Musulmanes en Almería sin cementerios para enterrar a sus seres queridos mirando a La Meca

En Andalucía se registran 345 entidades religiosas musulmanas, según datos del Ministerio de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes. De estas, 88 están ubicadas en la provincia de Almería, seguida por Granada con 55 y Málaga con 53. En el resto de las provincias andaluzas, el número no supera las 35 entidades.

En 1992, el Estado español alcanzó un acuerdo con la Comisión Islámica de España para garantizar, por ley, que los musulmanes pudieran ser enterrados según sus prescripciones religiosas. Este acuerdo incluía la concesión de parcelas reservadas en cementerios municipales para llevar a cabo los enterramientos. Sin embargo, algunos derechos recogidos en este pacto, como la enseñanza religiosa islámica, aún necesitan mayor compromiso y diálogo para su plena implementación.

La competencia para la dotación de equipamientos religiosos y la concesión de licencias recae en los municipios. No obstante, a pesar de varios intentos en Almería, los musulmanes todavía no disponen de cementerios o zonas específicas en los camposantos municipales.

Las comunidades islámicas pueden dar sepultura a sus seres queridos en todas las provincias andaluzas a excepción de Jaén y Almería. Incluso Málaga, Granada y Córdoba cuentan con varias ubicaciones. Mientras tanto, restaurantes árabes, carnicerías halal o locutorios son algo ya habitual, muy al contrario que los cementerios, una instalación esencial que sigue siendo inexistente.

En el caso de los musulmanes almerienses, algunos nacidos en la provincia se ven obligados a buscar un camposanto que respete sus creencias en otro lugar de España o repatriar el cadáver hasta su país de origen, en la mayoría de los casos Marruecos o Argelia. Estas opciones implican un coste superior a los 5.000 euros, cantidades que los familiares no pueden abonar y en ocasiones hacen colectas para poder cubrir los gastos.

En la religión islámica la muerte es el comienzo de otro nuevo mundo y de la vida eterna donde se premiarán los buenos actos y se castigarán los malos actos. Tras el fallecimiento, durante las primeras horas, se procede a lavar el cuerpo para envolverlo en una simple tela de algodón y comenzar con los rezos.

A partir de ahí se lleva a cabo el entierro, el Islam prohíbe la cremación. Tradicionalmente se hace sin ataúd para que el cuerpo vuelva a la tierra, según sus creencias. Y como requisito el muerto se coloca de lado orientado hacia La Meca.

Llevar a cabo un enterramiento musulmán en Almería es imposible, por eso las comunidades islámicas denuncian que a pesar de ser la provincia con mayor número de seguidores de esta religión no cuentan con un espacio donde descansen sus difuntos. Desde hace décadas las asociaciones de musulmanes en El Ejido solicitan contar con un cementerio propio.

En 2021 se planteó como solución la construcción de un camposanto específico islámico en la comarca del poniente, pero no se avanzó en la búsqueda de suelo ni financiación. La petición se reiteró en 2024, incluso desde los colectivos se trasladó la situación al Defensor del Pueblo Andaluz.

En Almería capital, el Ayuntamiento avanzó en 2023 que «se trabajaba en un proyecto donde descansen los seres queridos de la comunidad musulmana». En 2024 durante el acto del rezo del fin del Ramadán se reafirmó esta propuesta, aunque por el momento no ha habido avances concretos.

Los musulmanes desean tener a sus difuntos cerca para poder rezarles de forma periódica, algo que ahora mismo en la provincia es inviable. Si no han sido enterrados en su país de origen, en la mayoría de los casos las familias tendrán que desplazarse hasta Málaga o Valencia para poder visitar sus tumbas, los destinos más usuales para los fallecidos de la comunidad islámica almeriense.