SEQUÍA
La desaladora de Almería rota en 2012 por una inundación no dará agua hasta 2026
Una riada dejó inoperativa la instalación sólo un año después de arrancar, no ha vuelto a funcionar nunca más
La «dramática» sequía provoca la pérdida de 35.000 empleos en Andalucía
R. Pérez
Almería
Administran miseria. O así al menos piensan los regantes del Levante almeriense. Se han quedado sin agua y ya lo advirtieron hace años. «La situación es horrorosa, apenas tenemos aportaciones y todo lo que se nos ocurre para salvarnos no encuentra respuesta por parte ... de la administración», explica a ABC la gerente de la Comunidad de Regantes Zona Norte, Prudencia López.
Hace décadas se hizo una apuesta fuerte por los trasvases, pero el Tajo-Segura ha empezado a recortar el caudal este año y gradualmente tendrá una reducción mayor hasta 2026. El embalse del Negratín en Granada, la salvación de la comarca ante la falta de lluvias, en los últimos años, está en mínimos históricos, lo que no permite tampoco trasvasar agua.
Una de las infraestructuras estrella era la desaladora del Bajo Almanzora, una instalación que está inoperativa desde 2012 por culpa de una riada. Han pasado más de diez años y la que era la alternativa al trasvase del Ebro se quedó en el olvido.
La planta tenía que dotar de 20 hectómetros cúbicos a la comarca del Levante. 15 para el riego de hasta 12.000 hectáreas de cultivos y el resto para consumo humano en Carboneras, Mojácar, Los Gallardos, Turre, Veras y Cuevas del Almanzora. Ni el Gobierno de Mariano Rajoy ni el de Pedro Sánchez han sido lo suficientemente efectivos para que vuelva a estar operativa más de una década después.
Las fuertes lluvias destruyeron esta instalación apenas un año después de su inauguración. La infraestructura supuso una inversión de 75,9 millones de euros. Ahora se van a aportar 40 millones más para poder reestablecerla, además de dotarla de medidas de protección y evitar que una nueva inundación la aniquile.
La lentitud en los plazos ha estado marcada por la exigencia de nuevos informes y la confirmación de que la desaladora podía repararse, ya que estuvo intervenida en el caso Acuamed. La investigación contra la sociedad estatal, dependiente del Ministerio de Agricultura, por un presunto fraude en las adjudicaciones, dejó en el aire durante años su reparación.
Zona inundable
Fue el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero quién proyectó la desaladora en una zona inundable en 2006. Se ubica junto a la confluencia de la rambla del Almanzora y Canalejas, ambas enmarcadas en la Demarcación Hidrográfica de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas.
El desbordamiento de los cauces motivó la inundación de la desaladora. El nivel llegó hasta los dos metros en toda la parcela. Como consecuencia el 75% del cableado y el 90% de los aparatos electrónicos quedaron inservibles.
Tras liberar de la instrucción por una presunta trama de corrupción a la desaladora, se tuvieron que presentar nuevos informes que garantizaran que la instalación no se vería afectada por nuevas riadas con las medidas de protección que ahora se han diseñado. Los regantes no esperan contar con esta agua desalada hasta 2026, a pesar de que el Gobierno les avanzó que estaría en servicio en 2024.
«Son muchos años los que llevamos reclamando que terminen las obras, vemos que los ritmos de trabajo no son los adecuados, faltan maquinarias y personal, no se cumplirán los plazos» augura el presidente de la Federación de Regantes de Almería, José Antonio Fernández.
Con este panorama, los agricultores dejarán de cultivar en algunas zonas del Levante-Almanzora alrededor del 40% de sus tierras. «No hay agua, tenemos que aprovechar lo poco que tenemos para aguantar los árboles frutales. Esta primavera no habrá sandía, los pozos están bajo mínimos y no hay otras aportaciones», avanza Prudencia. Una situación que podría cambiar diametralmente si volviera a funcionar la desaladora, que cubriría una parte importante de las necesidades actuales.
Alternativas fallidas
Una de las alternativas de los regantes del Levante fue la compra de agua al Júcar-Vinalopó. Los valencianos necesitan dinero para acometer unas obras que la Generalitat no hizo, y los almerienses están dispuestos a pagarles para que las puedan hacer y a cambio contar con caudal.
La Acequia Real del Júcar defiende que la venta de agua a Almería es una solución provisional para hacer frente a sus reformas, el objetivo vender 10 hectómetros cúbicos al año por tres millones de euros durante cinco años. Concentraciones de diferentes asociaciones y partidos paralizaron esta operación. Ahora los regantes y la Junta de Andalucía solicitarán al Estado que autorice este trasvase.
Mientras la situación no mejore, comunidades de regantes como Zona Norte tendrán que actuar como policía judicial para ver quién siembra y cerrar la llave. «Aguantaremos hasta final de abril, pero no tendremos ninguna cosecha de verano. Es imposible mantener el ritmo que llevamos, les hemos dado margen a los hortícolas y ahora hay que priorizar, si hay que precintar contadores se hará», lamenta López.
Esta medida afectará inicialmente a unas 3.200 hectáreas, pero las restricciones irán en aumento en toda la comarca hasta llegar a las 24.000 hectáreas de cultivos. Cuevas del Almanzora, Pulpí y Huércal-Overa son los municipios más afectados. Sin agua peligra la subsistencia del sector agrícola y la economía de la comarca.
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