Elecciones municipales Córdoba 2023 | Éstos son todos los alcaldes que han gobernado Córdoba y sus partidos

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Las claves que decidirán los resultados de las elecciones municipales de Córdoba 2023

Francisco Poyato

La participación, el posible 'castigo' al sanchismo, el plus del alcalde y su gestión, el 'efecto Juanma Moreno' o la competencia entre izquierdas, son algunos de los factores a tener en cuenta

De estos 44 años de ayuntamientos democráticos, el PCA e IU (las siglas en las que se sumergieron los comunistas) han sido los que más tiempo han ostentado el bastón de mando: durante 28 años. El PP es la segunda formación con 12 ejercicios. Y el PSOE completa el listado con un mandato al frente de la ciudad. En esta información, repasamos todos los alcaldes que ha tenido la capital en estas últimas cuatro décadas y media.

Las primeras municipales, tras la instauración de la democracia, que se celebraron en abril de 1979, otorgaron el bastón de mando a Julio Anguita, el candidato del PCA. La formación comunista obtuvo el triunfo con ocho ediles de los 27 que había en liza -fue un triunfo sin holguras-. Se conformó un gobierno de concentración entre el PCA, el PSOE y los andalucistas.

Ese primer mandato está considerado como un periodo clave en el municipalismo local: Capitulares cierra la red de abastecimiento de agua y alcantarillado para toda Córdoba, coge cuerpo el potente sector público del Ayuntamiento con la municipalización de Aucorsa o se adquiere el Gran Teatro.

En las siguientes municipales, Anguita y el PCA arrasaron. Obtuvo mayoría absoluta con 17 de los 27 asientos del Pleno. Pero no completaría el mandato. En los primeros compases de 1986, dimitió para ser candidato a la Presidencia de la Junta en las autonómicas ya por las siglas de IU. Su ascendente sobre la ciudad es imborrable, como se evidenció con su fallecimiento en mayo de 2020.

Herminio Trigo, portavoz del PCA, primer teniente de alcalde y edil de Presidencia hasta entonces, fue el sucesor de Anguita en febrero de 1986. En los comicios de 1987, ya bajo las siglas de IU, la lista que encabezaba logró el triunfo pero evidenció también los efectos de la marcha de una figura tan carismástica como la del primer regidor de la democracia. La coalición de izquierdas obtuvo la victoria cómodamente, con 10 de 27 concejales, pero perdió la mayoría absoluta.

De su primer mandato, queda como un hito enorme la firma del convenio con el Ministerio de Obras Públicas, la Junta de Andalucía, Renfe y el Ayuntamiento para crear la estación del AVE y generar todo un barrio nuevo con el soterramiento de las vías: el Plan Renfe.

Cuatro años después, Trigo e IU revalidaron la victoria; incluso de una forma más holgada. Porque, ya con un Pleno de 29 integrantes (como en la actualidad), obtuvieron 13 representantes. Su segundo mandato se vio empañado por su convulsa salida de la Alcaldía. En enero de 1995, el regidor anunció su dimisión después de que la Audiencia Provincial le hubiera condenado a seis años de inhabilitación por un delito de prevaricación en una contratación de un trabajador.

Manuel Pérez asumió la Alcaldía en enero de 1995 después de que dimitiera Trigo. Hasta entonces, había sido primer teniente de alcalde y concejal de Presidencia. Como su antecesor pertenecía a IU y se iba a convertir en el regidor que ha estado menos tiempo en el cargo en Córdoba en el actual ciclo democrático.

Porque en los comicios de mayo de 1995, la izquierda a la izquierda del PSOE por primera vez perdió las municipales en la capital. Obtuvo 11 concejales frente a los 13 del PP, que estrenaba triunfo en la ciudad. Pese a que PSOE e IU sumaban más ediles (16) no hubo pacto entre ellos y Pérez tuvo que abandonar el bastón de mando.

Rafael Merino, un político que ya había demostrado tablas en el anterior mandato en Capitulares, encabezó en 1995 la lista de los populares, que, como se ha indicado, lograron el triunfo sumando 41 de cada cien votos emitidos. Se convertía así en el primer alcalde del centro derecha desde la instauración de la democracia.

