, excepto el de Ceuta.

Ante la política de Sánchez puso su trabajo, porque «gestionan los servicios públicos y son los representantes ordinarios del Estado». Por eso abren el debate sobre distintos asuntos en los que tienen competencias. Así se da que en 2025 las comunidades gobernadas por el PP tendrá una Selectividad única, y pedirán que la Real Academia de la Historia, por ejemplo, redacte los libros de Historia que se usen en los centros de enseñanza.

Es todo lo que está recogido en los acuerdos de la Declaración de Córdoba, donde figura el compromiso de que todas las comunidades gobernadas por el PP realicen medidas en común, y ahí destaca el extender la gratuidad de la educación para el primer ciclo de infantil, entre cero y tres años, pero también regular el uso de los móviles en los centros de enseñanza.

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De ahí a un mercado único, sin diferencias entre todas las autonomías, o un calendario único de vacunación, además de fijar un marco común en las pruebas para la prevención del cáncer. Se hace «porque es lo que necesitan los españoles y es la obligación», pero también su forma de diferenciarse «de amnistías y corrupciones». «Nuestro deber es encender las luces de la esperanza», resumió.

La Declaración de Córdoba también supondrá comprometerse en la coordinación de la política de inmigración, luchar «por una financiación autonómica justa y sin privilegios» y fomentar un Pacto Nacional por el Agua que suponga una mejora de las infraestructuras hídricas, para hacer frente a períodos de escasez.

Se buscará un plan de choque para que haya más médicos de atención primaria, una norma de simplificación administrativa «al menos una vez al año» y un programa de prevención para proteger a los recién nacidos de las enfermedades de esta etapa de la vida.

Se trata, como resumió Feijóo, de proteger el estado de las autonomías y de hacer que no se conviertan en lugares independientes, sino que a su forma garanticen la «igualdad» entre los españoles, frente a lo que supone la amnistía de trato de favor hacia algunos de ellos.

La Declaración de Córdoba la han firmado uno por uno todos los presidentes autonómicos, desde la de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que ha ejercido de anfitrión, y que ha reprochado a Sánchez que su modelo «no es de la cooperación ni el diálogo», sino de la imposición a las comunidades autónomas.