Aref El Rayess conquista el IVAM

Rayess es prácticamente inclasificable, ya que, como bien apunta la directora del centro, Nuria Enguita: «Parece un autor distinto en cada una de las salas de la exposición». De hecho, a lo largo de la muestra pueden contemplarse cuadros correspondientes al mismo periodo que parecen de épocas dispares. Incluso podrían ser de varios artistas. Se ponen en diálogo siendo totalmente distintos. Lo más curioso de todo es que, sin saber cómo explicarlo, se lo reconoce».

A primera vista, da la sensación de que se trate de una exhibición colectiva. No encontramos un estilo definido, ni en cuanto al uso del color, ni de temática. Esta peculiar cita comisariada por la que fuera conservadora del museo Jeu de Paume de París Catherine David, ha sido concebida para generar y mediar semejante desconcierto.

De un retrato pasamos a una composición geométrica, aunque predomine la figuración y el color; también hallamos piezas abstractas en blanco y negro. Este creador multifacético está considerado un agente clave para el desarrollo del arte y la cultura en el Líbano entre los años 1960-1980, periodo en el que se mostró muy atento a las crisis políticas y sociales de su entorno. Esto queda patente en la mayor parte de su trabajo creativo y quizás los altibajos a su alrededor provocasen esa necesidad de cambio constante y experimentación plástica.

Apunta su comisaria que, a través de esta muestra, se comprende la obra de Rayess como la de un inspirado sismógrafo que registra los deseos y las esperanzas frustradas de una época, «mediante expresiones formales contrastadas que manifiestan una mirada y un pensamiento de una asombrosa libertad». David ha trabajado a fondo la figura del artista, sus inquietudes y técnicas. Comisaria e investigadora, también fue hasta julio de 2021 directora Adjunta del Pompidou y jefa del Departamento de Investigación y Globalización.

Esta exposición nos hace mirar hacia Oriente con detenimiento. El proyecto en sí descentraliza la mirada occidental para llevar al espectador a una comprensión más profunda e inclusiva de la modernidad, más atentos a su heterogeneidad formal y conceptual. No podemos negar que hoy la globalización nos ha acercado a culturas que nunca antes fueron objeto de estudio fuera del ámbito académico. Ahora, el mundo del arte invita a unirse a una investigación en curso.

El relato de la modernidad artística global queda plasmado en una muestra tan arriesgada como imprescindible. Una rareza al alcance de cualquiera ya que el recorrido expositivo pone a disposición de los visitantes suficiente información para contextualizar y comprender el excepcional genio libanés.

Un artista autodidacta que viajó a gran cantidad de lugares, interrogó el concepto de orientalismo y contribuyó a desmontar la exageración de la diferencia entre culturas. En estos tiempos en que los medios de comunicación nos inundan y se ven inundados por imágenes y estereotipos, el museo educa en diversidad.