En su gestión, fue un eje de trabajo destacado el saneamiento de las arcas municipales. También sentó las bases para incorporar el río a la ciudad, inició la redacción del PGOU (la 'biblia' urbanística de la ciudad) aún vigente o planteó el Centro de las Culturas en Miraflores, un moderno museo de la ciudad y un espacio congresual. La creación de un gran equipamiento de ciudad al otro lado del río iba a marcar los siguientes mandatos.

Pero Merino sólo ostentó la Alcaldía un mandato. En la cita con las urnas de 1999, pese a obtener un excelente resultado -14 ediles, que le dejaron acariciando la mayoría absoluta-, se topó con que no era suficiente para hacer frente a la alianza de fuerzas de IU (nueve ediles) y PSOE (seis).

Rosa Aguilar ha sido la regidora que más tiempo ha dirigido la ciudad: prácticamente diez años. Regresó desde el Congreso a Córdoba como la gran esperanza blanca de IU para recuperar el Califato Rojo. Y lo logró a la primera, aunque no por la vía del triunfo en las urnas, sino gracias a un pacto con el PSOE que dio lugar a un cogobierno de IU y socialistas. En 2003, ya cultivando plenamente esa imagen populista que le permitía proyectarse más allá del electorado de la coalición de izquierdas, se impuso en las municipales. Obtuvo 13 ediles, por 12 del PP, y ese resultado le dio margen para gobernar en solitario.

Cuatro años después, con las peleas con su partido ya pesando, Aguilar cayó derrotada con claridad ante el nuevo líder de los populares en Córdoba, José Antonio Nieto. El PP se acercó muchísimo a la mayoría absoluta, con 14 asientos en el Pleno, mientras que IU bajó a 11. Sólo un bipartito con el PSOE (4) permitió a Aguilar retener el bastón de mando.

Entre los puntos destacables de su gestión, están la ejecución del Centro de Transportes del Higuerón; la construcción del Puente de Miraflores y el Balcón del Guadalquivir; la aprobación definitiva del PGOU; la candidatura a la Capitalidad Cultural Europea de 2016; las obras del estadio del nuevo El Arcángel, que, eso sí, a día de hoy aún no han concluido o el acuerdo con el Estado para ampliar la pista del aeropuerto y que volviera a acoger vuelos comerciales -la obra se hizo, pero las aerolíneas todavía no han llegado-.

Pero las sombras fueron mucho mayores: dejó las arcas municipales en una situación más que compleja; fracasó en el intento de sacar adelante el Palacio del Sur -faraónico heredero del Centro de las Culturas- y arrastró dos escándalos. Uno fue el de que el Ayuntamiento permitiera construir sin licencia y sin que la ordenación urbanística aún lo permitiera las naves de Colecor por parte del empresario Rafael Gómez 'Sandokán' y el 'caso Torreblanca', que tuvo su núcleo en la construcción ilegal de dos viviendas por parte de un matrimonio de policías locales. Aguilar acabó dejando de la noche a la mañana, literal, el bastón de mando abandonado para convertirse en consejera de Obras Públicas de la Junta socialista. Fue en abril de 2009.

Andrés Ocaña, edil de Urbanismo y político clave en los mandatos de Aguilar, asumió en mayo de 2009 la Alcaldía tras la espantada de ésta. Como buen hombre de partido, aceptó un reto imposible para él y para IU: retener el bastón de mando en las municipales de 2011.

Ocaña se puso al mando de un proyecto que ya había evidenciado vías de agua en los comicios de 2009 y no pudo evitar el naufragio. Sus dos años de mandato estuvieron marcados por el estallido en la ciudad, como en el resto de España, de una crisis económica galopante, unas arcas municipales en delicadísima situación y los fallidos intentos por sacar adelante el Palacio del Sur. El macrocomplejo congresual acabó costando diez millones al Ayuntamiento -en cuestiones como su proyecto-, pero no se puso ni la primera piedra.

En las municipales de mayo de 2011, IU se desplomó y retrocedió de once ediles a cinco. De ser la segunda fuerza más votada pasó a ser la tercera, superada por el partido creado por el empresario Rafael Gómez (UCOR). Andrés Ocaña no revalidó la Alcaldía. Volvió a dar clases y en 2017 falleció.

En junio de 2011, José Antonio Nieto le devolvía, en su segundo intento como cabeza de lista de los populares, el bastón de mando al PP. Lo hacía, además, tras obtener un resultado espectacular en las urnas. Los populares sumaron 16 concejales, lo que les abrió las puertas para la mayoría absoluta, que no se había vuelto a repetir desde la época de Anguita.

