Susana Díaz marca el ritmo al «viejo» PSOE de Rubalcaba

Pero, ¿Quién es esta abogada sevillana de 38 años, que perdió el 38 Congreso federal de febrero de 2012, en la medida en que apoyó a Carme Chacón , y ahora ha resurgido triunfante?

Díaz es una veterana del «aparato» de las Juventudes Socialistas, primero, y del PSOE sevillano, después. Dura negociadora, a decir de quienes la conocen, «ha llegado a donde está tras haber aprendido las peores mañas de la cultura del partido» , aseguran sus críticos.

Eso fue lo que hizo que José Antonio Griñán se fijara en ella y en el hoy vicesecretario general del PSOE-A, Mario Jiménez , a quienes el sector agrupado en torno a Manuel Chaves llamaba, despectivamente, los «griñaninis».

Griñán se valió de ellos para rechazar las embestidas andaluzas de los Luis Pizarro , Gaspar Zarrías o Francisco González Cabeza , y, sorprendentemente, salió triunfante al lograr gobernar sin haber ganado las elecciones. La batalla fue tan dura que se trasladó al duelo nacional Rubalcaba-Chacón, que Susana Díaz perdió en su apuesta por Chacón.

Alarde de poderío

Pero la formación de gobierno en Andalucía hizo que recobrara pulso en la Consejería de Presidencia. Y cuando Griñán anunció su sorpresivo adiós, Díaz hizo el mayor alarde de poderío orgánico nunca visto en el PSOE al proclamarse candidata única a la sucesión con nada menos que 22.000 avales .

Griñán, que nunca ha ocultado que Mario Jiménez es su «ojo derecho» , confirmó entonces que no se había equivocado en su decisión de elegirla. Ella mostró, des un primer momento que no tiene empacho en desmarcarse de quien sea si la ocasión lo requiere.

Por ejemplo, en la votación del Parlamento andaluz que designó senador autonómico a Griñán, tras dejar la Presidencia de la Junta, Susana Díaz no estuvo. Tenía excusa (coger un AVE para estar a las siete de la tarde de aquel día en una audiencia con el Rey), pero muchos vieron en ese primer gesto una señal de que no se dejará manejar por nadie.

Ahora, en el último mes, ha logrado eclipsar al propio Rubalcaba , primero, imponiendo que el Grupo Socialista del Congreso no se abstuviera en una votación del Congreso sobre la unidad de España y contra el derecho a decidir, y el pasado fin de semana en la Conferencia Socialista.

Esto último fue tan claro y evidente que cuando la delegación andaluza se reunió para la foto final, y entonó «La Internacional» y el himno de Andalucía, una delegado le dijo: «Tiene dos ovarios de dos yemas».