Esbozos y rasguños
Los dos rubios
Kroos y Modric fueron los que tuvieron que salir al rescate de un equipo todavía algo tierno
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Iniciar sesiónSiempre es una sensación especial poder volver al estadio de tu equipo después del verano. Es el momento de reanudar ese repertorio de manías, rutinas y supersticiones de los días de partido del viejo Casale, de reencontrarte todavía bronceados a tus vecinos de asiento, de ... observar a jóvenes aficionados por las calles aledañas luciendo la camiseta del último fichaje y de volver a sentir de nuevo esos nervios escolares propios de todo inicio de curso.
Este regreso, además, venía con el aliciente de conocer el remozado Bernabéu, que ha pegado un sustancial estirón desde la última vez que lo vimos, como esos compañeros de clase que dejabas en junio siendo niños y volvían de las vacaciones de verano más altos, con bigote, luciendo una prominente nuez, fumando y con una supuesta novia en el pueblo de cuestionable existencia.
A falta de Mbappé, el que sí pudo debutar en el nuevo Bernabéu fue uno de los fichajes más esperados de los últimos años: Cubierta Retráctil. No es el ansiado atacante francés, pero su dinero también ha costado. Prometedora puesta en escena la suya. Llegó a todos lados, subió y bajó, filtró, taponó goteras e hizo de stopper neutralizando cualquier amenaza exterior sin complicarse demasiado la vida. Parece que ha venido para quedarse.
Fichajes y caras nuevas aparte, Kroos y Modric fueron los que tuvieron que salir al rescate de un equipo todavía algo tierno (jugar contra el Getafe de Bordalás además es como cruzarte con un equipo paraguayo de la Libertadores de los años 80). Demostraron que siguen teniendo cartel de titulares indiscutibles. Uno podría llegar a entender cierta prudencia con el minutaje de Modric a lo largo de esta temporada, habida cuenta de que el croata cumple 38 años esta misma semana. Es razonable que se quiera empezar a dosificar con cuentagotas su talento, tal y como hizo Luis Enrique con un Xavi ya veterano en la temporada del triplete del Barça. Pero no entiendo tanto las reservas y el racionamiento de minutos con Kroos. Creo que estamos tan acostumbrados a ver como indisoluble la dupla que forman que se nos olvida que en realidad no son de la misma quinta. Hablamos de ellos en bloque, pero no son iguales. Lo cierto es que Kroos, pese a haber deslizado ya una retirada no muy lejana, es nada menos que cinco años más joven que Modric. Y a veces parece que se le quiera jubilar anticipadamente. Los dos estuvieron espléndidos, dejando patente que ese cambio de guardia que muchos pedían no es de momento ni tan claro ni tan urgente.
Lo que sí que se debería estudiar para el nuevo Bernabéu es una esquina en la que se alzase una estatua de Modric en pleno escorzo haciendo uno de esos pases suyos con el exterior, como el que pudo firmar contra el Getafe en la jugada que abrió el marcador blanco. Es elegante, es estético y es único. Celebro que se hable de traer a Taylor Swift, del césped de última tecnología y de las oportunidades de negocio que va a brindar el nuevo estadio. Pero guardemos una esquina no muy lejos del campo para tener ese detalle con Luka. Como la estatua que tiene Bergkamp haciendo uno de sus controles imposibles en el estadio del Arsenal o la de Nowitzki con su inolvidable fadeaway a una sola pierna junto a la cancha de los Dallas Mavericks. Voy a empezar a juntar firmas.
Si Kroos y Modric convencieron, Tchouaméni y Camavinga por su parte siguen dejando ciertas dudas de que, hoy por hoy, sean jugadores muy compatibles. Los dos ocupan el mismo espacio natural, en la base de la jugada, donde Camavinga más brilla y donde saca más partido a sus características. Es lógico que Ancelotti busque la posibilidad de que jueguen juntos y es posible que a largo plazo Camavinga pueda llegar a ser un volante muy interesante, pero no sé si por el camino nos estaríamos perdiendo un pivote estupendo forzando su readaptación. Me da miedo que la versatilidad de Camavinga se acabe convirtiendo en un arma de doble filo para él.
Y a propósito de armas traicioneras: en lo que va de temporada al Madrid solo le han marcado exjugadores suyos (Arribas y Mayoral). La próxima jornada de Liga viene Kubo en estado de gracia, marcando dobletes y siendo decisivo para la Real Sociedad. Doy por hecho que marcará un gol a centro de Odriozola y luego tendrá que salvar los muebles Bellingham.
Para este otoño lo que he decidido es agujerear todos mis calcetines por la parte de atrás, tal y como hace Bellingham con sus medias. No tengo muy claro qué efecto busca, ni tampoco si tiene algún respaldo científico. Pero me da igual. Mal, desde luego, parece no hacerle. A este ritmo que lleva me veo pidiendo en unos años una estatua suya en Padre Damián con los brazos levantados y las medias agujereadas.
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