Fútbol
Mensaje de unidad arbitral ante el Caso Negreira: «Nosotros no somos corruptos»
Más de dos centenares de colegiados arropan en la sede de la Federación a Medina Cantalejo, presidente del Comité, para defender su honorabilidad y declararse víctimas de los negocios del exvicepresidente con el Barcelona
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Iniciar sesiónMensaje de unidad de los árbitros, reunidos de forma multitudinaria en la sede de la Federación Española para defender su honorabilidad y mostrar su repulsa al llamado Caso Enríquez Negreira, del que se declaran ajenos, pero del que salen señalados. «Es un día difícil. ... Nos tenemos que comer cosas que no tienen nada que ver con nosotros», dijo Luis Medina Cantalejo, presidente del Comité Técnico de Árbitros, arropado por más de dos centenares de colegiadas y colegiados. «Solo Enríquez, su hijo y el Barcelona son los que tienen que dar explicaciones. Estamos para limpiar nuestro nombre. Yo no soy un corrupto, vosotros no sois corruptos. Esto es una vergüenza», concluyó.
Con el escándalo Enríquez aún en fase de crecimiento tres semanas después de su estallido, la Federación y el Comité arbitral convocaron de forma conjunta en Las Rozas para explicar a fondo su postura sobre un caso que hasta ahora habían solventado a base de comunicados y vídeos. No estuvo Luis Rubiales, fuera de España por motivos profesionales, así que fue Andreu Camps, secretario general de la Federación, quien tomó la batuta. De su larga comparecencia quedaron varios titulares. El primero, que la Federación no puede actuar más de lo que lo está haciendo. Ni tiene competencias ni los recursos necesarios para llegar más lejos que la Fiscalía. Tampoco se querella porque paralizaría de forma inmediata esa investigación.
Lo que sí confirmó es que ha puesto toda su maquinaria para recabar información que pueda ser utilizada en el ámbito judicial, en especial al Barcelona y al propio Comité de Árbitros. De ahí se supo que todos los árbitros a los que se pidió explicaciones colaboraron, a excepción de uno, que no contestó sobre su relación con Enríquez y su hijo, que aparece en la trama como supuesto acompañante y consejero de los árbitros. Las miradas se dirigen entonces a Estrada Fernández, árbitro VAR que, motu proprio, presentó hace una semana una querella contra el Barcelona y el propio Enríquez Negreira. El colegiado catalán ha sido uno de los grandes señalados de la convocatoria arbitral, apartado mientras el resto de colegiados muestran unidad. Se teme, entre otras cosas, que esa denuncia paralice la investigación de la Fiscalía.
También confirmó Camps que una persona con responsabilidad gubernamental conocía los hechos investigados por la Fiscalía. No dio el nombre, aunque se apuntó a la figura de Albert Soler, exdirector de Relaciones Institucionales del Barcelona y ex director general de Deportes en la última etapa socialista. A Soler ya se le acusó en su día de adecuar la Ley del Deporte para que las actuaciones del club catalán y Negreira quedaran prescritas en el ámbito deportivo.
Sobre ese asunto insistió el secretario general, muy parco en palabras sobre las posibles consecuencias y la implicación del conjunto azulgrana, pese a que afirmó que llegarán hasta el final del asunto: «Lo importante es llegar hasta el final. No es de recibo alegar una eventual prescripción como han hecho otras instituciones», dijo en referencia a las dudas expresadas por Javier Tebas ante una posible sanción deportiva al Barça. Además, reveló que la UEFA les ha reclamado toda la información de la que disponen, dando a entender que el máximo organismo continental sigue muy de cerca el caso.
La parte emocional de la comparecencia la puso Medina Cantalejo, que consideró víctimas al colectivo arbitral: «Se ha criminalizado y se ha creado un clima social antiárbitros, en el que se dice que los árbitros están comprados. No hay ninguna prueba que incrimine a ningún árbitro, ninguna. De los que están en activo y de los de antes». También puso la mano en el fuego por sus antecesores, Carlos Velasco Carballo y, en especial, Victoriano Sánchez Arminio, jefe directo de Negreira durante su etapa como vicepresidente del CTA. «Está muy fastidiado», contó.
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También hubo manifiesto conjunto de los árbitros allí convocados, leído por el internacional José María Sánchez Martínez, que de nuevo hizo referencia a la importancia de afrontar este asunto de forma unitaria, y no individual. De nuevo un larguísimo aplauso, rotundo, vino a confirmar la opinión mayoritaria de los árbitros sobre este turbio asunto.
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