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La salida de los presos del «procés», un arma política de destrucción electoral de Sánchez en manos de Torra

Una foto de ellos en la calle hundiría al PSOE, pero al soberanismo siempre le ha ido mejor con el PP en Moncloa

Personal sanitario del Hospital Hospital de Sant Pau, la pasada semana Ep

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Oriol Pujol fue condenado a dos años y medio de cárcel y a los 70 días de encierro salió a la calle con un tercer grado penitenciario bajo el brazo , lo que implicaba solo ir a dormir a un centro de régimen abierto de ... lunes a jueves. Lo decidió el Serveis Penienciaris i Rehabilitació, es decir, la administración penitenciaria cien por cien dependiente de la Generalitat, pero el juez lo revocó atendiendo una petición de la Fiscalía. El poderoso quinto hijo de Jordi Pujol, tuvo que volver a prisión, aunque el Departamento de Justicia catalán le concedió enseguida en virtud de un artículo mágico -el 100.2 del Reglamento Penitenciario -un permiso para salir a diario a trabajar, en tanto su defensa recurría ese reingreso ante la Audiencia Provincial de Barcelona. Lo ganó. El auto dice que no hay que buscar «la venganza social, ni la conversión de los infractores en banderas y símbolos».

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