«Darán que hablar»
Valeria Luiselli: «Me gustaría ser como Salinger, pero siempre es tarde para desaparecer»
La mexicana es una de las autoras que más «Darán que hablar» en los próximos años. Acaba de ser seleccionada por la National Book Foundation como una de las cinco mejores escritoras menores de 35 por «Los ingrávidos», publicado por Sexto Piso
Retrato robot:
- ¿Cuáles son sus intereses como escritora?
Supongo que mi preocupación central es ser capaz de permanecer siempre «porosa» a mi tiempo y entorno.
- ¿Y como lectora?
Leo un poco de todo. Me interesa la historia de la arquitectura y urbanismo, y también leo bastante sobre el arte contemporáneo y la Historia del Arte. Aunque escribo ficción, soy mejor lectora de poesía que de narrativa, y casi siempre prefiero un buen ensayo a un cuento.
- ¿Sobre qué temas suele escribir?
«¿Lo más extraño para sobrevivir? Dar entrevistas como esta»
A grandes rasgos, escribo sobre migraciones, desarraigo, extranjería, bilingüismo. Mi trabajo siempre le da vueltas al problema de cómo habitar el espacio –privado o público– en que estamos inmersos y se pregunta sobre el papel que juega la literatura en establecer conexiones con ese espacio y resignificarlo constantemente.
Se la ha podido ver...
- ¿Dónde ha publicado hasta el momento?
- Prensa: The New York Times , McSweeneys, Granta, El País, Letras Libres. Libros: Sexto Piso.
- ¿Con cuáles de sus «criaturas» se queda?
- Preferiría no abandonar a ninguno de mis tres libros: Papeles falsos , Los ingrávidos y La historia de mis dientes .
DNI electrónico:
- ¿Cómo se mueve en redes sociales?
- Con relativa infrecuencia y desparpajo.
- ¿Qué perfiles tiene?
- Twitter (@ValeriaLuiselli) . Instagram. Pero sin mayor compromiso.
- ¿Cuenta con un blog personal?
- No.
Además, se la puede encontrar...
- ¿Qué otras actividades relacionadas con la literatura práctica?
- No creo que nada de lo que haga esté desvinculado con mi quehacer como escritora. No trazo una línea entre mi vida y mi trabajo. Supongo que esa es una peculiaridad de todos los que se dedican a este oficio.
- ¿Forma parte de algún colectivo/asociación/club?
«Me muevo por redes sociales con relativa infrecuencia y desparpajo»
- No sé si cuenta, pero soy ex alumna, y creo profundamente en su misión, de Colegios del Mundo Unido .
- ¿En qué está trabajando justamente ahora?
- ¡Es de mala suerte decirlo!
Le gustará si...
- ¿Cuáles son sus referentes?
- Son muchos y varían. Pero entre los invariables, entre los que procuro tener a mano para poder volver a ellos siempre, están Joseph Brodsky, Fernando Pessoa , JM Coetzee , Emily Dickinson , Anne Carson, Daniil Kharms…
- ¿Y qué otros colegas de generación (o no) destacaría?
- Las listas son injustas y bobas porque siempre excluyen y nunca matizan. Pero entre mis contemporáneos en América Latina con quienes comparto afinidades resaltaría a Julián Herbert, Emiliano Monge, Yuri Herrera, Álvaro Enrigue, Alan Pauls, Mario Bellatin, Guadalupe Nettel , Lina Meruane, Alejandro Zambra, Luis Felipe Fabre, Laia Jufresa, Samanta Schweblin, Daniel Saldaña París. Y por supuesto Vila-Matas , que también es latinoamericano y es atemporal.
- ¿Qué es lo que aporta de nuevo a un ámbito tan saturado como el literario?
«Escribo sobre migraciones, desarraigo, extranjería, bilingüismo»
- Me parece que esa pregunta hay que hacérsela a los lectores. Quiero pensar que un escritor simplemente escribe lo que necesita escribir –lo que no puede no escribir. A veces –raras veces– eso que escribió resuena profundamente entre los lectores de su tiempo. La mayoría de las veces, eso no pasa, y los libros tienen corta y mala vida.
- ¿Qué es lo más raro que ha tenido que hacer como escritora para sobrevivir?
- Dar entrevistas como ésta. Lo que más me gustaría sería aplicar la movida Elena Ferrante o JD Salinger . Pero casi siempre es o demasiado pronto o demasiado tarde para desaparecer así.
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