Luis, método y carácter

Y Aragonés lo hizo de la forma en que solo se pueden hacer las cosas, con las formas exactas para fijar un mañana; puro casticismo y vibración. El hombre llevaba 'background' de fútbol del antiguo para hablar su fórmula mágica.

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Luis Aragonés bajó al fondo del foso, donde estaba la llave de la victoria, donde estaban los complejos y, en días como éstos, se le debe mucho más que lo que la historia, injusta como siempre, le adeuda.

Aparte de hacer del pase un arma cargada de futuro, Luis Aragonés, su presencia, tenía algo de padre bueno que gesticulaba; de oráculo cuando cuando se veían las vacas flacas. Fue de temperamento caliente, pese a los futuribles, al sacar a Raúl de la lista de la Eurocopa. Consciente, quizá, de que un bloque no se inicia con una estrella como tantos otros que han muerto en la orilla. Luis abrió la espita, se ha dicho, inventó un fútbol que es casi inventar el submarino.

Y se fue, hará diez años, entre las lágrimas de todos: de todos aquellos que comprenden que fútbol y vida son una misma cosa. La España opinante lo quiso poner en la calle tras caer en octavos del mundial del 2006 contra la Francia de Zidane. Y es que somos país de esperar poco, incluso a los milagros sostenidos.

Aquella Euro 2008 de Luis, porque aparte de muchos brillos conjuntos 'fue de Luis', está en el hipotálamo de incluso quienes no la vivieron. Tal era él..

Aún resuena el mensaje vocacional a Torres: «Niño, salga ahí y demuestra que es el mejor. Va a hacer dos goles y vamos a ser campeones». Que se nos fue Luis, 'sin irse', hace diez años. Como los gigantes. Dejando que hablen bien de él.