Los orígenes e historia de la Feria del Caballo de Jerez

Alfonso X de Castilla , conocido como el Sabio, fue un personaje muy ligado a la historia de la ciudad jerezana. Las tropas cristianas de este rey de la Corona de Castilla protagonizaron la conquista de Jerez en la segunda mitad del siglo XIII. Tradicionalmente, se data la fecha exacta el 9 de octubre de 1264, aunque otros historiadores como Miguel Ángel Borrego señalan como fecha real el 3 de octubre de 1267.

Poco después de que la ciudad se integrase en el Reino de Castilla, el rey Alfonso X el Sabio concedió a Jerez dos ferias . Una de ellas en el mes de septiembre y la otra en el mes de abril, siendo esta última el origen de la Feria del Caballo. El escritor Diego Ignacio Parada y Barreto atestigua esta concesión en su libro “Hombres ilustres de Jerez”.

La ubicación original de la celebración era la conocida como calle de la Feria, que comprendía desde la Puerta del Real hasta la calle Francos. A lo largo de los siglos, esta fiesta ha cambiado en numerosas ocasiones de localización: se ha celebrado en el arrabal de Santiago, en el río Guadalete, en las inmediaciones del Alcázar o en San Telmo, entre otros lugares.

En el año 1903, se celebró la primera Feria en su actual ubicación, el parque González Hontoria , que fue construido en el año anterior en unos terrenos que eran propiedad del Ayuntamiento. Desde entonces, la celebración no volvería a cambiar más de localización.

El recinto en el que se celebraba no es el único aspecto de la feria sujeto a modificaciones. Con el paso del tiempo, también el concepto de la propia fiesta ha experimentado un desarrollo que ha derivado en el carácter actual de la Feria del Caballo .

De esta forma, a lo largo de los siglos, la primitiva feria de ganado fue adquiriendo diversos matices. Uno de los más importantes consistió en otorgarle un carácter lúdico a principios del siglo XX .

En la actualidad, ya no se produce el mercadeo de ganado. No obstante, los caballos, uno de los principales protagonistas de la Feria a la que da nombre, siguen paseándose por el Real a mediodía y en las horas más tempranas de la tarde.

La evolución también conllevó a la pérdida de algunas tradiciones. Una de las más destacadas es la Batalla de las Flores , que tenía carácter benéfico, pues lo recaudado iba destinado a la Asociación Jerezana de Caridad.

Esta singular y pacífica batalla se libraba en el parque González Hontoria. Una comitiva de carrozas adornadas y decoradas recorría el paseo del parque, donde se ubicaban tribunas. Entre los que ocupaban dichas tribunas y quienes desfilaban en las carrozas, se lanzaban flores sueltas o ramos de tamaño pequeño.