ARQUITECTURA
La biblioteca como libro abierto
Barcelona
Las soluciones de SUMA Arquitectura para la Biblioteca Gabriel García Márquez en Barcelona replantea la función e identidad tradicional de este tipo de inmuebles
Barcelona
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa propuesta de un edificio en madera que planteó SUMA Arquitectura, el equipo integrado por Elena Orte y Guillermo Sevillano, fue una de las razones que la impusieron sobre el resto de proyectos presentados al concurso convocado para la construcción de esta biblioteca ... en La Verneda i la Pau, en el barrio barcelonés de Sant Martí.
Orte y Sevillano venían de haber quedado finalistas en otro concurso, el desarrollado para la Biblioteca Central de Helsinki, muy inmersos en los conceptos que dentro de las sociedades escandinavas están redefiniendo la biblioteca como centro cívico.
Ese bagaje que aportaban encontró a una óptima recepción entre los bibliotecarios, «personas muy dinámicas y abiertas, con una enorme capacidad de innovación», señalan. Alentados por esa vitalidad, desarrollaron una investigación que culminó en la serie de propuestas que se han materializado en este edificio, el cual replantea profundamente la función e identidad tradicional de la biblioteca.
Pura escultura
Presentándose como un sólido, y a la vez liviano, volumen escultórico, cuya geometría replica la forma del chaflán, el edificio se ha concebido como un elemento catalizador y condensador que pudiera dar forma e intensificar situaciones y relaciones sociales. Orte y Sevillano señalan, no obstante, cómo en los países nórdicos la presencia de los libros es cada vez menor en las bibliotecas, confirmando cómo está desligándose de ese carácter solemne o estrictamente ligado al conocimiento para convertirse en escenario que posibilita la producción de otras dinámicas. La Biblioteca Gabriel García Márquez se plantea como «el hogar de todos»: «Hemos tratado que en la biblioteca tengan cabida cosas que podrían suceder en el bar, el parque, una sala de teatro…
La biblioteca se convierte así en lugar de reunión, de encuentro, de intercambio de conocimiento. Su relevancia deja de basarse en programas y actividades, que podrían darse en cualquier otro lado, y pone el acento en su intensidad espacial única, en sus cualidades como ecosistema, como colección de atmósferas en las que cada persona puede encontrar su lugar: hay espacios para la concentración; espacios domésticos, otros donde uno puede sentirse como en su casa; zonas de reunión; espacios más informales; áreas para trabajo…».
Pese a ello, la imagen del libro como objeto vinculado al alma de la biblioteca ha estado netamente presente, ya que estos arquitectos describen el edificio como una pila de libros abiertos, con hojas plegadas y perforadas. Cada uno de esos volúmenes es creado por una estructura de paneles de madera que se orientan en distintas direcciones, definidas no sólo por requisitos estructurales, sino por otros aspectos intrínsecos al programa y las conexiones urbanas del edificio.
Se ha cuidado especialmente cómo articular desde el exterior la bienvenida y acogida que después el usuario hallará en el espacio interior. Definir una marcada permeabilidad que invita al acceso y lo abre al barrio. El edificio se eleva en voladizo sobre el área abierta, creando una plaza porticada que queda delimitada en el lado opuesto por la arcada formada por los árboles allí presentes.
«Ágora escaparate»
Asimismo, se ha realizado un importante esfuerzo constructivo para despejar al máximo posible todo ese perímetro de la estructura. El término con el que estos arquitectos denominan a este ámbito que opera como espacio de reunión y de exposición al exterior de los recursos de la biblioteca es «ágora escaparate». Posteriormente, fueron incorporando situaciones con carácter más híbrido que pudieran llevar hacia el exterior los ámbitos interiores y colecciones albergadas en la biblioteca, y a la inversa, de modo que surgiera «un espacio lo más permeable posible y versátil para el encuentro».
El protagonismo absoluto de la madera como material constructivo debe verse como una respuesta al espíritu de los tiempos, pero no entendiéndola como cómoda adopción de una tendencia sino como rigurosa, e incluso atrevida, forma de afirmación de la factibilidad de trabajar con este material para abrir caminos de buena innovación.
«Este no es el tipo de edificio que uno espera encontrar construido en madera, un material que seguimos asociando a otras tipologías como las cabañas. El gran desafío técnico ha sido construir un edificio de este volumen, con madera expuesta, y conseguir, a la vez, una apariencia liviana y luminosa».
Orte y Sevillano demuestran que, más allá de modas, es factible y deseable recuperar un material noble cuyo uso había sido relegado en la arquitectura del ámbito mediterráneo en el siglo XX y, a su vez, actualizar el concepto de biblioteca de barrio, hacerla más real respecto a las necesidades de los vecinos. Logran así finalmente un edificio acogedor, en el que verdadera y simplemente agrada estar.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete