Los tres caminos del futuro judicial de Griñán

El primero es que siga como presidente de la Junta. Si eso ocurre y la juez Mercedes Alaya o el juez Juan Gutiérrez Casillas encuentran indicios de delito en la actuación no podrán imputarle sino que tendrán que remitir el caso al Tribunal Supremo (TS) puesto que el Estatuto andaluz establece que la responsabilidad penal del presidente será exigible ante la Sala de lo Penal del Supremo. Es el mismo escenario si es senador.

La segunda hipótesis se produce en función de que deje la Junta pero mantenga su escaño en el Parlamento. Algo que le permitiría permanecer con el aforamiento. El Estatuto establece que, durante su mandato, los parlamentarios no podrán ser detenidos por los actos delictivos cometidos en el territorio andaluz, sino «en caso de flagrante delito», correspondiendo decidir, sobre su inculpación, prisión, procesamiento y juicio al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

La tercera opción se produciría si Griñán abandona por completo la política. En ese caso perdería el aforamiento y la juez no tendría que pedir suplicatorios ningún otro formalismo para citarlo a declarar, imputarlo o algo peor. Una opción peligrosa.