Fútbol

Las tarjetas rojas se disparan en la Liga, el campeonato con más expulsiones de Europa

Un exceso de celo de los árbitros y la dureza y protestas de los futbolistas provocan el aumento de la cartulinas mostradas en España

Castigo para Canales por acusar a Mateu Lahoz

Ilustración de tarjetas rojas y amarillas Jorge González Navarro

Anda revuelto el fútbol español, enredado en comunicados oficiales de los clubes, estadísticas y protestas que amenazan con enturbiar el desenlace de la Liga, en la que todo está en el aire menos el liderato del Barcelona y el último puesto del Elche. ... Demasiado en juego como para no tratar de arañar ayudas, por pequeñas que sean.

Se han multiplicado en las últimas semanas las protestas contra los árbitros a través de los directivos. Comunicados oficiales que señalan a los colegiados por acciones que, en muchas ocasiones, vienen provocadas por sus propios jugadores. Porque las tarjetas no surgen de la nada, por más que algunas veces se pudiera hacer la vista gorda por parte de los árbitros. Son las menos, pues solo 7 de las 113 expulsiones han llegado por protestas al juez del partido.

La gran mayoría tienen su origen en el juego violento. Rojas directas que, además, tienen que ser refrendadas por el VAR. Diferentes varas de medir que deben coincidir. Si no ocurre así, como el pasado fin de semana en Vallecas, el videoarbitraje puede influir, ya sea para quitar el castigo o para proponerlo, como hicieron con Lejeune, que tras ver amarilla en primera instancia acabó en los vestuarios y dejando al Rayo con diez. El francés ostenta el dudoso honor de ser –por ahora– el último expulsado de una Liga de récord en la que ya se han mostrado 113 tarjetas rojas. Sumando todas las de la Bundesliga, la Premier y el Calcio no alcanzan esta cifra, que pone en el primer plano la severidad de los árbitros, pero también la dureza y la picaresca de los jugadores.

Medina Cantalejo, responsable del Comité Técnico (CTA), ya advirtió a principios de temporada que se iba a poner especial interés en frenar el juego violento. «Uno de los objetivos va a ser la protección de los jugadores, que son el bien más preciado de un equipo. Tenemos que diferenciar bien entre simples faltas, amarillas y expulsiones, que es una de las asignaturas pendientes. El año pasado se nos escaparon acciones muy duras, incluso con lesión de algún jugador«, señalaba el presidente de los árbitros en la rueda de prensa previa al inicio de la temporada. Esa misma tendencia se les explicó a los clubes y se presentó en todos los vestuarios de Primera y Segunda división. Advertidos estaban, aunque no parece que hayan hecho mucho caso a aquella charla.

Ese celo por frenar a los violentos se ha traducido en más rojas, pero también en menos lesiones. Después de una temporada 2021-22 en la que superó el tope de bajas en la Liga (por encima de las 500), parece que el celo de los árbitros está ayudando a contener los días que los jugadores pasan en la enfermería. De hecho, España es el campeonato de Europa con los jugadores más sanos, muy por encima de lo que ocurre, por ejemplo, en la Premier y la Bundesliga. Casualidad o no, lo cierto es que la tesis de Medina Cantalejo se cumple.

Desencanto de los clubes

Haber tenido menos lesiones en el vestuario no ha aliviado a los equipos, empeñados en criminalizar a los árbitros como si fueran ellos los que dan las patadas. El último en mostrar su enfado con el colectivo del silbato fue el Sevilla, en la cuerda floja tras una temporada llena de altibajos que lo ha llevado de luchar por los puestos europeos a hacerlo por eludir el descenso. «El Sevilla quiere mostrar su honda preocupación y su absoluto rechazo a muchas de las decisiones arbitrales tomadas esta temporada en relación a las tarjetas amarillas y rojas recibidas por sus jugadores. El club siempre ha sido y será absolutamente respetuoso con el colectivo arbitral, a sabiendas de lo complicado que resulta realizar la labor del arbitraje, pero desde el club no podemos compartir muchas de las decisiones en relación a las tarjetas recibidas por nuestros jugadores, lo que a la larga nos ha perjudicado gravemente en la competición». El comunicado desgrana a continuación una serie de estadísticas que sitúan al Sevilla como el club más castigado por los árbitros, centrándose casi únicamente en el número de amonestaciones por falta, como si fuera necesario dar un número de patadas determinado antes de ser castigado. Como si la dureza y la violencia de las mismas no pudieran ser sancionadas directamente en el primer minuto del partido.

De puertas para dentro, en conversaciones internas, en el seno arbitral se apunta al colectivo de jugadores como los principales culpables del aumento de amonestaciones. La picaresca y la tensión acumuladas en un curso muy igualado ha hecho que haya más faltas y que muchas de ellas hayan tenido que ser castigadas con tarjeta.

Un CTA independiente

Los que más han sufrido con las rojas han sido el cadista Iza y el bético Luiz Felipe, expulsados en tres ocasiones, aunque en el caso del brasileño llegaron en las primeras veinte jornadas de Liga. Y eso que, entre sanciones y lesiones, apenas había jugado once de esos encuentros. Una barbaridad, sobre todo teniendo en cuenta que en cinco años en Italia apenas había sido expulsado en una ocasión. Aun así, el propio central entonó el mea culpa y prometió mejorar en ese aspecto y desde entonces no ha visto ni una amarilla. Historial limpio para él, que demuestra que la voluntad propia también ayuda. No todos sus compañeros lo han conseguido, pues el pasado fin de semana, Canales volvía a enfilar el camino de los vestuarios antes del final tras un agarrón a destiempo. «Tuve un error grave y asumo mi culpa por la derrota», escribía el centrocampista, que volvía al césped tras haber cumplido el castigo impuesto por una roja anterior. De hecho, es

3 Expulsiones

Son las que han sufrido Luiz Felipe (Betis) e Iza (Cádiz), los que más rojan han visto en la Liga

el Betis el segundo equipo con más expulsados de la Liga (12), solo por detrás del Elche (13). Completa el podio el Sevilla (10), que a esas tres rojas suma 90 amarillas. Clasificación que nunca hubieran querido protagonizar. Algunos de estos clubes quieren proponer en la Asamblea de la Liga del próximo miércoles que se trate la posibilidad de que el CTA salga del amparo de la Federación (RFEF) para convertirse en un ente independiente. Algo que no contemplan desde el organismo presidido por Luis Rubiales.

Los parones por el aumento de las amonestaciones han provocado un efecto colateral inesperado que también molesta en los clubes. Los partidos se están prolongando muchísimo, con una media de ampliación cercana a los cinco minutos y que en ocasiones se ha ido por encima de los diez. El Cádiz ha sido uno de los equipos que más han sufrido esos alargues eternos en los que ha perdido hasta diez puntos. Demasiado si tenemos en cuenta lo igualada que está la zona baja de la clasificación.

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