La trasAtlÁntica
Arte de dudar
Un año de vida cabe en una sala. La exposición en Nueva York de las obras del artista taiwanés Tehchin Hsieh sirve como metáfora sobre el tiempo que escapa
Otros textos del autor
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónCuenta Marina Abramovic en ‘Out of Now’ (Adrian Heathfield, MIT Press, 2009) que conoció al artista taiwanés Tehchin Hsieh en los ochenta. No fecha su primer encuentro con él, pero como ya forma parte de la Historia del Arte, sabemos que fue el 4 ... de julio de 1984. Hsieh estaba concluyendo su cuarto 'performance' de un año de duración.
Entre los septiembres de 1978 y 1979, Hsieh estuvo confinado en una celda casera sin hablar con nadie, leer, ver la tele o escuchar la radio. Sólo pensaba –y se tomaba una foto al día. Entre abril de 1980 y 1981 hizo un performance más arduo. Marcó una tarjeta de asistencia en un reloj industrial cada hora durante las 24 horas del día durante un año entero.
Tuvo algunos retrasos, pero marcó 24 veces las 365 tarjetas y se sacó una foto junto al reloj cada vez que lo hizo. Las juntó en una película en que se ve pasar el tiempo en el crecimiento de su pelo y el agotamiento de su mirada. Entre septiembre de 1981 y 82 estuvo todo el tiempo a la intemperie.
Estuvo confinado en una celda casera sin hablar con nadie, leer, ver la tele o escuchar la radio
En el año 84, de paso por Nueva York, Marina Abramovic estuvo presente en el acto final de su cuarto performance de un año. Durante 12 meses, Hsieh estuvo atado por una cuerda de dos metros y medio a la artista italiana Linda Montano. Según el contrato que firmaron y cumplieron, estarían siempre en la misma habitación, sin tocarse nunca.
El 4 de julio, frente a un grupo pequeño, cada uno cortó su lado de la soga. Abramovic cuenta que trató de hablar con Hsieh ese día, pero él o no quiso decirle nada o no hablaba inglés –la asunción correcta fue la primera.
La Fundación Dia en Beacon, Nueva York, abrió el fin de semana pasado una muestra con los documentos y registros de los 'performances 'de Tehching Hsieh. Ocupa el sótano del edificio y está compuesta por seis galerías idénticas e independientes. Las primeras cuatro están dedicadas a las primeras cuatro acciones de un año y las últimas dos a las siguientes, más ardorosamente conceptuales. Entre julio de 1985 y 1986, Hsieh no hizo arte, así que solo se muestra el contrato que lo estipula. Y de 1986 a 1999 hizo arte, pero no se muestra. La galería está vacía.
Los primeros cuatro salones, en cambio, exhiben, cada uno, el registro completo de las acciones de un ser humano durante un año. Los mapas y listas de compras de los 12 meses a la intemperie; las fotos y grabaciones de las conversaciones con Linda Montero durante el año en que estuvieron atados; las 365 tarjetas de asistencia marcadas hora por hora; la foto diaria del confinamiento solitario.
Así es como se vería un año si el tiempo no se nos escurriera entre los dedos: largo y repetitivo, pero también aprehensible. Algo que cabe entero en una sola sala. La vida como es: demasiado larga, demasiado corta. Hermosa y hostil, opaca y obvia. Cuando Abramovic finalmente se mudó a Nueva York, un día fue a visitar a Hsieh en su departamento en Brooklyn. En esta ocasión sí habló. Sentados a la mesa, ella le preguntó en qué estaba trabajando. Él respondió: «Estoy trabajando en estar vivo».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete