Obras
El Ayuntamiento urbanizará el interior del Hospital Militar de Córdoba tras años de espera
Se asfaltarán las calles interiores con alquitrán rayado que imitará el pavimento de adoquines
Una escalera comunicará la zona con los bloques situados al este y habrá pequeños jardines y aparcamientos
El Ayuntamiento de Córdoba contrata por 538.311 euros las obras del Centro de Emergencia Habitacional
Córdoba
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Iniciar sesiónEn medio de una zona consolidada de la ciudad, a mitad de camino entre los barrios del Zumbacón, Levante y Ollerías y muy cerca del Vial Norte y del Casco Histórico, persiste todavía una amplio espacio sin urbanizar. Sin asfalto, sin demasiada luz ... y sin los servicios propios de cualquier zona situada en una ciudad.
Se trata de las calles que rodean al antiguo Hospital Militar, ahora dividido en pabellones para distintos usos, y que siguen a la espera de una solución que permita su integración en el resto de la zona. No han faltado problemas en los últimos tiempos, aunque las últimas actuaciones de urgencia, y las que tienen que llegar ya con un carácter definitivo, han conseguido dejarlos atrás.
El Ayuntamiento de Córdoba tiene ya planes para acometer el proyecto que permitirá que los espacios que hay entre los distintos pabellones sean calles como las demás, lo que no sólo mejorará su estética y salubridad, sino que también hará esta zona más segura, sobre todo de noche.
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Se pondrá así remedio a una situación que se creó cuando el Ayuntamiento se hizo con la propiedad del Hospital Militar y adjudicó sus zonas a distintas entidades, de forma que quedó abierto y no formaba un conjunto unitario, como antes. De ahí que se abrieran esas calles que no estaban acondicionadas.
El teniente de alcalde de Urbanismo y Hacienda, el popular Salvador Fuentes, dio como plazo para proceder a este trabajo el final del Centro de Emergencia Habitacional, que ocupará dos de los pabellones y que está previsto para las próximas semanas. Como recordó, se han dado algunos problemas con la empresa que está llevando a cabo las obras, lo que ha provocado que se retrasen, cuando deberían estar acabadas.
Cuando este trabajo finalice, el Ayuntamiento ha proyectado la urbanización y pasa por usar el pavimento que se puso en los carriles orientales del bulevar del Gran Capitán, es decir, los que van junto al edificio antiguo del Ayuntamiento y a la Delegación de la Agencia Tributaria.
Allí se optó por un asfalto de alquitrán que se llama impreso, recordó, y que se diferencia del normal en que se dibujan en su superficie adoquines que no lo son. De esta forma se parece al tradicional que existe en muchas zonas de Córdoba, desde Alfaros hasta Amador de los Ríos, pero crea muchos menos problemas, ya que al no estar compuesto por piezas independientes no sufre los efectos del tráfico ni se levanta.
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«Es muy resistente y vistoso, y además mucho más económico», afirmó. Formará parte de un proyecto de urbanización que no sólo eliminará el suelo terrizo y la falta de iluminación que se ha sufrido en ciertas ocasiones, sino que además conectará con las zonas próximas del barrio del Zumbacón, que está situado al este.
Salvador Fuentes insistió en que la idea es «hacer una manzana digna», de forma que se crearán entre los distintos pabellones, ahora abiertos a su entorno más inmediato y al resto de Córdoba, calles y pequeños jardines que integrarán el antiguo Hospital Militar de San Fernando en el urbanismo de la zona y evitarán la imagen de zona aislada que tenía hasta este momento, y que había permanecido después de que tuviera nuevos usos.
Comunicación
Irá un poco más allá, porque esta zona, hasta ahora algo aislada del resto, tendrá un acceso que se comunicará con los bloques y casas del Zumbacón que están algo más al este, es decir, a la derecha si se mira al conjunto desde Ronda del Marrubial.
En la actualidad hay una considerable diferencia de altura entre el lugar en que estuvo el Hospital Militar y estos bloques, de forma que el proyecto implica además la necesidad de crear una escalera que comunique los dos espacios. «Así conseguirá romperse el efecto muralla», afirmó Salvador Fuentes, que insistió en que la idea es la integración del conjunto con el resto de la ciudad. En el proyecto de urbanización se creará también una zona de aparcamiento.
En los últimos años, la zona ha mejorado y eso lo constatan las entidades que tienen el uso de los antiguos pabellones. La que dispone de más espacio es la Cruz Blanca, con entrada por la calle Virgen de Linares, ya en el barrio del Zumbacón.
El director de la casa, Pablo Cardenal, explicó que los mayores problemas de inseguridad y de falta de iluminación se habían dado hace algunos años, pero que se habían solucionado con la incorporación de algunas farolas que evitaban que hubiera problemas. En los últimos tiempos se ha adecentado en algo la zona y se han incorporado algunos setos.
Es lo que recordó el director de la Cruz Blanca, que cuando se incorporó la nueva iluminación terminaron los botellones que se producían en la zona, amparados por la falta de farolas y de urbanización.
También ayudó que la Policía Local hiciera un seguimiento que evitó que este fenómeno, con lo que lleva consigo de inseguridad y acumulación de suciedad, se prolongase. Ahora la situación, al menos para la Cruz Blanca, que mantiene sus pabellones con actividad todo el día, no es tan delicada como antes, cuando provocó quejas de los vecinos.
Eso sí, también esperan a que el Ayuntamiento termine el Centro de Emergencia Habitacional, porque tiene que ser el momento en que comience la urbanización definitiva de esta nueva manzana.
La solución final quedará para el próximo mandato municipal, con el Ayuntamiento que salga de las urnas del 28 de mayo, pero tiene que ser el acto final para la transformación de un conjunto que desde hace más de veinte años se está integrando en la ciudad. Es precisamente el salto entre el carácter cerrado que tuvo hace décadas y el actual el que ha hecho que el interior haya permanecido sin la mínima urbanización que sí tienen todos los alrededores.
La iluminación consiguió mejorar la seguridad de la zona y la presencia de la Policía Local erradicó el botellón que se producía
El Hospital Militar de San Fernando conoció una gestación larga, ya que se empezó a hablar de él en 1890, no se empezó a construir hasta 1901 y se inauguró en 1928, con 200 camas. Se levantó en lo que entonces eran las afueras de la ciudad, junto al Marrubial.
Estuvo en funcionamiento hasta la década de 1990 y en la siguiente el Ministerio de Defensa lo cedió al Ayuntamiento a cambio de una cifra de unos 2,4 millones de euros, 290 millones de pesetas en aquel año 2001.
La idea del equipo de Gobierno que tenía al frente a Rosa Aguilar era que sus 17.500 metros cuadrados tuviesen un fin social. Siete de sus doce pabellones fueron para los Hermanos de la Cruz Blanca, que levantaron la Casa Familiar San Francisco de Asís, que está especializada en la atención a personas gravemente afectadas, para adultos y como centro ocupacional. En la zona que da a la Avenida Agrupación Córdoba se estableció el sindicato UGT. También hubo pabellones para Comisiones Obreras y la Asociación Cordobesa de Jugadores en Rehabilitación (Acojer).
Lo que más se ha retrasado es el Centro de Emergencia Habitacional, en que se están construyendo catorce viviendas para que en ellas se establezcan, siempre de forma temporal, familias sin hogar. Fue un proyecto del anterior Gobierno municipal, que quiso así dar un uso a los dos pabellones que quedaban todavía sin asignar, con la finalidad de ayudar a personas en graves dificultades.
Tendría que haber terminado en 2019, pero que se topó con distintos problemas. La empresa adjudicataria alegó que había deficiencias estructurales y pidió una moratoria, pero el Ayuntamiento no la concedió. El proyecto, al 50 por ciento, se adjudicó en 2021 a otra empresa y está apurando los últimos días para entregarse al Consistorio, después de haber solicitado un nuevo aplazamiento para poder acabar.
En los próximos días tienen que estar listos los trabajos, que han supuesto una inversión total próxima al millón de euros, y que suponen crear casas de planta alta y baja con sótanos en que habrá trasteros, porque una de las claves es que las personas que llegan con muchas pertenencias, y que han tenido que dejar las casas en las que habían vivido antes, puedan conservar lo que tienen antes de poder llegar a un lugar algo más definitivo. A partir de entonces llegará el proyecto de urbanización.
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