Uceda Vargas y González-Écija, dos sevillanos en busca del triunfo en la final de promoción

Esta terna de finalistas ha sido elegida por el jurado designado por la Real Maestranza, que está compuesto por los asesores artísticos de la presidencia de la plaza de toros de Sevilla: Alfonso Ordóñez, Antonio Martínez «Finito de Triana», Antonio Ramón Jiménez y Luis Arenas. Además del prestigio de ser el triunfador de tan importante certamen de promoción en una plaza de primera categoría, están en juego tres premios : un traje de torear, un capote de paseo y un capote de brega.

Los tres finalistas han logrado cortar un trofeo en cada uno de sus respectivos festejos aunque por el camino también se han quedado algunos novilleros que han hecho méritos para estar en la final. Además de ese flamante vestido de torear que recibirá el ganador en la carpa que la Real Maestranza instala en el ruedo para entregar sus trofeos a los triunfadores de la temporada, está en liza un puesto en las novilladas con picadores que la empresa Pagés organiza dentro del abono cada temporada.

Abrirá plaza Uceda Vargas (Gerena, Sevilla, 1999) que es alumno de Fernando «El Almendro» y una de las promesas de la cantera sevillana. Demostró mucho oficio y buen gusto en sus formas con el capote y temple en la muleta. Logró el trofeo que fue lo de menos tras una actuación con forma y fondo . Técnica y toreo de siempre le abrieron la puerta para entrar en la final sin ninguna duda.

Jaime González-Écija (Écija, Sevilla, 1999) consiguió su puesto en la final tras estar efectivo con la espada y dispuesto en una faena desigual con un novillo flojo que le pegó dos volteretas. Manejó con soltura un capote de pequeñas dimensiones y demostró un buen concepto. Es probable que desde la localidad astigitana le acompañe un nutrido grupo de aficionados y seguidores del alumno de José María Fijo «El Ciento» que dirige la escuela de su pueblo natal.

En la misma novillada que Uceda Vargas toreo el tercero del cartel, Solal Calmet «Solalito» (Meknes, Marruecos, 2000) que es alumno del maestro Ruiz Miguel . Las reseñas antes de torear en la Maestranza nos hablaban de un novillero placeado y con oficio tras sumar 35 paseíllos que había triunfado en plazas como Dax, Bayona o Nimes, a cuya escuela taurina perteneció. Puso al público en pie con las banderillas y no le volvió la cara a un novillo que se fue a las tablas donde logró hilvanar su faena. La suerte está echada para los tres.