Su mandato arrancó con la decepción de la polémica derrota de Córdoba a manos de San Sebastián en la Capitalidad Cultural Europea de 2016, si bien la candidatura no fue responsabilidad de él ni del PP. Sus cuatro años estuvieron marcados por la lucha para sanear las arcas municipales, que se encontraron en una situación crítica. El gobierno del PP lo logró y consiguió que, por ejemplo, el Ayuntamiento recuperara la capacidad para pedir créditos a la banca para inversiones.

Sin mucho margen económico para grandes iniciativas, Nieto sí consiguió empezar a enterrar uno de los grandes debates de la ciudad: la necesidad de dotarse de un espacio para congresos y muestras. Sepultó el Palacio del Sur y puso la primera piedra del Centro de Convenciones y Ferias, que se ha inaugurado, con retraso, en este mandato. Sin embargo, no logró retener la Alcaldía en las elecciones de 2015. Volvió a ganar -lo hizo tres veces y sólo gobernó una- pero la alianza de fuerzas de PSOE, IU y Ganemos Córdoba impidió que mantuviera el cargo.

La cabeza de lista del PSOE, Isabel Ambrosio -una política experimentada, pues, entre otros cargos, había sido antes delegada del Gobierno de la Junta durante casi siete años-, se convirtió en regidora en junio de 2015. Por primera vez en el presente ciclo democrático, los socialistas se ponían a los mandos de la capital. No lograron la victoria. Obtuvieron siete ediles frente a los 11 del PP, que ganó. Pero fue suficiente con el apoyo de IU, cuatro concejales, y Ganemos Córdoba (la marca que aglutinó a la izquierda alternativa en aquella convocatoria electoral), con otros tantos.

Ambrosio constituyó un cogobierno con IU, que buscó en ese mandato el apoyo clave de Ganemos, que permaneció en la oposición. Pese a ser un mandato de recuperación de la economía y de disponer de fondos, este bipartito mostró serios problemas para gastar el dinero de que disponía. Vio, además, cómo se le quedaba paralizada la obra del Centro de Ferias y se mostró desbordado ante el problema de la lentitud de la concesión de licencias en Urbanismo. A todo esto hay que unir la querencia que mostró el cogobierno para sumergirse en polémicas, como la de la titularidad de la Mezquita-Catedral.

Pese a que los socialistas llegaron a las municipales de mayo de 2019 con el viento a favor tras un claro triunfo en la capital en las generales de abril de ese ejercicio, el PSOE, y con él Ambrosio, no logró retener el bastón de mando.

José María Bellido llevó a los populares de nuevo a la Alcaldía en junio de 2019. Lo hizo logrando una victoria en las municipales, en las que sumó nueve ediles por los ocho del PSOE. Con esas fuerzas y la suma de los cinco concejales de Cs, al centroderecha le fue suficiente para constituir el cogobierno que dirige actualmente la ciudad.

Pese a su juventud, Bellido se ponía al frente del Consistorio con una dilatada trayectoria municipal: portavoz del grupo municipal del PP en el anterior mandato, concejal desde 2004 (es el más veterano en el Salón de Plenos) y edil de Hacienda en el periodo 2011-2015, en el que capitaneó el saneamiento económico de Capitulares. Se ha topado con un mandato lleno de sobresaltos inesperados: la crisis económica y social del Covid y la desacelaración de la actividad por la guerra en Ucrania.

Frente a eso ha desarrollado políticas de ayudas sociales y económicas. Pero también ha tenido otros logros, como la conclusión e inauguración del Centro de Ferias o el que su gran hito: la exitosa candidatura con la que Córdoba logró ganar en febrero de 2021 el proceso de selección abierto por el Ministerio de Defensa para acoger la Base Logística del Ejército de Tierra, un proyecto llamado a revolucionar la economía local. El actual bipartito, además, ha mejorado el ritmo de concesión de licencias urbanísticas -sobre todo, en proyectos de calado- pero se ha seguido topando con dificultades para agilizar el gasto de los fondos de que dispone. Bellido, único candidato que repite respecto a 2019, tiene todo a favor, según las encuestas, para seguir ostentando el bastón de mando.