Una auditoría oficial detectó graves irregularidades en la taquilla del Reina Sofía en 2019
Un contrato permitió a la adjudicataria contravenir la ley que regula los ingresos
Ante las incongruencias contables, el museo utilizaba el saldo de la cuenta restringida para cuadrar las cuentas
Borja-Villel deja el museo sin haber aprobado las cuentas del ejercicio 2021
El Tribunal de Cuentas alertó de que el Reina Sofía compraba obras sin los controles adecuados
Entrada del Museo Reina Sofía
Las taquillas del Museo Reina Sofía llevan años dando mucho de qué hablar. Primero por las graves irregularidades señaladas en varias ocasiones por el Tribunal de Cuentas en 2013 y por una auditoría de la intervención delegada de Hacienda en 2019. Esta última estuvo ... a cargo de María Pilar Platero Sanz. Detectó graves irregularidades que ordenó corregir de inmediato, lo que llevó a la redacción de un nuevo contrato ese año.
El paisaje que dibujan es un organismo caótico que no ha creado un centro de control y que incumple repetidamente leyes específicas. De hecho, el museo tiene vacantes varios puestos importantes del área económica y no ha publicado todavía ni enviado a la Intervención Pública para su aprobación, como debería, las cuentas de 2021.
El Estatuto del Reina Sofía establece en su artículo 23.1 que los ingresos procedentes de las entradas tienen la naturaleza de «precios públicos, al amparo de la ley 8/1989 de 13 de abril, de Tasas y Precios Públicos». Según el Reglamento que regula su recaudación (Real Decreto 939/2005, artículo 22.2) «los fondos recaudados en las cajas deberán ser trasladados diariamente o en el plazo más breve posible a las cuentas del organismo».
Aquí empieza el problema detectado. La empresa adjudicataria, Tiqueteo Spain SL, que opera a través de la aplicación Clorian, había suscrito un pliego de condiciones que en su sección 8 establecía una liquidación mensual. «El adjudicatario ingresará la parte correspondiente al precio público de cada entrada vendida, descontadas las cantidades abonadas en concepto de gastos de gestión. El ingreso deberá efectuarse el primer día del mes siguiente al que se refieran las ventas». Lo cual significa que durante ese plazo el dinero obraba en cuentas externas a la institución, algo totalmente irregular. Una vez al mes, Tiqueteo, empresa ubicada en Barcelona, enviaba una hoja de cálculo con las cifras a devolver, descontada la comisión por la gestión. La taquilla del Reina Sofía suma entre 3 y 4 millones anuales.
Hay que explicar que para el manejo de las cantidades la ley establece la creación oficial de cuentas restringidas en entidades financieras que solamente pueden emplearse para este tipo de ingreso y de las que no puede salir el dinero si no es para ingresarlo en la cuenta que el Museo tiene abierta en el Banco de España para el control de Hacienda. Pero esto no ocurría así con el contrato vigente, algo que también fue apuntado en 2013 por el Tribunal de Cuentas (retrasos de hasta dos meses en el pago).
La taquilla del Reina Sofía suma entre 3 y 4 millones anuales
La cuenta restringida del Reina Sofía estaba abierta en el Banco Santander y desde allí se hacía lo que se conoce como 'barrido automático' hacia el Banco de España. Pero la auditoría registró pagos e ingresos indebidos que, además no cuadran. «Se han producido retiradas de efectivo por importe de 81.113,84 euros que no deberían realizarse a través de esta cuenta», dice en un momento (pag.12). Y hay más: «En todos los meses de 2018 y del primer semestre de 2019 existen diferencias entre lo que cuentan los taquilleros y los datos que arroja la aplicación». La interventora da a entender que se emplea como cuenta corriente y dice que todo ello denota falta de control. Arrojan una diferencia contable de 3.254,49 euros en los meses estudiados en 2018.
Para cuadrar la contabilidad, en el museo se utilizaba la cifra del saldo de la cuenta restringida del Santander, algo también prohibido por ley. El artículo 22.3 del Reglamento (RD 939/ 2005) afirma textualmente: «En ningún caso se realizará el registro de las operaciones a través de los extractos bancarios». La auditora lo lamenta en la pág. 37 de su informe: «A pesar de existir estos cuatro canales de información y de las diversas actuaciones que se realizan para su comprobación, el importe que siempre se registra en la contabilidad del Organismo es el que suministra la entidad financiera».
El mismo informe también detectó manejos impropios del dinero contante y del cambio de las taquillas, que gestionaba la empresa de seguridad sin haber sido contratada para ese servicio y se guardaba en cajas y armeros donde tenía acceso personal distinto al de seguridad.
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A ese descontrol se suma el de las cifras de visitas. Borja-Villel ordenó añadir las visitas gratuitas del Palacio de Cristal del Retiro, que son masivamente casuales y totalmente gratuitas, como la parte principal de las entradas anuales del Reina Sofía. El año pasado, por ejemplo, la sede central del museo recibió 1.171.367 visitas (cifra que estuvo por encima de 1.600.000 en 2018 y 2019). Pero el Palacio de Cristal sumó en 2022 nada menos que 1.318.823 (2 millones en 2019 y 1,6 millones en 2018). A estas cifras en declive se suman las del Palacio de Velázquez en el mismo parque madrileño, que también han bajado de 720.964 en 2019 y 491.086 en 2022.