Suscríbete a
ABC Cultural

Jaime Bayly - Relato

Inmortales

Ha llegado el frío a la isla. Con el frío, han llegado los viajeros que huyen del verdadero frío. Llegan desde Nueva York y Boston, desde Montreal y Toronto, desde Chicago y Washington DC. Escapan de temperaturas heladas, impiadosas. Porque el frío en la isla es, para ellos, una suerte de verano en noviembre

Veraneantes con mascarilla Jaime García

Jaime Bayly

Ha llegado el frío a la isla. Con el frío, han llegado los viajeros que huyen del verdadero frío. Llegan desde Nueva York y Boston, desde Montreal y Toronto, desde Chicago y Washington DC. Escapan de temperaturas heladas, impiadosas. Porque el frío en la isla ... es, para ellos, una suerte de verano en noviembre. ¿De qué frío hablamos cuando hablamos de frío en la isla? Dieciocho grados, dieciséis grados centígrados. De pronto los habitantes de la isla se abrigan, se quejan, tosen, se resfrían. Son blandos para tolerar la leve frescura que recorre la isla, están desacostumbrados a esa ventisca templada que viene del mar, creen que catorce grados centígrados es un castigo de los dioses. Benditos consentidos los pobladores de la isla: no saben lo que es el frío de verdad, o lo saben y por eso han elegido vivir en esa isla donde nunca llega el invierno, donde el invierno es una paranoia, una ficción, una hipérbole.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia