Fútbol
A Simeone se le atraganta la renovación
Tras otro verano de fuerte inversión en fichajes, el Atlético ya está a cinco puntos de Barça y Real Madrid
El Atlético suma y sigue: Raspadori, séptimo refuerzo
Madrid
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Iniciar sesiónMás allá de debates tácticos, filosóficos o sentimentales, que todo eso y mucho más provoca Diego Pablo Simeone en la pasional afición colchonera, el pragmatismo de los resultados, al que siempre se ha abrazado sin rodeos el propio Cholo, ha encendido la luz de ... alarma, aún tenue, en el entorno del Atlético. Disgusta no haber saboreado la victoria en las dos jornadas de la Liga 2025-26 disputadas hasta el momento, pero lo que de verdad tiene con la mosca detrás de la oreja a los rojiblancos es el hecho matemático de estar ya a cinco puntos de los dos grandes —Barcelona y Real Madrid— en la clasificación.
Y tampoco es plato de buen gusto verse a idéntica distancia del Villarreal, equipo cada año más rival y más amenazador en la lucha por objetivos similares. Es precisamente el termómetro amarillo el que de manera más fiable mide, por comparación, la evolución y desarrollo deportivo de cualquier club con aspiraciones ambiciosas.
El Atlético, que es el que nos ocupa, encadena dos años de considerable gasto en fichajes cuya teórica intención es dar un paso adelante que le permita aspirar a lo máximo. Los dueños de la sociedad anónima deportiva, tantas veces criticados por su racanería, han desembolsado cerca de 400 millones en dos veranos, 2024 y 2025, opulentos. Y, sin embargo, tan fuerte inversión todavía no ha dado los frutos deseados.
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Otro petardazo del Atlético
Rubén Cañizares
Dado el poder que ostenta Simeone en la parcela deportiva, su opinión es fundamental para acometer la contratación de cualquier futbolista de la primera plantilla. Y con esos mimbres, los que ya tenía más los que le traen, el entrenador argentino tiene la obligación de fabricar el mejor producto posible.
El curso pasado aterrizaron en el Metropolitano Lenglet, Le Normand, Gallagher, Sorloth y Julián Álvarez, un variado y prometedor quinteto para reforzar todas las líneas.
El comienzo de temporada fue cabal. En las cuatro citas ligueras de agosto los colchoneros ganaron dos partidos (al Girona y en Bilbao) y empataron otros tantos (en Villarreal y ante el Espanyol). Llegaron al parón de selecciones, primera vara de medir, a cuatro puntos del intratable Barça y empatados con Real Madrid y Villarreal. Meses después encadenaron una deslumbrante racha de 15 triunfos consecutivos —entre Liga, Champions y Copa— e incluso fueron campeones de invierno (líderes al finalizar la primera vuelta liguera), pero la que parecía exitosa renovación acabó en nada: 3º en Liga (a 12 puntos del Barcelona y 8 del Real Madrid) y eliminado por el Barcelona en semifinales de Copa, por el Real Madrid en octavos de Liga de Campeones y en la fase de grupos del Mundial de clubes.
Este año, en el mercado que cierra el próximo lunes (1 de septiembre), siete jugadores han estampado hasta el momento su firma en un contrato con el Atlético: Hancko, Ruggeri, Johnny Cardoso, Thiago Almada, Álex Baena, Marc Pubill y Raspadori.
En total, más de 170 millones invertidos para ilusionar a la parroquia colchonera. Salvo los agoreros habituales, los seguidores atléticos no han perdido toda esperanza, pero es imposible abstraerse a la semilla de la duda sembrada tras los dos primeros compromisos del curso 25-26.
La derrota inicial en el campo del Espanyol y el empate en casa ante el Elche han hurgado en la frustración del pasado año. Por la ya reseñada distancia con los líderes de la clasificación y, sobre todo, por la teórica inferioridad de dos rivales a los que había obligación de ganar si de verdad se aspira a cotas grandes.
Tampoco ayuda a despejar esa incertidumbre la discreta aportación de la mayoría de los mencionados fichajes. Baena, la apuesta principal, sí ha convencido pese a no poder jugar ante el Elche por lesión. Y Hancko y Almada también han dibujado pinceladas prometedores. Del resto, pocas noticias. Ruggeri, Cardoso y Raspadori tiene que dar mucho más; y Pubill no ha disputado ni un minuto.
Es responsabilidad de Simeone que el equipo funcione colectiva e individualmente. El técnico suramericano argumenta como defecto principal «la falta de contundencia en las áreas». En efecto, el Atlético comete errores letales en su área y falla claras ocasiones de gol. Y así, si defiendes mal y no atacas bien, la revolución es imposible.
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