conflicto en la pelota vasca
Hoy, primer España-País Vasco en una competición 'oficial': «Abre una fisura difícil de reparar»
Ambas seleccion se enfrentan en la Liga de Naciones de cesta punta, duelo inédito que rompe la unidad del deporte nacional
Vicente Azpitarte, portavoz de deportes del PP en el Senado, alerta de que 20 federaciones vascas buscan ya el mismo objetivo
El País Vasco exhibe su selección: «Un paso más en el reconocimiento nacional»
Las selecciones de Euskadi y España, durante la ceremonia de inauguración
No es oficial. No, al menos, hasta que se pronuncie el TAS al respecto. Pero el Euskadi-España de cesta punta que se juega hoy en Guernica ya trasciende el hecho de contar o no con ese sello. La verdadera importancia de este partido la ... marcan sus connotaciones mediáticas, emocionales y políticas. Por primera vez, una selección autonómica competirá de tú a tú contra la selección de su propio país.
La cita en el Jai Alai de Guernica escenifica una fractura institucional que atraviesa el deporte, un conflicto político que ha encontrado en la pelota vasca su escaparate más inesperado. De un lado, Euskadi: con su camiseta verde, su polémico reconocimiento como miembro pleno de la Federación Internacional (FIPV), su debut triunfal ante Francia y el respaldo explícito de las instituciones vascas. Del otro, España: con un combinado integrado en su mayoría por pelotaris vascos -seis de los ocho integrantes nacieron en esa comunidad- que han decidido seguir compitiendo bajo bandera nacional, enfrentados a un entorno mayoritariamente hostil, relegados a un segundo plano.
Durante la ceremonia inaugural, a quienes decidieron jugar con España les tocó escuchar pitos mientras cruzaban la grada hacia la cancha. Fueron silbidos aislados, pero significativos. También hubo ikurriñas mientras se escuchaban gritos de 'independentzia'. El recibimiento para Euskadi fue bien distinto: mosaico de colores, vítores, exaltación. «Ongi etorri, Euskadi», proclamó Xavier Cazaubon, presidente de la FIPV, al dar la bienvenida a la delegación vasca. La grada se levantó como un resorte.
Las cámaras de EITB recogieron cada segundo del debut vasco en horario estelar. Tanto el equipo masculino como el femenino ocuparon el 'prime time' de la jornada. Sus partidos, emitidos en directo. En cambio, el estreno de España pasó inadvertido: sin cobertura institucional, sin emisión en abierto, sin mosaicos ni himnos, y con la grada semivacía. Celebraron su victoria contra México en silencio.
Las emociones se cruzaron también en la intimidad. Porque las jugadoras que hoy se enfrentarán compartieron hasta hace poco vestuario, entrenamientos, selecciones base, procesos de tecnificación… Algunas incluso han sido pareja de juego. La Liga de Naciones ha roto ese lazo, al menos de forma temporal. Las que han elegido seguir con España han tenido que soportar meses de presiones, según denunció la Federación Española. En un comunicado reciente, la institución alertó de amenazas y coacciones recibidas por estas deportistas, a quienes definió como «valientes y dignas de respeto».
La FEP no ha enviado representación institucional a Guernica al considerar el torneo «una pantomima». Tampoco habrá nadie del Consejo Superior de Deportes, que no llegó a autorizar la organización del campeonato al no recibir ninguna solicitud. Sin embargo, el logotipo del órgano rector del deporte español apareció en las paredes del frontón junto al de las dos federaciones promotoras: la internacional y la vasca. «No ha existido una autorización para el uso del logo», aseguran desde el CSD. En cambio, no hay respuesta cuando se les pregunta si van a exigir su retirada.
Desde el inicio del conflicto, el ente presidido por José Manuel Rodríguez Uribes ha intentado mantener el equilibrio entre las peticiones de auxilio de la FEP y los compromisos adquiridos con el PNV en el acuerdo de investidura, que derivó en la aprobación del artículo 48.2 de la nueva Ley del Deporte. Ese artículo permite que federaciones autonómicas, con el visto bueno del CSD, participen en competiciones internacionales si acreditan arraigo histórico.
«El CSD está cómodo con esta situación, sin saber por qué aparece ahí su logotipo, sin impedir que se rompa el deporte español y sin tomar medidas para arreglarlo», cuenta a este periódico Vicente Azpitarte, portavoz del Partido Popular en el Senado en la Comisión de Educación, FP y Deporte, y uno de los principales impulsores de iniciativas para evitar que este España-Euskadi llegase a celebrarse.
«Nuestra posición es de máxima preocupación», añade Azpitarte. «Primero, por el deporte nacional, porque esto abre una fisura difícil de reparar. Me consta que la consejera de Deporte del Gobierno Vasco ha mencionado más de veinte federaciones vascas que ya habrían solicitado participar en competiciones internacionales. En segundo lugar, nos preocupan los deportistas. No tienen ninguna culpa de las ideas independentistas, ni del PNV ni de una parte de la sociedad que apoya lo que está ocurriendo. Y en tercer lugar, nos inquieta el caso de corrupción relacionado con la compra del Mundial de pelota». Se refiere al acuerdo de la Diputación Foral de Vizcaya con la FIPV para organizar el Mundial de 2030 en Bilbao con un sobreprecio de 250.000 euros. La persona que firmó ese pago es hoy vicepresidenta de la Federación Internacional.
La cancha sitúa a las jugadoras de España como favoritas. Las jovencísimas Érika Mugartegi y Arai Lejardi, delantera y zaguera respectivamente, ambas del municipio vizcaino de Marquina, forman la pareja más potente del momento. Aseguran los expertos que será difícil que las titulares de la selección vasca, Elaia Gogenola y Maia Goicokoetxea, puedan batirlas hoy, aunque todos tienen claro que el resultado será esta vez lo de menos.