Bale rescata a un Madrid a medio hacer

[ Así está la clasificación ]

Zidane sorprendió con un 4-4-2. Sorprendió relativamente, porque con los centrocampistas actuales el 4-3-3 ha de modificarse colocando en las bandas jugadores ofensivos que además quieran defender

Salvo fichaje postrero, el Madrid tiene peor centro del campo que el año pasado. Esto condiciona los planteamientos tácticos de Zidane, valga la expresión. Parece que el 4-3-3 no se podrá sostener todo el año y en ocasiones tendrá que apoyarse en el 4-4-2 o el 3-5-2, sistemas en los que los delanteros o los laterales acuden al centro del campo. En Villarreal iban a ser Lucas y Bale los que ocuparan las bandas. Bale dio ya un muy buen centro en el minuto 6, pero el Madrid empezó a tener problemas inmediatos con la construcción del juego. Fallos en los pases . El mayor de todos, un desliz de Ramos, acabó en el gol de Gerard.

El Madrid tenía problemas serios para componer el juego. En esos minutos no jugaba bien. Apenas jugaba. Entre la presión local y las gotas de lluvia recordaba aquella definición de si mismo que dio el poeta Auden: mi cara es como un pastel de boda dejado en la lluvia .

El Villarreal empujaba con velocidad en las bandas añadiendo detalles de Moi y Cazorla, que dio un conato de show a mitad de primera parte. En el Madrid se notaba un vacío, un hueco grande en la media. Kroos no subía, Benzema no se descolgaba. Era más bien Casemiro el que hacía de eso que se llama «box to box». Se iba al ataque y al arrastrar el juego se dejaba, pequeño detalle, la pelota. Es algo difícilmente criticable porque luego la recuperaba. Quizás fuera más bien un problema colectivo, algún principio constructivo que en el Madrid falla. La media volvía a ser un agujero para el equipo, una especie de sudoku que mira mucho Zidane, de cubo de Rubik que se complica aún más al querer cambiarlo en las segundas partes. No está cambiando para mejor.

Jovic chutó en el 25 de modo convincente: control, recorte, carrera y chut. Excepcional «tren inferior» (porque eso no son piernas, eso es tren inferior). Corre además tieso, como si fuera a aparecer un plinto de repente.

El Madrid no estaba jugando bien, pero quería rearmarse. Cómo no hacerlo con una banda formada por Lucas y Carvajal. Mendy cubría las espaldas de Bale. Solo necesitaba el Madrid hilvanar algo por el centro, dejar de tartamudear alrededor de Casemiro . A partir del minuto 30 comenzó a intentar centros altos que hicieron que el Villarreal se resintiera. Luego trenzó algunas jugadas. Benzema chutó al palo en el 45; antes lo intentó Lucas tras una jugada enfurecida de Carvajal. Él originó el gol del empate (minuto 46) en una pared que Jovic le devolvió con taconazo. Bale remató el buen entendimiento. La «amaviscación» de Bale parece una posibilidad seria.

Un apunte sobre Jovic : tiene autoridad dentro y fuera del área. Una especie de arrogancia en la media vuelta, con calidad para cambiar de juego. Al lado de Benzema por momentos se iba haciendo poderoso, territorial. La cualidad de Benzema es la perfecta complementariedad.

El otro fichaje, Mendy, amargó la noche a Chukwueze , el explosivo Chukwueze. Respecto a Marcelo es un giro copernicano. La sensación de energía era en sí misma un cambio de época. Haría falta un Mendy para Kroos, otro para Modric...

Andrés y Mario Gaspar le quitaron entre los dos un gol a Kroos en una llegada del Madrid, que en la segunda parte fue imponiéndose aunque sin un cambio sustancial en el medio. Se trataba también de la propia debilidad del Villarreal, que fue el primero en mover el banquillo buscando eso que no tenía. Anguissa le dio algo de aliento.

Zidane, fiel a su temple de último pistolero en sacar el revólver, esperaba, esperaba algo, esperaba la floración de su almendro futbolístico.

Casemiro y Kroos reestablecían su autoridad cuando entró Modric. El Madrid subía la pelota con más cuidado, frotando alrededor como si fuera curlin. Pero arriba, ya sin Jovic, faltaba la chispa, el reprís. Así que Zidane sacó a Vinicius, pero justo tras el cambio, antes de que pudiese servir de algo, el Madrid se volvió a deshacer y marcó Moi Gómez.

El Villarreal se había recompuesto antes y el Madrid se tuvo que desmelenar al final, lanzado a por el partido. En una jugada iniciada por Modric, Bale empató. Bale salvaba al Madrid. Estaba todo en la planificación. Pero que nadie se emocione . Sigue siendo Bale y luego se autoexpulsó con dos amarillas, como si quisiera evitar a toda costa que alguien pudiera fantasear un solo instante con la idea de construir algo sólido a su alrededor.