liga bbva
Discreta matinal en el Manzanares
El cansancio nubla al Atlético, que rentabiliza sus ocasiones ante un Granada inoperante
miguel ángel barroso
Hay un tipo que dirige dos orquestas en el Manzanares: la de los músicos que tocan sobre el terreno de juego —esta vez de forma un tanto desafinada— y la que interpreta cánticos y aplausos en la grada, entregada a la causa por encima de ... todo. El partido languidecía, cansino, aburrido, cuando Simeone , el jefe más coreado, levantó los brazos reclamando un esfuerzo final a los de arriba y los de abajo. Parecía que iba a sentar a Falcao, torpe durante 89 minutos ante el buen trabajo de Mainz, pero finalmente señaló a Adrián. Buena elección: la hinchada mostró conmiseración por el 7 a pesar de su apagón, y Falcao se redimió de sus primeros pitos sentenciando el choque tras una fantástica galopada de Juanfran. Así que la afición enfiló por el Paseo de los Melancólicos rumbo a las cañas y el vermú con un buen sabor de boca. El Cholo dirige su felicidad. [Así lo hemos narrado]
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La realidad fue mucho más prosaica. El 11-M, clavado para siempre en el corazón de la ciudad, amaneció espléndido, y la tropa rojiblanca acudió en familia al Calderón para llenarlo. Este horario, puesto bajo sospecha cuando comenzó la Liga, es ahora codiciado por todos los clubes, y al Atlético en especial le sienta muy bien. Volvía Abel, técnico del Granada, a su casa de toda la vida con un plan: bien posicionado y presionante, el equipo andaluz marcó su territorio. Después del esfuerzo del jueves frente al Besiktas no estaba el Atlético para tirar cohetes. Simeone no practica las rotaciones de su antecesor (las lesiones tampoco ayudan). Ya se sabe su filosofía: el que no puede es un débil. La orquesta del campo lo asume. Y la de la grada lo festeja. Así que con el depósito en reserva viajó el equipo en la primera parte, enganchado a las internadas de Salvio —nuevo héroe del respetable— y a las jugadas a balón parado. En un córner llegó el primer gol de forma casi inesperada. Centró al segundo palo Gabi, Koke la tocó de cabeza hacia el punto de penalti y Miranda remató en escorzo acrobático. Mucho premio para tan pocos argumentos. [Estadísticas]
El sprint de Juanfran
La segunda parte resultó aún más floja, y el Granada no acabó de creerse que podía sacar algo positivo de su visita. Inoperante su delantera, en especial Uche, permitió la mañana libre a Courtois y aceptó el soso diálogo en el centro del campo mientras el sol iba horneando los minutos. Simeone lo vio claro y blindó el resultado con Assunçao y Perea, compensando al público con Arda , uno de los favoritos. El turco puso algo de pimienta por la banda izquierda, lo justo para entretener la espera, hasta que Juanfran se inventó la jugada del partido: se pegó un sprint por su carril dejando atrás a cuanto rival le salía al paso y cedió con el último aliento a Falcao, que salió indemne del forcejeo con Mainz y remató ante la salida de Julio César. El balón, rebotado, acabó mansamente en la red. El colombiano tuvo otra que pegó en la base del poste. Habría sido de traca después de lo visto. Pero lo cierto es que nadie se quejó de la partitura.
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