educación

«Era una ayuda vital para nosotros»

Las familias lamentan las demoras y piden que se agilice el procedimiento

«Era una ayuda vital para nosotros» abc

r. aguilar

En la casa de María del Mar M. no se tira a la basura ni una miga de pan. «Lo aprovechamos todo: no están los tiempos para andar con remilgos», afirma. Son las dos y cuarto de la tarde y espera a que ... salgan del comedor sus dos hijos, ambos en el ciclo de Primaria del Colegio Público Duque de Rivas, en las Palmeras. Su caso no es de los peores de este vecindario castigado desde siempre por el desempleo, la delincuencia y, en suma, la vida al límite. Pero es grave. Una situación de la que cualquier familiar querría salir más pronto que tarde. Un padre en paro desde hace seis años, con escasa formación profesional y un horizonte laboral que no va más allá que las sustituciones contadas en una empresa de limpieza en oficinas.

«En mi casa lo aprovechamos todo: no está la vida para remilgos»

Una madre —ella— que aporta el único dinero que entra en la casa: quinientos ochenta euros por limpiar seis horas al día el piso de un matrimonio de Miralbaida en el que también se hace cargo del cuidado de padre de familia, impedido por una enfermedad degenerativa desde hace unos meses. «Con eso vivimos. Con lo que yo gano y con lo que nos dan mis padres de vez en cuando», añade María del Mar.

De modo que cuando la Junta de Andalucía empezó, hace un año, a darle a los niños una bolsa con la merienda y con el desayuno del día siguiente hubo motivos para la celebración. «Nos ahorrábamos setenta u ochenta euros al mes. Era una ayuda vital», sonríe. Mas ese sentimiento de liberación forma parte del pasado. Porque el curso ha empezado cuesta arriba y sin la respiración asistida de los bocadillos, la fruta y los zumos que los dos hijos de esta vecina de las Palmeras llevaban en la mochila cuando salían de clase.

«Mi situación no ha cambiado desde junio, pero ahora no tengo ayuda»

«Mi situación no ha cambiado desde junio, así que no entiendo por qué he de rellenar otra vez la solicitud para ese programa y presentar de nuevo todos los papeles», suscribe en referencia al trámite que ha de volver a cumplimentar para beneficiarse del programa alimenticio en el que se incluyen el 95 por ciento de los niños que acuden al comedor del centro. Lo aclara un miembro del equipo directivo del colegio. «Estamos en la fase de proceso de los expedientes: la Junta nos envió la documentación hace solo unos días», se extiende un profesor del Duque de Rivas. «Espero que se den prisa: no quiero tener que volver a quebrarme la cabeza para ver qué le pongo de cenar a mis hijos con la cartera vacía...», ironiza con tristeza otra madre, esta vez enlas Moreras.

«Era una ayuda vital para nosotros»

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