Las claves que decidirán los resultados de las elecciones municipales de Córdoba 2023

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Lo que sí parece casi seguro es que el PP va a mejorar de manera notable sus resultados de 2019 cuando obtuvo 9 concejales con el 29,6 por ciento de los votos totales emitidos, superando al PSOE, que ostentaba la Alcaldía tras el batacazo de 2011 que le llevó a ser cuarta fuerza en la ciudad -y a los populares lograr su única mayoría absoluta por ahora con 16 concejales-.

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En este contexto caben más preguntas sobre las elecciones municipales que se avecinan: ¿Se confirmará el desplome de Ciudadanos? ¿Funcionará la coalición inédita de todos los partidos de izquierdas más radicales? ¿Podrá el PSOE superar el rechazo al 'sanchismo' en clave doméstica? ¿hará un discurso más moderado o competirá directamente con Hacemos Córdoba por el electorado de izquierdas? ¿Logrará Vox ganar más concejales y hacerse más dependiente para un futuro cogobierno...? Muchas son las interrogantes en el terreno analítico pero la única respuesta estará en cada una de las papeletas que se introduzcan el domingo 28-M en las urnas.

La primera clave es la participación, una de las más importantes. En las últimas tres citas municipales la participación en Córdoba capital no ha pasado del 58%, más baja que en las convocatorias nacionales o la más reciente de las autonómicas donde se fue al 62,2% el 19 de junio pasado. La última cita local tuvo una participación del 56,4% y fue el resultado más pobre de los populares, aunque en 2011, logrando mayoría absoluta y casi un 49% de los votos escrutados, esa participación fue aún más baja (55,7%).

Las elecciones municipales 2023 coinciden además con una semana de auténtica fiesta en Córdoba: la de la Feria de la Salud. La jornada de reflexión sería la última en el Real del Arenal y como es tradición, los últimos días de esa semana son aprovechados por muchos cordobeses para hacer una escapada a la playa si el tiempo lo permite. La propia campaña electoral coincidirá con el final de la Fiesta de los Patios y los días de más bullicio y turismo en la ciudad.

Más que los porcentajes, parece una cuestión de contexto. Esto es, en 2011, la ola era muy favorable al PP de Mariano Rajoy, el modelo de Rosa Aguilar e Izquierda Unida estaba agotado en Córdoba y el resultado fue histórico para el PP de José Antonio Nieto. Todo lo contrario que en 2015, donde la ola era desfavorable a Rajoy, con la irrupción fuerte de Podemos y Ciudadanos y muchas dudas sobre temas como la corrupción. Creció la participación en Córdoba al 57,1% y los populares pasaron de 16 a 11 concejales y perdieron la Alcaldía con un pacto de PSOE, Izquierda Unida y Ganemos Córdoba. Los socialistas pasaron de 4 a 7.

El contexto nacional, pues cuenta, aunque algunos expertos indican que se trata de unas elecciones locales donde más lo hace el perfil del candidato local. O el propio alcalde o alcaldesa, que poseen siempre un 'plus' añadido por conocimiento, contacto con todos los colectivos y la calle y el que puede venir de una gestión que no haya cometido muchos errores y no haya generado rechazo entre sus propios vecinos. Estas son algunas claves más a la hora de decidir quién puede ganar.

Es decir, la ola de rechazo a Sánchez puede influir en el votante a la hora de querer 'castigar' o 'premiar' sus actitudes aprovechando una cita con las urnas que luego tendrá a final de año el verdadero test. Hay quien cree que puede haber sorpresas en este sentido, y que una ola de voto contrario a Sánchez distorsione resultados más o menos probables no sólo en Córdoba sino en muchos pueblos. Algo de eso pasó en 2015 y líderes como Nieto lo acabaron pagando.

No hay que olvidar en este punto el 'efecto' Juanma Moreno que, tras lograr una mayoría absoluta en junio de 2019, es un activo indispensable para todo candidato a alcalde que busque el triunfo y que ha tenido además en los años de gestión en San Telmo una buena relación y agilidad con asuntos determinantes para la ciudad: el primero la Base Logística donde ha comprometido 100 millones de euros en los próximos cinco años. Moreno, como también puede ocurrir con Feijóo, suman en las alforjas de Bellido. No así el resto de candidatos a la Alcaldía -tal vez no sea así con Abascal-.

Luego está el 'plus' de Bellido. El perfil de un alcalde que ha sido moderado, no ha despertado rechazo en los diferentes colectivos de la ciudad, lo hayan votado o no, las encuestas lo sitúan como el más conocido de todos y además el mejor valorado en todas ellas -con algunas diferencias- pese a los lógicos problemas que siguen sin resolverse o se han acuciado: desde el desempleo y la generación de riqueza a la limpieza o el tráfico.

Cierto es que acumula un bagaje que, sin obviar críticas, le ha consolidado una imagen de político solvente y que transmite seguridad y confianza tanto a esferas externas, sobre todo por aquello de las inversiones, como en clave interna para colectivos de toda índole o situaciones más tensas y complicadas que han surgido este mandato en el Ayuntamiento: desde el 'caso Infraestructuras' a otros escollos en la gobernanza con Ciudadanos o gestiones a más alto nivel para desbloquear asuntos como Caballerizas Reales, lograr la Base Logística del Ejército y rematar el Centro de Ferias y Convenciones de Córdoba. Sin olvidar el intento de que Córdoba traspase al escaparate principal de ciudades con iniciativas como el acuerdo con la Fundación Thyssen, la exposición 'Cambio de era' y la celebración en junio de la asamblea mundial de la FIA, entre otros movimientos. O planes de mejora en barrios como Santuario, Parque Figueroa y el incipiente de Ciudad Jardín más los nuevos grandes parques para la ciudad.

Aunque la memoria ciudadana se va desprendiendo de lo malo, la pandemia fue un test muy importante para este alcalde y el mandato ya que durante dos años hubo de trastocar todos los planes y centrarse en lanzar ayudas a autónomo y empresarios así como paliar situaciones sociales muy sensibles, teniendo además el impacto de una crisis económica que sesgó por completo el turismo, en una ciudad como Córdoba que al año era visitada por un millón de turistas.

Dos claves más de calado político pueden ayudar a entender lo que pueda pasar el próximo 28 de mayo en Córdoba, aunque siempre la última palabra estará en manos de los miles y miles de cordobeses llamados a las urnas. En primer lugar, el desplome de Ciudadanos en las últimas citas electorales. A nivel nacional y a nivel andaluz, donde han salido del Parlamento de Andalucía, la situación empuja a pensar que la bolsa con 22.000 votos lograda en 2019 se antoja muy golosa para las redes de los populares. Todos los sondeos hasta ahora han apuntado en esa dirección para conocer la ruta del trasvase de concejales y sufragios. Ciudadanos logró 5 ediles en 2019, 5 concejales que pueden ir a parar a manos de Bellido que, además, ha integrado en su candidatura a la que fuera portavoz naranja en el Ayuntamiento y en su día diputada autonómica, Isabel Albás.

La otra interrogante pivota sobre la izquierda y el comportamiento tanto de la nueva (e inédita) coalición de Hacemos Córdoba y la tendencia que puede seguir el PSOE, tanto frente a esta nueva propuesta a su izquierda como por los resultados generales que se den de 'reprimenda' a Sánchez. De hecho, el tono de la campaña de Antonio Hurtado hasta ahora, el número uno del PSOE, ha sido moderado y más tendente al Centro sin que falten los guiños a una izquierda con la que tiene que competir para sostener los 8 concejales de que dispone. Bajar de ahí sería un nuevo fracaso para los socialistas.

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Y el experimento de Hacemos Córdoba (Izquierda Unida, Podemos, Verdes, Más País,...) parte con los tres concejales que tiene la coalición de izquierda heredera del PCE y los dos que obtuvo la formación morada de Pablo Iglesias. Ha habido intentos anteriores y los resultados a la baja siempre hacían que se buscase una unidad para no dividir esfuerzos. En Córdoba hay un segmento de población votante fiel a esta izquierda se presente quien se presente. Un suelo que ha ido mermando de la época dorada de Julio Anguita y Rosa Aguilar, pero dependerá de hasta dónde sean capaces de sumar y luego acumular junto al PSOE (15 concejales para formar gobierno conjunto, y ahora tienen 13).