La «dramática» sequía provoca la pérdida de 35.000 empleos en Andalucía

El presidente andaluz, que prevé que en los pueblos del interior de Andalucía los cortes de agua pueden extenderse este verano -ya los sufren por ejemplo en zonas como Los Pedroches, Córdoba- los descarta, sin embargo, en las grandes ciudades. Ahí, señaló, el agua para el consumo humano está garantizada a medio plazo, indicó.

Moreno presidió ayer en el Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta en Sevilla, la reunión del comité de expertos sobre la sequía. Al término de la misma anunció que su Gobierno aprobará la próxima semana -en el Consejo de Gobierno previsto para el 25 de abril- el tercer decreto contra la falta de agua con una dotación de 162 millones de euros.

En total, recordó Moreno, su Ejecutivo ha aprobado ya tres decretos contra la sequía que han supuesto la movilización de 300 millones de euros para ayudas a los sectores afectados por la falta de agua y obras hídricas. Frente a esto, indicó, el Gobierno de Pedro Sánchez solo ha invertido diez millones en los últimos años.

Los 162 millones de euros que va a movilizar el Ejecutivo de Juanma Moreno de este tercer decreto contra la sequía, detalló el presidente andaluz, serán sobre todo para infraestructuras hídricas. Así, 40 millones se destinarán a ayudas -en especial al sector agroalimenticio y ganadero- y el resto, para obras.

«Este es el quinto año ya de sequía», señaló el presidente andaluz, quien detalló que los embalses andaluces están, de media, al 29 por ciento de su capacidad. Una cifra más que preocupante. Pero hay zonas más afectadas que otras. Es el caso de Almería, donde algún pantano está solo al 15 por ciento. Esto tiene un impacto «durísimo en el sector primario, en la agricultura y la ganadería», señaló Moreno. De hecho, organizaciones como Asaja han advertido ya sobre los efectos de la sequía en la producción de aceite de oliva, un sector clave en la economía de Andalucía. Lo mismo ocurre con los arroceros, que ven cómo este año peligra su producción por la falta de agua. Eso en una comunidad que es líder nacional en producción de arroz puede tener un amplio impacto en la economía.

La ralentización del crecimiento de Andalucía es lago que preocupa al Gobierno andaluz. El PIB de la comunidad se resiente y no crece al mismo ritmo que se esperaba por la falta de agua. Hasta un punto, señala en el Ejecutivo de Juanma Moreno, se ha podido dejar Andalucía en su índice de riqueza por la sequía. «Somos la tercera economía de España, que nadie por ahí piense que esto no le va a afectar», advirtió Moreno, en referencia a otras comunidades y al Gobierno de España.

El Gobierno andaluz, señaló Moreno en su intervención, teme en especial el impacto de la sequía en «sectores estratégicos para la comunidad y pilares del modelo productivo como la agricultura». Esto es especialmente relevante en lugares como Cuevas de Almanzora, donde solo tienen almacenado un 15 por ciento de la capacidad de su embalse.

La sequía está impactando severamente en la línea de flotación del crecimiento económico de la región. BBVA Research -el instituto de análisis de esta entidad financiera- apuntó ayer que Andalucía crecerá menos que la media española por las dificultades que atraviesa el sector agrario. La comunidad autónoma había logrado evolucionar a mejor ritmo que la media española desde el año 2019. Esta tendencia se romperá ahora, dado que el Producto Interior Bruto (PIB) la comunidad crecerá en 2023 un 1,3% -tres décimas por debajo de la media de España- debido a la falta de lluvias, dado que otros sectores (como el turismo) están en un momento dulce tras los años de pandemia. Si el año hubiera tenido una pluviometría normal, el crecimiento de la economía podría haber rondado el 2% del PIB en 2023. «La sequía ha causado que en los últimos dos años dejen de crearse entre 30.000 y 35.000 empleos en Andalucía», apuntó Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research, que advirtió que se ralentizará la creación de nuevos puestos de trabajo en el futuro debido a esta misma circunstancia. Se trata de una destrucción de tejido laboral que tiene una incidencia especial en el sur de España, dado que por las características de la economía rural este parón tiene consecuencias sociales especialmente indeseables.

Cardoso recuerda que el déficit hídrico que padece la región le costará a Andalucía un 1% de menor crecimiento económico entre 2022 y 2023. Uno de los elementos que han permitido una recuperación de la economía han sido las exportaciones, que en este momento están en niveles récord. Una mala cosecha de aceite, por ejemplo, puede repercutir negativamente en la balanza comercial, dado que «la subida del precio de este producto podría no compensar la brusca caída en la producción».

La advertencia de BBVA Research se suma a la de otros institutos de análisis que también están alertando de las repercusiones económicas lesivas de esta adversidad climática. Es el caso de Loyola Ecomic Outlook, que apunta que está en riesgo el 7% del PIB andaluz (solo el cultivo del arroz en la provincia de Sevilla, que está en riesgo este año si no llueve en las próximas semanas, genera un valor de 680 millones de euros en una campaña normal).