Feria de San Miguel
Hoy reabre la Maestranza: «La plaza de toros es como el patio de nuestra casa»
Cuando Pablo Aguado y Rafael Serna se enamoraron del toreo ya eran amigos. Los dos se han criado en el Centro y han hecho sus carreras a la par. Durante el parón de la pandemia han entrenado juntos
Alberto García Reyes / Jesús Bayort
Hoy hay toros en Sevilla . Pablo Aguado , que esta tarde inaugura la Feria de San Miguel con Morante y Roca Rey , y Rafael Serna han ido andando a la plaza toda la vida. Uno se crió ... en la Huerta de la Salud, el otro en la Costanilla . Aprendieron a torear por las calles después de las tardes grandes y ahora son ellos los que aparecen anunciados en los carteles. Aguado es una de las grandes figuras contemporáneas. Serna está en el camino . Pero con independencia de su situación en el escalafón, los dos son amigos íntimos de toda la vida. Y ambos están de acuerdo en una cosa a nte la Puerta del Príncipe justo antes de que la Maestranza vuelva a abrirse después de la pandemia: hoy es un día de fiesta en Sevilla.
Vuelven los toros a Sevilla.
Pablo Aguado (P. A.) Parecía que este día no iba a llegar. Se nota en la ilusión de la gente. Hay ganas por volver a aquello que nos quitaron. Todo lo que se está viviendo es muy bonito, pero como toreros estos días previos se viven con mucha responsabilidad.
- Rafael Serna (R. S.) Con mucha jindama. Que vuelvan los toros a Sevilla es una señal más de que nos aproximamos a la normalidad. Es un impulso tanto económico como social muy importante. Por todo lo que engloba: el sector turístico, hostelero y cultural. Es una forma de arrancar el nuevo curso. Y será la primera plaza de primera en dar una feria de tanta categoría. Para la ciudad de Sevilla es un pelotazo. Además que viene acompañada de un mes y un clima extraordinario. Será un revulsivo para el toreo y para la sociedad.
- P. A. Eso que dices es muy importante: no sólo beneficia a la tauromaquia, sino a toda la economía que se mueve alrededor. Ese arma hay que defenderla. No se trata sólo de que te guste o no te guste.
Qué es Sevilla para el toreo.
P. A. Es el epicentro, junto con Madrid. Es donde se mueve y se cocina el resto de la temporada. Es la plaza en la que nos imaginamos cuando entrenamos. Es el caramelo y el sueño desde que te decides a ser torero.
- R. S. Totalmente de acuerdo. Lo que vamos a vivir en los próximos días es el toreo. Aquí van a estar todos los toreros, empresarios y ganaderos. Aquí es donde se está cociendo la olla. Para los que somos de Sevilla es mucho más especial, por el hecho de haber nacido aquí y haber mamado esto. La plaza de toros es como el patio de nuestra casa. Aunque son tardes de mayor responsabilidad. Sevilla es el abrazo perfecto para el toreo.
El futuro del toreo sevillano está en vuestras manos.
P. A. Esa responsabilidad la echa más el aficionado que uno mismo. Pero es cierto que la historia taurina de Sevilla ha estado basada en sus toreros. Se les ha tratado de una forma especial. Los mima y los espera mucho. Los aficionados siempre tienen ganas de sacar toreros sevillanos. Nosotros dos tenemos que estar muy agradecidos.
- R. S. Somos lo que somos gracias al aficionado de Sevilla. Por la idiosincrasia y por la forma de ser de la gente de aquí, a quienes les gusta identificarse con un torero y con una manera de interpretar el toreo. Ese apoyo que te dan tiene mucha categoría e importancia.
Os conocéis desde niños y comenzasteis juntos en esta aventura.
P. A. Desde las novilladas sin caballos hemos estado muy unidos, junto con Alfonso (Cadaval). Nunca hemos tenido celos.
- R. S. Nuestras familias han estado muy relacionadas. Pablo y Alfonso son dos personas extraordinarias. Con Pablo tuve la fortuna de rivalizar de novillero. Prácticamente hemos ido en collera. Él ahora está a un nivel muy superior. Es la realidad, se lo merece como torero y se lo ha ganado en la plaza.
- P. A. Tan a la par que nos diferencia un día de alternativa.
Qué queda del Pablo Aguado y del Rafita Serna de los inicios.
P. A. Mantengo la misma idea de felicidad al estar delante de un animal. El conocimiento que te hace poder sacarlo es totalmente distinto. Hemos sido fieles a nuestro concepto y a nuestra manera de entender el toreo.
- R. S. Los inicios son evoluciones. Estábamos muy vírgenes en ese aspecto. No conocíamos ni nuestro concepto real. Eres muy influenciable por otros toreros y por compañeros a los que ves. No eres realmente tú. Estás evolucionando y encontrándote como artista.
Es llamativo que en el momento de mayor oposición a la fiesta hayan eclosionado tantos toreros.
P. A. La salud real de la fiesta está por encima del ruido que quiere hacer el mecanismo falso animalista. Dentro habrá mil cosas que mejorar, pero la calidad de la tauromaquia es difícilmente mejorable. La cantidad de toreros que salen, cómo embisten los toros, el número de personas que van a las corridas…
- R. S. Todo lo que se relacione con la cultura y la tradición de este país tiene muy mala prensa. Artísticamente el toreo vive su mejor época. Se ha conseguido un toro que embiste mejor que nunca, hay una cantidad de toreros que hacen cosas inimaginables y sigo viendo mucho ambiente y mucha afición joven.
- P. A. Es verdad que este año he visto una barbaridad de gente joven. En Castellón sólo se veían chavales de 15 y 16 años.
- R. S. Faltaba un mes para San Miguel y ya se respiraba ese ambiente por los alrededores. Hace media hora nos ha ofrecido un reventa entradas para este sábado. Pablo, ¿tú tienes entradas para hoy?
- P. A. En primera fila (risas).
Curro Romero dice que el que tiene arte está salvado. ¿Al toreo lo salva el arte?
R. S. Muchas veces hay que tirar más de arte que de otra cosa. El arte es un sello.
- P. A. El arte es algo muy subjetivo. Para un aficionado también puede ser arte una faena de emoción. El arte es que a ti se te quede algo en la retina. Y la tauromaquia se defiende por esas sensaciones que se crean en el aficionado. Y eso llámalo arte o como quieras, pero tiene que haber algo que a ti te llegue.
¿Podéis seguir paseando por Sevilla con tranquilidad?
P. A. Donde me siento cómodo es aquí, pero hay situaciones y circunstancias en las que te gustaría ser invisible y pasar desapercibido. Aun así, sigue compensando vivir en Sevilla.
- R. S. De Sevilla uno nunca se quiere ir. Pero en mi caso hay momentos en los que necesito evadirme: vivo en la Cuesta del Rosario y tengo un negocio en el Salvador. Aunque estoy a gusto, sé que no es donde debería estar. Me voy fuera de la ciudad para tener una preparación más concentrada. Eso sí, después de torear en Sevilla volveré a mi casa con mi familia, mis vecinos y mi gente. Vivir aquí es un paraíso.
¿Ha cambiado mucho la afición? ¿Se conservan esos silencios de Sevilla?
P. A. La afición de Sevilla es santa. Fíjate que en aquella vorágine del pasado mes de abril, pese a que estábamos a miércoles y aún no se sabía si habría toros ese domingo, la afición seguía haciendo cola para sacar su entrada. Es ejemplar. Y dentro de la plaza es muy conocedora y respetuosa. Exige con la categoría que tiene. Esos silencios son duros como torero, pero son muy elegantes por parte del público. En vez de recriminarte, no te dice nada. Y eso dice mucho de la categoría de Sevilla.
- R. S. La afición está muy por encima de la fiesta. Ha aguantado carros y carretas. Es de las mejores que existen en el panorama taurino. Sabe darte una riña elegante con ese silencio.
- P. A. Y algunos silencios que aún nos quedan por escuchar… A mí no se me caen los anillos por decirlo: no he tenido triunfos rotundos como novillero y aun así me seguían esperando y apoyando. Si hubieran tirado la toalla a la primera de cambio, no estaría donde estoy.
- R. S. Sevilla tiene memoria.
Y el toro, ¿embiste mejor que nunca?
P. A. Decir que el toro embiste mejor que nunca es muy subjetivo. Creo que actualmente hay un toro muy bravo y muy fiero que requiere una tauromaquia poco del gusto de Sevilla. Es otro concepto: hay que enganchar muy adelante, llevarlo en línea recta y muy por abajo. Mientras que en Sevilla siempre ha gustado más enganchar a la altura del cuerpo y tirar para atrás.
- R. S. Lo que ha gustado, no; porque aquí hemos visto faenas como la de ‘Orgullito’ que ha emocionado a la gente. El toro ha evolucionado para el toreo actual. Sí creo que embiste mejor que nunca.
- P. A. El toro ha ido acorde a las tauromaquias que se han ido interpretando. Tiene más regularidad, pero se ha ido adaptando a las tauromaquias más recientes, en vez de a las tauromaquias del gusto de Sevilla. No puedes pretender querer torear hacia atrás a un toro que te quiere comer porque en el tercer muletazo lo tienes en el culo.
- R. S. Hay ganaderías enfocadas a diferentes tipos de toreo. Hay mucha variedad en la ganadería y cada una está contrastada con su estilo de embestida.
Intuyo que Pablo se identifica más con el toro de una época anterior y Rafael con el actual.
R. S. Tenemos diferentes conceptos y discrepamos, pero la realidad es que el toro que nos gusta es el bueno. El toro bueno es bueno para todos los toreros.
- P. A. Yo creo que el toro que es bueno para un torero no tiene que serlo para otro. Para mí es fundamental que el toro tenga cierto ritmo, y muchas veces la fiereza va en contra del ritmo. Sale la agresividad y te obliga a bajar la mano y forzarte. Son dos embestidas igual de válidas, y a mí me puede llenar igual una faena relajada que una de poder, pero son tauromaquias distintas. Lo de que el toro bueno es bueno para todo el mundo es un tópico.
- R. S. Hay cosas que tú ves incompatibles y yo las veo compatibles.
- P. A. Así llevamos toda la vida. Vamos a ver, Rafa, un toro que te exija engancharlo adelante con media muleta arrastrada por el suelo y soltarlo en línea recta, ¿cómo va a valer para un torero que torea a media altura? Pues no vale. Y un toro que embiste despacio y a media altura no le sirve a un torero que base su tauromaquia en el poder.
- R. S. ¿Quién te dice que no?
- P. A. Valer le vale, pero no luce. Los toros y los toreros deben tener suerte en el sorteo.
- R. S. Venga ya con el mamoneo, Pablo (ríen). ¿Tú qué toro quieres?
- P. A. ¿Entonces por qué los toreros de toda la vida de Dios han tenido sus ganaderías predilectas y la predilecta de uno no era la del otro? Hay matices en las embestidas que le van más a uno que a otro. Para que se me entienda, un torero que está arriba es porque un mayor número de embestidas le valen, pero para llegar a la excelencia de ese torero necesitas encontrar un toro que le vaya mejor que otro.
- R. S. Ahí no te llevo la contraria.
- P. A. Cada guitarrista tendrá su guitarra preferida.
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