Mercè Rodoreda: El CCCB rompe prejuicios y clichés sobre la creadora de 'La plaza del Diamant'

Una exposición bucea en la vida y la obra de la escritora a partir de documentos, fotografías, grabaciones y 400 obras de artistas como De Chirico, Dubuffet, Goya, Chagall o Ramon Casas

Una mujer única que también probó la pintura bajo inspiración de Dubuffet y el Art Brut

Las múltiples traducciones de la obra de Rodoreda también tienen su espacio EFE

Carlos Sala

Barcelona

El 23 de enero de 1939, tres días antes de las tropas franquistas lleguen a Barcelona, Mercè Rodoreda sube a un bibliobús, el servicio que utilizaba la Generalitat para mandar libros al frente, y busca exilio en Francia. Ha visto demasiada guerra y huye del ... horror y el caos. Ella y otros trece intelectuales acabarán por refugiarse en Roissy-en-Brie, un pequeño municipio al norte de París. Allí sólo permanecerá un año, pero comenzará un periplo de tres décadas de exilio. Cuando regrese en los 70 a Cataluña, ya convertida en icono de las letras catalanas, su imagen quedará desdibujada en el imaginario colectivo. Su rápida canonización también la congela como mera máscara de su personaje más conocido, la ingenua Colometa de 'La plaça del Diamant'. Sin embargo, la hondura y complejidad de la escritora es imposible de capturar.

El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) acoge hasta el 25 de mayo la exposición 'Rodoreda, un bosque', un intento de poner en imágenes la vida y obra de la escritora y borrarle todos los prejuicios y clichés en torno a su figura. Además de todo tipo de documentos de la propia autora de 'Espejo Roto', la muestra incluye hasta 400 piezas de otros artistas que inspiraron a Rodoreda o fueron inspirados por ella, así como estuvieron hermanados por sus intereses, de Leonora Carrington a Marc Chagall, Giorgio de Chirico, Dora Maar, Man Ray, Jean Dubuffet, Goya o Picasso. «Cuando estudiaba a Rodoreda en la universidad me decían que Rodoreda era cursi, lo que es absurdo. Puede que sus personajes mostrasen un punto de vista inocente o ingenuo, pero los textos están tan llenos de perversidad como de inocencia, de luz como de oscuridad, de realismo como de fantasía», señala Neus Penalba, estudiosa de la obra de la escritora y comisaria de la exposición.

La exposición, cuya ruta está marcada por fragmentos de sus grandes novelas y cuentos, intenta que el espectador se adentre en el imaginario multiforme de la autora y alejarlo del meme actual de Rodoreda como esa señora mayor de pelo cano obsesionada con las flores y los jardines. La poética de la autora de 'La muerte y la primavera' se mueve entre los desastres de la guerra a la represión del deseo, del suicidio al aspecto más macabro del mundo infantil, todo con un estilo sin artificios y el gusto por la ambigüedad moral. «Rodoreda invita a cavar en la profundidad del alma humana, a reencontrar la belleza en la oscuridad y a defender, a pesar de todo, que la literatura es siempre tierra firme», afirma Judit Carrera, directora del CCCB.

La muestra se divide en espacios temáticos que actúan como raíces del imaginario rodoredaniano. En 'Inocentes' nos presentan a los protagonistas de las historias de la escritora, siempre a medio camino de la inocencia y la rebeldía. Aquí vemos la destrucción del primer cliché. Las protagonistas no son simples víctimas, sino que son figuras reactivas de una sociedad cruel. En este sentido son flores bellas, pero venenosas a un mismo tiempo. «Su obsesión es equipar la infancia no con un paraíso perdido, sino como una mirada inquietante y perturbadora de lo que significa hacerse mayor y adaptarse a la sociedad», señala Penalba.

Guerra, deseo e inocencia en la obra de Rodoreda

La siguiente parada en el universo Rodoreda es el del deseo, el imán que une a las personas, pero también devasta el espacio intermedio. Habla de represión y también de una superación casi ascética a través de un amor más calmo. Personajes como Colometa, Cecilia, Aloma, Salamandra son ese difícil vértice entre amor y deseo. En la exposición lo vemos en obras de Leonora Carrington, María Blanchard o Santiago Rusinyol.

La tercera parada de la exposición es la más intensa. Titulada '¡Cuánta guerra!', como la novela de la autora y aquí vemos como Rodoreda sufrió la I Guerra Mundial, la II Guerra Mundial y la Guerra Civil. «El exilio te roba tu país, pero no tu lengua. Lo cierto es que el horror, los malos momentos, las desgracias, en realidad te hacen más humano. Convivir con el dolor y el mal te convierten en más humano y eso es lo único imprescindible para escribir», asegura Rodoreda en una de las entrevistas que también se pueden ver en la muestra.

Entre todo el lado vital y documental de la exposición destacan las cartas de Rodoreda a su editor, Joan Sales, así como recortes de prensa donde escribe sobre lo ridículo de las 'femmes fatales' del cine o, incluso listas de la compra. También hay correcciones de manuscritos, incluso un mapa detallado del espacio físico de la novela 'Espejo Roto'. «En realidad, Rodoreda ha vivido tan intensa y tristemente su tiempo que no le interesa como tema en primer plano. Sus guerras no son épicas, sino que se viven en la retaguardia y sus estragos son siempre interiores y simbólicos», asegura la comisaria.

Desde la reedición en 2017 de 'La muerte y la primavera' se ha redescubierto la actualidad de los textos de Rodoreda y se ha renovado su visión crítica

La exposición también incluye obras de nueva creación, encargos que se han realizado a artistas contemporáneos para demostrar la contemporaneidad de los textos de Rodoreda. De esta forma, podemos ver una instalación audiovisual de CaboSanRoque bajo el título 'El pueblo de las doce señoritas'. Destaca también una obra de papel, cemento y hierro de Mar Arza en la que vemos como un terremoto que abre la tierra dentro de un texto de la propia Rodoreda que dice: 'mi deseo más ferviente es verlo todo en llamas'. El resto de piezas son una instalación fotográfica de Èlia Llach; dibujos y estampas digitales de Oriol Vilapuig; y una instalación con tres pantallas de la directora teatral Carlota Subirós sobre posibles adaptaciones audiovisuales de 'La plaza del Diamante'.

El cuarto ámbito está protagonizada por la Rodoreda urbana, la de sus novelas más conocidas, de 'La calle de las camelias' a 'Espejo Roto', la del barrio de Sant Gervasi, de la decadencia de la burguesía catalana en el periodo de entreguerras. En este sentido, como en todo el recorrido, la muestra incluye referencias audiovisuales que se pueden relacionar con el universo rodoredaniano como obras de la coreógrafa Pina Bausch, películas de Haneke o Alain Resnais o composiciones de Hector Parra. Además, en el quinto ámbito, Metamorfosis, se analiza su gusto real por la naturaleza, visto como un todo devastador y casi consciente y huemano. «Es una adelantada a su tiempo porque habla de posiciones posthumanistas sin que todavía existiese el término», añade Jordi Costa, jefe de exposiciones del CCCB.

Por último, la muestra quiere acercarse a la parte más esotérica y mística de la escritora, que también la tiene. Admiradora de Jung y la idea de un inconsciente colectivo, sus obras viajan todo el rato de la oscuridad a la luz, del más acá y el más allá, de la espiritualidad a la frialdad realista. En definitiva, un asombroso recorrido por todas las patas del universo Rodoreda, en una exposición que se añade a la tradición de la casa de recuperar universos literarios como ya hiciera con Pessoa, Magris, Joyce, Kafka o Borges.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios