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Juegos Paralímpicos

Jugar al tenis de mesa sin brazos, cuestión de querer

Ibrahim Hamadtou vuelve a sorprender en Tokio con su juego, su carisma y su convencimiento de que la discapacidad viene solo de quien no quiere hacer las cosas

Ibrahim Hamadtou, durante su partido de esta mañana en Tokio 2020 EFE
Laura Marta

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El nigeriano Victor Farinloye se apoya en su bastón para acercarse a su entrenador; su rival, el ucraniano Viktor Didukh se menea al otro lado de la mesa apoyado en su muleta y su prótesis de la pierna izquierda. También el francés Clement Berthier confía ... en su modernísima pierna ortopédica en su encuentro ante el británico Ross Wilson. En la mesa de al lado, el japonés Minami y el surcoreano Cho se toman un tiempo para respirar después de un gran punto gnanó el primero, ambos limitados en sus movimientos porque la silla de ruedas no se puede mover tan rápido como la pelota. Las categorías, es verdad, son muy difíciles de delimitar, imposible comparar la movilidad de uno con la del contrario. Sin embargo, al finalizar los partidos, el sudor, la alegría de un lado y la decepción del otro iguala las discapacidades en estos Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 .

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