Joel Álvarez, el próximo español en conquistar la UFC

Conocido como El Fenómeno en el mundo de las artes marciales mixtas (MMA), el luchador asturiano del peso ligero de la UFC ha conseguido establecerse entre los mejores peleadores del mundo a base de esfuerzo, de sacrificio y de victorias. Tanto, que el próximo 14 de diciembre disputará un nuevo combate en el que buscará su séptimo triunfo en la mayor liga de este deporte ante Drakkar Klose y, de lograrlo, podría entrar, de nuevo, entre los 15 mejores de la división más compleja de la UFC (ya estuvo hace un tiempo clasificado en el puesto 15).

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Álvaro Colmenero

Según ha podido saber en exclusiva ABC, el peleador asturiano (21-3, 6-2 en UFC) se medirá al experimentado estadounidense (15-2-1, 9-2 en UFC) en el último evento de 2024

Si logra establecerse en el ránking, podrá sentarse en la mesa donde se juegan las cartas más importantes, con el título mundial de la UFC en el horizonte, como ya ha logrado conquistar anteriormente Topuria. Joel Álvarez lo tiene todo para conseguirlo: madurez, mentalidad fría y un estilo de pelea demoledor y muy completo donde encuentra numerosos caminos para terminar por la vía rápida con sus oponentes (de sus 21 victorias profesionales, las 21 han acabado por KO o sumisión).

Aunque la realidad es que su discurso puede resultar impactante en los días que corren y en lo que estamos acostumbrados a escuchar de cualquier peleador que pinta para hacer cosas grandes. «Mi ambición es ser un buen padre y un buen compañero, mirar por los muchachos que vienen por detrás. Y hacer dinero con esto de las peleas. Algunos dicen: '¡No tienes ambición!'. Y me da la risa, qué sabrán ellos lo que es ambición. Mi ambición es hacer dinero, darle una buena vida a mi familia y poder dedicarme a ellos. No pienso en títulos ni en ránkings», afirma tajante en este periódico.

Lo suyo, lo de estar compitiendo con los mejores luchadores del planeta, tiene más mérito si cabe por su historia. Venido del barrio del Polígono de Gijón, sus días estaban más dirigidos a transcurrir en el talego que dentro del octógono más famoso del mundo. «Hasta que tú no le ves las orejas al lobo, no cambias la mentalidad», señala en conversación con ABC el atleta asturiano. Pero las artes marciales mixtas le encauzaron, le ayudaron a encontrar un propósito y, poco a poco, se fue cocinando una carrera profesional que hoy en día es envidiable, con un récord positivo de 6 victorias y 2 tropiezos en UFC.

Todo ello, por supuesto, rodeado de sus «patrones», aquellos que ejercieron prácticamente como padres en el Club Deportivo Tíbet, un gimnasio de barrio donde hasta los cristales sudan. Para él, la UFC no es un sueño, ni mucho menos algo que se lo quite, es un «trabajo». Y punto. Para bien o para mal. «Cobro genial y tengo un buen contrato. Puedo mantener un nivel de vida que ese bandolero que fui no lo hubiese imaginado nunca. No era el futuro que me deparaba con aquella vida, lo tengo muy claro. Por eso estoy agradecido a Dios, a mis patrones, a mi familia, a los que me apoyan», cuenta.

Lo cierto es que su horizonte es halagüeño, las bolsas ya empiezan a ser más que jugosas y los nombres más importantes de la división comienzan a observar por el retrovisor como va acelerando un tipo que supera el 1,90 de altura y destruye a los compañeros de la división. Veremos si puede ser el próximo español en conquistar la UFC.