libros
«Cartas de mamá», el arte de Julio Cortázar
El cincuenta aniversario de «Historias de cronopios y de famas» coincide con la reedición de «Cartas de mamá» (Nórdica). El mejor Julio Cortázar, a nuestro alcance
pablo d'ors
Cartas de mamá, relato que forma parte de la colección Las armas secretas, es de una maestría que sobrecoge. Difícilmente puede llegar una narración a un nivel de excelencia tan total. Nada tiene de extraño que Borges quedara cautivado tras su lectura y ... que se enorgulleciera, como se deja constancia en el prólogo que acompaña a esta primorosa edición, de haber descubierto al joven Cortázar .
En este cuento todo es por un error , por un supuesto error; pero es que todas las grandes historias comienzan con un error. Cortázar habla de esa existencia errática en que sobrevivimos y en la que –todos– terminamos por sucumbir. En sus relatos, también en el que ahora comento, se escucha ese latido sordo con que resuena el destino.
Qué sentir, qué decir
Me encanta ese compositor de artefactos literarios que fue Cortázar, huelga decirlo; para mí está entre los tres o cuatros nombres más grandes de las letras del pasado siglo . Tras la lectura de cualquiera de sus páginas queda uno sin saber qué sentir, qué decir, cómo continuar… Leerle ha sido siempre para mí como asistir a la mejor lección de vida.
Este es el primero de sus textos que el escritor vio en letras de molde
Es cierto que al principio hay que sortear una barrera : la de un lenguaje muy preñado, aún en su aparente simplicidad. Pero no es una barrera que cueste saltar: basta leer las primeras páginas un par de veces y luego todo fluye, y queda uno embrujado por una prosa tan cuidada como suelta , tan llena de ese no sé qué que parece la vida misma. Porque la mamá a la que se alude en el título está viva; y Luis y Laura, los protagonistas, también lo están; y Nico, por supuesto, ese muerto que es el más vivo de todos. Y tanta vida solo puede brotar –estoy seguro– de una búsqueda artística radical.
Suspense sin truco
Porque en todo Cortázar, y en estas Cartas de mamá en particular –primero de sus textos que el escritor vio en letras de molde–, hay historia –la de la descomposición de un matrimonio–; y hay anécdotas y detalles –que es lo que confiere al conjunto su temperatura y color, su verosimilitud–; y hay contrapuntos simbólicos –como el del perro Bobby, tan eficaz en su discreción–; y hay flashbacks explicativos, pero tan bien integrados que apenas se percibe que nos hemos retrotraído unos años, y un endiablado manejo del tiempo (igual estás adelante que atrás, fuera que dentro, en París que en Argentina).
Relato de una maestría que sobrecoge.Su nivel de excelenciaes total
Además, hay suspense, un suspense sin truco, o con un truco invisible; hay esa fatalidad que a veces acompaña a los actos humanos –casi siempre–; hay un conflicto latente , que es lo que mueve todo; hay víctimas y verdugos , y víctimas que luego resultan verdugos y viceversa; hay eso que deben proporcionar los buenos cuentos: la sensación de que hay mucho por detrás, sin contar . Hay, en fin, ese conocimiento del ser humano que solo una narrativa magistral puede brindar. Hablar aquí de profundidad psicológica se me queda corto. Preferiría decir profundidad narrativa o arte , simplemente arte, ¿para qué más?
Leer a Cortazar –una voz difícilmente imitable– me confirma en la vocación de escritor. Porque casi todas las historias ya están contadas; pero conviene contarlas de nuevo y, si es posible, mejor. Ninguno de sus libros se ha quedado antiguo . No es que sea mejor que Borges o que Maupassant : cada uno es todo un universo, y los universos no son concurrentes sino compatibles.
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