Los otros datos del CIS: más de izquierdas, menos independentistas y más optimistas

Los españoles se consideran felices en general. Y se puede cuantificar. En una escala de 0 (completamente infeliz) y 10 (completamente feliz), la media de los encuestados se sitúa en un notable 7,05. Además, el 69,3 por ciento se considera católico, y el 1,9 por ciento, creyente de otra religión. Pero solo el 11,9 por ciento reconoce que asiste a oficios religiosos casi todos los domingos y festivos.

Se ha producido un ligero «escoramiento» hacia la izquierda. Así, en una escala de 1 (izquierda) a 10 (derecha), la media de los encuestados se sitúa en el 4,55. Al principio de la legislatura, en febrero de 2012, la media estaba en un 4,89.

Somos, además, menos independentistas en líneas generales. En una de las preguntas, el CIS inquiere sobre la fórmula de organización territorial del Estado que se prefiere. El 9,6 por ciento es partidario de un Estado en el que se reconociese un derecho de independencia para las Comunidades Autónomas. En octubre, justo antes del 9-N de Artur Mas, ese porcentaje alcanzaba el 11,5 por ciento.

Los ciudadanos que quieren un Estado como el actual o bien dar más poder al Gobierno central suman el 66,4 por ciento. En octubre suponía un porcentaje similar, el 65,2 por ciento. Ahora hay un 14,9 por ciento que daría más poder a las autonomías que en la actualidad, y en octubre los que defendían esta posibilidad eran el 13,3 por ciento.

Los españoles son, además, más optimistas y piensan que los peor de la crisis económica ha pasado ya, aunque subrayan también que quedan problemas graves (el paro) por resolver. Veamos este dato: la crisis es un problema para el 24,5 por ciento de los encuestados. El tercer problema de España, para ser exactos. Pero en esta ocasión hay que precisar: se trata del dato más bajo desde octubre de 2007, justo antes de que estallara la crisis. Eso sí, el paro sigue siendo la primera preocupación con diferencia: así lo dicen el 79,4 por ciento.

La parte contraria es lo que no ven como un problema para España. Por ejemplo, la ley del Aborto: «0,0 por ciento». El terrorismo internacional, un 0,4 por ciento. El terrorismo de ETA, un 1,1 por ciento. La reforma laboral, otro 0,0 por ciento. Las hipotecas, un 0,1 por ciento. La Monarquía, un 0,3 por ciento.