La televisión de pago cae en las redes de los operadores de telefonía e internet
Las «telecos» absorben el negocio audiovisual para rentabilizar la fibra y el 4G, creando un único producto
m. veloso/ L. P. ARECHEDERRA
Nadie parece dispuesto a pagar una conexión a internet por fibra óptica a 100 «megas» de velocidad solo para consultar el correo electrónico. Por eso, al tiempo que están aumentando el tamaño de sus redes de fibra, cable y 4G absorbiendo a sus competidores, los ... grandes operadores de telefonía del mundo e han lanzado a por los distribuidores de contenidos para alimentar esas redes ultrarrápidas. El gigante estadounidense viene de comprar Digital TV, segundo operador de televisión de pago americano , por 36.500 millones de euros, y Comcast ha puesto sobre la mesa 33.000 para hacerse con Time Warner . Liberty Global adquirió en Reino Unido Virgin Media (17.000 millones) y en Holanda, Ziggo (10.000). Vodafone pagó 7.700 millones por la mayor empresa de televisión por cable de Alemania, Kabel, y 7.200 por la española Ono , incluida su televisión. Y Telefónica está cerrando la adquisición de Digital+ por 725 millones. La televisión de pago es ya otro negocio de las grandes «telecos».
La telefonía fija primero, y la móvil después, han reportado pingües ingresos a compañías como Movistar , Vodafone, Deutsche Telekom, AT&T y Verizon a lo largo de su historia. «El problema es que la penetración de ese negocio llega a un punto a partir del cual se hace más lenta y difícil», dice Augusto Baena, socio de la consultora Oliver Wyman especializado en telecomunicaciones. Es decir, el maná de los servicios tradicionales se ha agotado. Para evitar una caída mayor de los márgenes, los operadores deben facturar más y fidelizar clientes.
Al empaquetar todos sus servicios ( fijo, móvil e internet ) en un solo producto, como «Movistar Fusión» , las compañías han dado ya un paso en esa dirección. Pero cuando todas ofrecen esa opción, con redes de nueva generación y a precios competitivos , lo siguiente es diferenciarse añadiendo nuevos servicios a ese «triple play». Y la televisión de pago tiene un enorme atractivo comercial.
«Se está convirtiendo en el elemento central de la estrategia de muchos teleoperadores», señala un estudio de la consultora McKinsey . «Les está proporcionando una nueva herramienta para aumentar ingresos aprovechando sus actuales bases de clientes para generar ventas adicionales y retenerlos», explica. El informe señala que el 60% de los usuarios europeos buscan ya paquetes de servicios integrados y consideran el de la televisión el principal.
Nuevos hábitos
El cambio en los hábitos de los consumidores lleva tiempo anticipando esta tendencia. Las nuevas tecnologías han multiplicado el número de pantallas disponibles: ordenadores portátiles, tabletas y teléfonos inteligentes ( «smartphones» ) han ido relegando la televisión a un segundo plano.
Los jóvenes rara vez ven la televisión agolpados en el salón de casa . Mientras a ese aparato se le dedica en España una media de 14,1 horas semanales para ver vídeo, los citados dispositivos móviles ocupan 21,3 horas, según una encuesta de Ericsson . Es el fin de la dictadura de la parrilla de televisión . El usuario quiere ver sus programas favoritos en el momento que él decida, no en el que programe una cadena de televisión. Es lo que se llama vídeo bajo demanda. Incluso se han reducido las descargas de series y películas: ahora se ven en «streaming» .
Detrás de esos nuevos usos está la extensión de las redes de telecomunicaciones ultrarrápidas , tanto fijas como móviles, de gan capacidad, como la fibra, el cable o la móvil 4G, capaces de transmitir pesados contenidos audiovisuales, por su mayor calidad. Las compañías han invertido miles de millones de euros en su despliegue y ahora quieren rentabilizarlas. «Eso se hace con contenidos "premium" , como la televisión en alta definición, el mejor catálogo de series y películas y la retransmisión de eventos deportivos», señalan desde uno de los grandes operadores.
Ese interés por ofrecer los mejores contenidos audiovisuales ha desatado una guerra por los derechos de retransmisión. Y los grupos de medios, entre ellos los de televisión en abierto, además de estar limitados tecnológicamente para atender esa demanda móvil, han visto mermada su capacidad de gasto en programación . Las «telecos», en cambio, están holgadas financieramente. Telefónica, por ejemplo, se ha hecho ya con los derechos de emisión de la Fórmula 1 , Moto GP, el torneo de tenis Roland Garros y los partidos clasificatorios para la Eurocopa y el Mundial de fútbol de 2016 y 2018 respectivamente. Y el reciente cierre de canales temáticos de la TDT dejará contenidos ya producidos sin hueco en la parrilla, con lo cual podrían pasar a la televisión de pago.
Junto a la absorción de compañías también se están produciendo alianzas. Netflix , el mayor videoclub «online» del mundo con 35,7 millones de abonados , firmó en abril un acuerdo con los operadores de televisión de pago estadounidenses Atlantic Broadband, Grande Communications y RCN para integrar su aplicación en la plataforma de televisión Tivo, que en España usa Ono. La compañía mantiene además conversaciones para obtener contenidos en exclusiva de la mexicana Televisa y pagará a Comcast y Verizon para que sus contenidos en internet sean accesibles de forma más rápida. Y Vodafone, tras aliarse con Sky News y Spotify , quiere hacerlo con Netflix.
España, a la cola del negocio
En España, Mediaset , que controla el 22% de Digital+ que no está en manos de Telefónica, consciente del futuro prometedor del negocio de la televisión de pago, negocia acuerdos de colaboración con la compañía presidida por César Alierta. «Telefónica tiene las redes y la financiación y Mediaset el saber hacer en contenidos, así como derechos de emisión que ahora son de su propiedad», señalan fuentes el sector, que por fin ven que el mercado español de televisión de pago puede crecer y generar ingresos, tras años de escasa rentabilidad y pérdida de clientes.
Mientras en países como Holanda la penetración de la televisión de pago es del 100% de los hogares, del 90% en Estados Unidos y del 60% en Alemania, Francia y Reino Unido, en España solo alcanza al 24%. Y es, con 3,7 millones de abonados, 631.033 menos que hace dos años, el único mercado europeo junto con Italia que cae. Hoy apenas representa el 6% de la facturación del sector en España, pero este cree el nuevo escenario -oferta convergente con redes ultrarrápidas a precios más competitivos y la debilidad de la televisión tradicional - hará que nuestro país emprenda ya el camino iniciado primero por los siempre pioneros Estados Unidos y luego por Europa.
La televisión de pago cae en las redes de los operadores de telefonía e internet
Noticias relacionadas
- El tamaño sí importa... las grandes «telecos» mueven ficha
- Rosalía Portela: «El consumidor gana con la venta de Ono a Vodafone»
- Vodafone comercializará su propia fibra óptica antes de absorber Ono
- Vodafone se hace con Ono por 7.200 millones de euros
- La puja de Vodafone por Ono augura un nuevo reparto del mercado de ADSL y fibra
- Futuro incierto para los abonados a Digital+
- Prisa acepta vender Digital+ a Telefónica por 725 millones
- Movistar dará fibra óptica y televisión a los más de tres millones de clientes de «Fusión»
- Amazon Fire TV, Apple TV y Android TV: el control de la televisión
- España, líder mundial en el consumo tradicional de televisión
- El modelo de Netflix funciona: gana casi 20 veces más en el primer trimestre
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete