Asaltos Sánchez S.L.

El problema no es que nos mientan, sino que no digan una verdad. Por ejemplo, insisten en que en otros países las grandes telecos están participadas por sus respectivos Estados. Lo que no cuentan es que todos, sin excepción, están en un camino de privatización y que si todavía no se ha completado es porque evitaron la vía elegida por España, donde en apenas unos años a finales de los noventa estos gigantes corporativos perdieron cualquier atisbo de presencia pública en su accionariado. De igual forma nos quieren engañar cuando repiten que fue el PP quien privatizó Telefónica, cuando saben bien que fue una travesía comenzada por Felipe González y rematada por Aznar.

Tan acostumbrados, para mal, estamos del sanchismo que ya no nos inquieta lo que nos han dicho de la SEPI, sino lo que no nos han dicho todavía. ¿Por qué el precipitado anuncio de alcanzar hasta un 10% del capital si todavía reconocen no tener ni una acción? ¿Van a exigir presencia en el consejo de administración? ¿Por qué Telefónica antes que otras compañías estratégicas en mayor situación de debilidad y exposición? ¿Van a utilizar a Caixa o BBVA para la compra de ese paquete accionarial o van a optar por Morgan Stanley, como STC? ¿Están seguros de que grandes fondos como BlackRock o Vanguard van a seguir sentados junto a un comisario político del Gobierno? ¿Respaldan la actual línea de gestión de la compañía, como hizo STC, o tienen su propia propuesta? ¿Se imaginan al Gobierno decidiendo la importante política de inversión en medios de Telefónica, o sobre retribuciones e idoneidad de los miembros de su consejo? Todas estas preguntas y muchísimas más son oportunas, pero faltan respuestas. Lo que parece es que Asaltos Sánchez S. L. ha decidido morder en el músculo corporativo español. Habrá que coger sitio para la próxima junta de accionistas de la operadora, que promete. Si la SEPI y los buenos de STC, que ahí siguen a la chita callando empeñados en no soltar su 9,9%, reclaman sendos consejeros se avecina un apasionante baile de sillas, teniendo en cuenta la dificultad de ampliar el número de consejeros atendiendo a las líneas del buen gobierno corporativo y la temeridad de cambiar independientes por dominicales. Echen cuentas. A mí me sale que en ese reparto tener más de un comisario político sentado en el consejo es multitud. ¡Quién quiere facsímiles sanchistas teniendo al original de la SEPI! Me asalta -este verbo con Sánchez es más que habitual- otra duda: ¿pedirá explicaciones la CNMV a la SEPI sobre el curso de su anuncio? Porque está el riesgo de afectación en el precio de la acción. Bueno sería que Rodrigo Buenaventura pidiera que se acotaran plazos y propósitos. Seguro que también está en ello.

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El caso es que Sánchez se relame pensando en la invasión de una gran empresa que sufre lo indecible por culpa de una desastrosa regulación. ¿Cabría pensar que el mismo Gobierno que ahora asalta desoyó las voces de Telefónica para que se saltara la normativa a las exigencias del mundo digital y así debilitarla y facilitar la invasión? Interesante. Como lo es pensar que el mismo Ejecutivo que regula desde el BOE luego participa en una compañía regulada.

Queda el asunto de la gestión. Con ese galimatías accionarial, la SEPI ¿querrá forzar la entrada de 'Serranos', 'Murtras' u 'Oliveres', o dejará hacer a los que conocen la compañía? En Telefónica están depositados los ahorros de casi un millón de pequeños accionistas, confiados ahí desde hace años. Seguro que Sánchez, que está en todo, habrá previsto cómo cambiar las viejas 'Matildes' por las flamantes 'Begoñas' y darnos otro curso acelerado de gobernanza, dirección y administración de compañías y arte dramático en la gran empresa. Que de actuar en el seno del zapaterismo y del sanchismo van sobrados. Por eso les decía, ¿están seguros de que todo ha sido para salvar a Telefónica de las garras de los saudíes en un acto de patriotismo exacerbado sin precedentes? Pues, no sé de lo que hablarían exactamente, pero la reunión de tanto socialista, algunos también consejeros de la operadora -incluso el propio anfitrión del evento-, justo tras las elecciones del 23 J, para celebrar el resultado por todo lo alto a pesar de no haberlas ganado, cuando menos mosquea, ¿no?

Y a más, ¿se imaginan que mañana se ofrece la SEPI para entrar en Naturgy como agente estabilizador de su consejo y para meter en cintura a Jaime Siles -director ejecutivo en España del fondo australiano IFM que tiene el 14% de la gasista- y compañía? Y, más ambicioso aún, ¿puede ser que el próximo objetivo sanchista sea directamente la Fundación La Caixa? De momento, en Caixabank vía Bankia (FROB, claro) aún permanece el Estado y no se va ni con agua caliente... Aunque dicen por ahí que la avanzada edad de toda la cúpula directiva favorecería un plan sanchista y cía. para forzar el escenario y controlar el mayor conglomerado industrial del país: 27% de Naturgy, 2,53% de Telefónica, 4,36% de Cellnex; 32,2% de Caixabank, 9,10% de Inbursa... toda una perita en dulce, vaya.

Por cierto, quizás también más planes para Indra, que no dan puntada sin hilo. La jugada: el Estado compra el 10% de Telefónica, Indra vende Minsait y la operadora compra el resto de Indra, y así crear la mayor empresa española de Seguridad y Defensa, con un tamaño que a Indra no le da tiempo a conseguir... ¡Vamos a tener SEPI hasta en la 'sopi'! Y a este paso el Ibex va a tener que contratar a una agencia de desokupas para sacudirse al sanchismo. Eso sí, ¡felices fiestas!