Rubiales salva el primer round

La decisión llega justo una semana después de la suspensión cautelar decretada por la FIFA, que prohíbe a Rubiales cualquier actividad relacionada con el fútbol durante 90 días mientras tramita su propio expediente. Implica que la Comisión Directiva del CSD no puede decretar la suspensión provisional del presidente de la RFEF, por un lado, ni imponerle una sanción superior a dos años de inhabilitación (que sería su grado máximo). Para el CSD, tanto el abuso de autoridad como el comportamiento indecoroso son acciones muy graves. Existió un voto particular del presidente del tribunal que discrepa de la decisión del TAD.

En rueda de prensa urgente convocada media hora después, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, urgió al TAD a que suspenda cautelarmente a Rubiales en virtud del artículo 102 de la Ley del Deporte -una posibilidad que era cuestionada ayer en medios jurídicos (por la redacción del artículo y porque el TAD ya la hubiese utilizado si lo hubiese considerado oportuno)-.

«Debo manifestar que el criterio del CSD sigue siendo que las actuaciones merecen el calificativo de muy graves: perjuicio de la imagen de nuestro fútbol y abuso de autoridad durante la celebración del título», manifestó un Iceta visiblemente nervioso: «El CSD ha pedido a los servicios jurídicos para defender dicho criterio en otros caminos que corresponda […] No vamos a tolerar la falta de respeto a las mujeres ni vamos a retroceder en los pasos de igualdad entre hombres y mujeres. Llamamos a todos los estamentos deportivos a prevenir, aislar, sancionar este tipo de comportamientos».

Muchos esperaban que la decisión se hubiese tomado el lunes, cuando los siete miembros del TAD se reunieron telemáticamente por vía de urgencia, tal como había pedido el secretario de Estado para el Deporte, Víctor Francos (desaparecido ayer de la escena). No se produjo decisión alguna, como es sabido; la reunión sirvió fundamentalmente para que solicitaran documentación que el CSD no había adjuntado en su primer envío. ABC ha podido saber, de fuentes solventes, que el retraso se ha debido a las fortísimas presiones recibidas por sus miembros durante la semana. El proceso ha estado afectado también por la petición de recusación a Jaime Caravaca, uno de los miembros del TAD, que es sobrino de un abogado de Rubiales.

El Gobierno se había defendido esta semana de las críticas vertidas incluso por miembros del propio Ejecutivo, asegurando que estaba atado de pies y manos (sigue sin explicar, sin embargo, por qué no elevó al TAD en el último año varias denuncias llegadas al CSD sobre actos y corruptelas no menores de Rubiales, cuyo caso les estalla ahora en la cara). El apoyo político de Pedro Sánchez a Rubiales sólo cedió ante la ola de indignación mundial por los actos de un presidente federativo que había dejado ya demasiados cadáveres por el camino. El Ejecutivo afirmó entonces que quería convertir el caso en un «MeToo del Deporte». El CSD ya no podrá convocar ahora a su Comisión Directiva para suspender cautelarmente a Rubiales, y el TAD tramitará un expediente que, cabe suponer, concluirá con su inhabilitación entre seis meses y dos años (el trabajo del TAD sólo se detendría si Jenni Hermoso presentara una denuncia penal contra Rubiales, por el principio de subordinación jurídica, que paraliza la vía administrativa si hay una instrucción judicial en curso).

Rubiales, por su parte, hizo público un comunicado tras la resolución del TAD en el que reconoce «algunos errores evidentes», pide «perdón», justifica sus actos por la «emoción», habla de un acto «mutuo y consentido, producto del gran entusiasmo», denuncia «un linchamiento político y mediático sin precedentes» con influencias políticas y mediáticas, dice sentir el «apoyo creciente de la gente en la calle», y asegura que seguirá colaborando para demostrar su inocencia y acusa al Gobierno de no respetar «la separación de poderes y tratar de presionar» en su contra. «En nombre del Feminismo no se debe tratar de hundir a un hombre -ni a una mujer- sin un juicio justo», concluye.